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Si alguna vez, al recorrer un barrio colombiano, han llamado su atención unos arbustos altos coronados por flores rosadas que parecen encender patios y andenes, es muy probable que haya visto una adelfa. Y si esa imagen le despertó el deseo de tener una en su propio hogar, aquí encontrará lo que necesita saber para lograrlo.
Conocida científicamente como Nerium oleander es un arbusto perennifolio que se caracteriza porque puede alcanzar entre tres y cuatro metros de altura. Lo puede reconocer fácilmente debido a sus hojas largas y estrechas, que suelen crecer en grupos de tres, y por sus flores llamativas que aparecen en racimos en la punta de las ramas. En la naturaleza suelen ser rosadas, pero en jardinería existen variedades blancas, rojas o púrpuras.
Es originaria de las zonas mediterráneas y del norte de África, donde crece de manera natural en barrancos y cauces que se inundan de forma ocasional. Gracias a su belleza y resistencia, hoy se cultiva en muchas regiones cálidas del mundo, desde el sur de Estados Unidos hasta países de América Latina como Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador, así como otros lugares de clima templado o tropical.
Según el Jardín Botánico de Missouri, aunque es muy utilizada como planta ornamental, la adelfa es completamente venenosa. Todas sus partes contienen sustancias tóxicas que, si se ingieren, pueden provocar vómitos, diarrea, dolor abdominal y problemas cardíacos. Incluso el contacto con la savia puede irritar la piel, y el humo al quemarla también resulta peligroso. Por fortuna, su sabor amargo suele evitar intoxicaciones accidentales.
Cuidados
Conocida por su capacidad para prosperar con poco esfuerzo, es una planta popular en jardines. Sin embargo, para que florezca de forma abundante y sin ningún problema, aquí le decimos algunos cuidados:
Luz:
- Necesita pleno sol para crecer y florecer abundantemente. Puede tolerar sombra parcial, pero si recibe poca luz producirá menos flores y tenderá a estirarse buscando iluminación.
- Lo ideal es ubicarla en un lugar sin obstáculos, y si está en interiores, cerca de una ventana muy luminosa.
Clima y temperatura
- Es una planta muy resistente a diferentes climas. Por ejemplo, prospera entre 15 y 38 °C y puede soportar desde ligeras heladas hasta calor extremo. Aun así, el frío intenso puede causar caída de hojas y daños en los tallos, mientras que el exceso de calor puede quemar el follaje.
- En temperaturas extremas conviene protegerla, aportando sombra o resguardo según el caso.
Riego
- Es tolerante a la sequía y debe regarse cada una vez cada semana o cada dos semanas, permitiendo que el sustrato se seque entre riegos.
- Ojo, un exceso de agua puede provocar pudrición, mientras que un riego insuficiente reduce la floración. En maceta requiere algo más de atención, ya que se seca más rápido.
Sustrato
- Tolera diversos tipos de suelo, pero se desarrolla mejor en sustratos ligeros, bien drenados y ligeramente ácidos o neutros. Una mezcla de tierra común con arena o materia orgánica mejora la aireación y el drenaje. En contenedor conviene usar un sustrato fértil para favorecer su crecimiento.
Abono
- Para mantener un follaje sano y buena floración, la adelfa se puede fertilizar una vez al mes en época de crecimiento con un abono equilibrado (por ejemplo 10-10-10). En maceta conviene usar dosis más bajas.
- No se debe sobrefertilizar, y es importante regar después de aplicar el abono para evitar quemaduras en las raíces.
Poda
- La adelfa responde bien a la poda, que ayuda a controlar su forma, estimular nuevas flores y mejorar la ventilación del arbusto. Basta con retirar ramas secas o dañadas y recortar los tallos más largos por encima de un nudo de hoja.
- Eso sí, el uso de herramientas limpias evita enfermedades y favorece una recuperación rápida.
Plagas y enfermedades
- Puede verse afectada por hongos que causan manchas o quemaduras en las hojas, así como por orugas que devoran el follaje. También es común la marchitez por estrés ambiental. La solución incluye eliminar partes afectadas, mejorar la ventilación, ajustar el riego y, si es necesario, aplicar insecticidas o tratamientos biológicos como Bacillus thuringiensis.
- Mantener condiciones estables ayuda a prevenir la mayoría de los problemas.
Consejos generales
- Como es venosa debe manipularse con cuidado. Conviene usar guantes para podarla o trasplantarla y evitar el contacto con su savia.
- Ubicarla en un sitio soleado, regar con moderación, mejorar el drenaje y revisar periódicamente su follaje garantizará un crecimiento sano y una floración abundante.
- Si se cultiva en maceta, es recomendable trasplantarla cada dos o tres años para renovarle el sustrato.
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