“Hemos tratado de que nos escuchen de otras formas, pero nada funciona, nos están matando de hambre y de desidia”. Con una carta escrita a mano, y estas palabras, las reclusas de la cárcel el Buen Pastor en Bogotá anunciaron entrar a huelga de hambre.
Según destaca el documento, la principal exigencia es que se les trate como seres humanos, se mejoren las condiciones sanitarias y la alimentación. La decisión, además, se habría dado luego de que ayer, en horas de la noche, se les ofreciera comida “en total estado de descomposición”.
Sin embargo, el declive al interior del centro penitenciario no se quedaría solo en los alimentos, sino también en otros problemas de salubridad que les dificulta mantener unas condiciones de vida dignas y que, dicen, pese a los reclamos no han sido atendidas.
“Hace más de un mes tenemos un grave problema por la salida de heces humanas y orina en una de las canchas que queda en medio de dos patios y que, además, alberga talleres y el espacio del gimnasio”, precisa la carta.
Con la huelga, precisamente, solicitan que se solucione el problema de tuberías y desagües, además de dar garantías para defender sus derechos humanos frente a las condiciones de salud menstrual, la atención médica insuficiente y el trato indigno.
Adicionalmente, piden una reunión en la que participe el Ministerio de Justicia, las “ías”, la Comisión de Seguimiento ECI, las internas del Buen Pastor, el Movimiento Nacional Carcelario, el Inpec y la Uspec.
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