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Un ritual de armonización afro, en agradecimiento a los orishas (deidades afro), los ancestros y las personas negras que han luchado por la igualdad racial fueron el inicio de la conmemoración del Día de la Mujer Afro en Bogotá.
Este jueves, 50 personas, entre lideresas, maestras, académicas, se reunieron en el centro de Bogotá para hacer una mirada al retrovisor y hablar sobre los logros que durante décadas han alcanzado las mujeres negras en pro de la igualdad racial y de género.
El evento estuvo organizado por varias secretarías adscritas a la Alcaldía de Bogotá y contó con el apoyo de la ONG ACDI/VOCA y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).
Celebrar esta fecha se ha convertido en la última década en un escenario en donde mujeres negras se reúnen para celebrar que gracias a procesos de justicia y resistencia han logrado sobrevivir a la discriminación, la violencia de género y los estereotipos que hacen que hoy esa población sea constantemente vulnerada y sus derechos truncados.
Pero más allá de aplaudir los éxitos, el Día de la Mujer Afro ha sido un espacio en que se hacen nuevos reclamos para que ser mujer, negra y perteneciente a una población étnica deje de ser un sinónimo de violencias. Por esa razón, dentro de las invitadas a participar en el evento estuvieron mujeres afro que han dedicado gran parte de sus vidas a luchar por la igualdad. Por ejemplo, estuvo Sevigñe Copete, que ha promovido la Política Distrital y Nacional de comunidades negras; Isabel Córdoba Panesso, coautora de algunos artículos del Plan Distrital de Desarrollo de Bogotá y que ha dedicado su profesión a trabajar por las comunidades negras a través de la cultura.
Un discurso por la justicia
La conmemoración en Bogotá tuvo varios espacios. El primero fue una serie de discursos por parte de mujeres que, a través de sus esfuerzos, han logrado escalar posiciones en la pirámide social y poner su lucha de igualdad racial en el debate público.
Uno de esos discursos fue el de Indira Serrano, pieza fundamental de la Corporación de Artistas Afrocolombianas, que aseguró que un tropiezo común en lograr la igualdad de las mujeres afro es la mentalidad que se tiene sobre equidad, trabajo, y el abismo que existe entre mujeres negras y otros grupos sociales.
Por ejemplo, si bien hay avances en igualdad social, las mujeres afro, tanto en Bogotá como en el resto del país, siguen algunos escalones por debajo de los hombres. Un caso claro es el del desempleo: según datos de la Encuesta Integrada de Hogares del DANE, es mayor la tasa de desempleo para mujeres negras en comparación con otras mujeres o contrastado con hombres.
“Muchas de nosotras consideramos que tener independencia es tener un doble trabajo: uno en la casa y otro en la calle y tener días donde dormimos cinco horas o menos. Pero vivimos a través de la lucha económica, política, social para alcanzar esa igualdad de verdad y entender que toda esta causa de las mujeres negras debe estar compuesta de un espacio de sanación personal, amor propio y autorreflexión”, declaró Serrano.
Los discursos también hablaron sobre algunas de las trabas más comunes para las mujeres negras a la hora de lograr la igualdad, acceder a la justicia o prevenir las violencias de género. Estos temas fueron aplaudidos porque son muchos los escenarios de vulneraciones a estas mujeres, según denunciaron en el evento. Un ejemplo es el de la violencia sexual en medio del conflicto armado. Según contabilizan las cifras del Centro Nacional de Memoria Histórica, las mujeres afro en Chocó, Cauca, Valle del Cauca y otras regiones predominantemente afro han sido víctimas del 87 % de los casos. Es decir, casi nueve de cada 10 mujeres agredidas sexualmente en la guerra han sido afro.
En 2021, un grupo de mujeres afro llegaron al Congreso a denunciar que era discriminadas y tratadas con un lente diferencial a las demás personas solo por su color de piel. Esta denuncia, aunque no es nueva, se viene repitiendo en la última década y con los gritos de justicia y erradicar los estereotipos y viene acompañada de propuestas de cambiar esa realidad. Evelin Asprilla, una abogada especialista en derechos humanos, dijo en ese entonces que una forma de derribar esas barreras es la educación.
“Si tenemos educación, tendremos mayores capacidades para cambiar nuestras realidades. Ahora bien, no basta solo con tener conocimientos, sino que también necesitamos herramientas para entrar al mercado laboral, y así alejarnos de esas brechas de inequidad que trae la pobreza multidimensional y la interseccionalidad”, explicó Asprilla.
Los retos de una lucha
Luego de los aplausos hubo un amplio espacio para escuchar, a voz de algunas expertas cuáles son los retos que esta población enfrenta para alcanzar sus objetivos.
“Yo soy una convencida de que el tema más difícil como mujeres y ciudadanas negras es el de convencer a los otros de que somos diferenciales y tenemos una cultura que dice: ´sentémonos juntos y hablemos, porque merecemos respeto y podemos aportar mucho´. Llevamos más de 30 años en esta lucha y aún hay cosas por resolver”, aseguró Adiela Dagua, una lideresa afro que ahora trabaja en el Distrito de Bogotá en pro de los derechos y la igualdad afro.
Pero para Copete, hay desafíos que tienen que ver directamente con las políticas que tiene el Estado y los gobiernos locales para fomentar la inclusión y cerrar la brecha. “La formulación e implementación de políticas públicas fue y es el gran desafío. Ahí dijimos que tenemos derechos y que solo vencemos la discriminación y el racismo con la garantía e implementación de políticas que aseguran nuestros derechos políticos, sociales, culturales y económicos”, concluyó.
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