Cuando se tiene una planta en casa, una de las primeras tareas que suelen considerarse es el trasplante. Aunque no siempre se realiza de inmediato, este proceso requiere atención y cuidado, ya que implica un cambio significativo para la planta. No es un procedimiento menor: si no se hace correctamente, puede debilitarla e incluso afectar su desarrollo.
Por eso, es fundamental prestar atención a detalles que a menudo se pasan por alto. Para ayudarle a evitar contratiempos en su huerta o jardín, a continuación le explicamos cinco errores comunes al trasplantar y cómo prevenirlos.
No considerar a qué hora y en qué condiciones es mejor trasplantar
El momento del día en que se realiza un trasplante puede marcar una gran diferencia, especialmente si la planta está ubicada en exteriores. Mientras que en interiores el impacto de la hora puede ser menor, en el jardín o en espacios abiertos, trasplantar a pleno mediodía, cuando el sol está en su punto más alto, puede generar un estrés considerable para la planta.
Es por esto que los mejores momentos son:
- Temprano en la mañana: Las temperaturas son más frescas y hay menos exposición solar, lo que reduce el estrés hídrico.
- Finalizando la tarde: Se evita el calor intenso y se da tiempo a la planta para recuperarse durante la noche.
Tenga en cuenta que hay situaciones específicas en las que es mejor evitar cualquier trasplante, desconocerlo hace que se convierta en uno de los errores más comunes que puede cometer:
- Durante la floración: En esta etapa, la planta concentra su energía en reproducirse. Un cambio de sustrato o ubicación puede interrumpir este proceso y afectar su salud.
- En pleno crecimiento activo: Si la planta está desarrollando brotes nuevos o alargando tallos, es recomendable esperar a que ese ciclo termine antes de moverla.
En cuanto a las mejores épocas del mes para trasplantar, en regiones como Colombia, la recomendación principal no varía: lo ideal es trasplantar al inicio de la temporada de lluvias. Esto permite que la planta se beneficie de una mayor humedad en el ambiente y en el suelo, lo cual facilita su adaptación y reduce significativamente la necesidad de riego constante.
Martín Yepes, ingeniero agrónomo y representante de Floria Express, lo explica así:
“Si va a trasplantar en el exterior, lo más recomendable es hacerlo al comienzo de la temporada de lluvias. Esto ayuda a que el árbol, arbusto o planta que va a sembrar se establezca mejor, sin tener que depender tanto del riego manual. En interiores, no hay tanto problema con la época, aunque siempre es mejor evitar climas extremos, especialmente si el ambiente es muy seco.”
No revisar las raíces
Uno de los errores más comunes al trasplantar es no prestar suficiente atención al sistema radicular. Un manejo inadecuado de las raíces puede dificultar la absorción de agua y nutrientes, ralentizar el crecimiento e incluso poner en riesgo la vida de la planta. Para evitarlo, es fundamental respetar el cepellón (la masa de raíces y tierra que rodea a la planta) y manipularlo con cuidado.
“Antes de trasplantar, revise si las raíces están blancas, abundantes y sanas. Si la planta ha estado mucho tiempo en la misma matera, seguramente estarán muy apretadas. Puede ayudar mover ligeramente la maceta o voltearla para extraer el cepellón completo. Una vez fuera, evalúe la estructura: si las raíces ocupan al menos un 60-80% del espacio, es momento de cambiarla de recipiente. Si no es así, es mejor esperar o volver a la maceta original”, dijo Yepes.
Aquí se resumen las recomendaciones clave:
- Antes de extraer la planta, humedezca el suelo. Esto facilita la salida del cepellón sin dañarlo. Nunca tire de la planta con fuerza, ya que esto puede romper raíces importantes.
- Al manipularla, sostenga la planta por el cepellón, no por el tallo. Así evita que el peso del cuerpo de la planta dañe las raíces o el tallo principal.
- Mantenga siempre las raíces húmedas hasta que vuelva a plantar. Si las raíces se secan al aire libre, incluso durante unos minutos, pueden sufrir daños.
- Al reubicar la planta, haga un hoyo que sea al menos el doble de ancho que el cepellón. Esto asegura que las raíces puedan extenderse con facilidad. Evite forzar la planta en espacios reducidos, ya que esto limita su desarrollo. De hecho, asegúrese de que quede firme y con espacio suficiente tanto en el fondo como en los laterales para que las raíces continúen su crecimiento.
“Ojo, en caso de que sea necesario tocar las raíces, hágalo solo si están muy compactadas. Suéltelas suavemente, evitando romper su estructura. A veces, por un mal trasplante inicial, las raíces crecen en espiral o con deformaciones, lo que puede ocasionar problemas como el llamado ‘cuello de ganso’. Si se detecta a tiempo, se puede corregir con un buen trasplante. Pero en general, hay que intervenir lo menos posible para no generar estrés innecesario”.
Tenga en cuenta que si las raíces se han enredado dentro de la maceta, es necesario aflojarlas cuidadosamente para fomentar un crecimiento adecuado en el nuevo sustrato. A continuación, algunos pasos esenciales:
- Hidratación previa: Riegue la planta uno o dos días antes del trasplante. Esto facilita la extracción del cepellón y evita que la tierra se desmorone.
- Revisión detallada: Las raíces sanas son firmes y de color claro. Si nota raíces blandas y oscuras, es posible que estén dañadas y deban retirarse.
- Separación delicada: Use los dedos para aflojar ligeramente las raíces externas. Evite tirones fuertes o el uso de herramientas que puedan desgarrarlas.
No tener en cuenta la maceta
Aunque puede parecer lógico trasplantar a una maceta mucho más grande, hacerlo sin necesidad puede ser contraproducente. Si las raíces no ocupan la mayor parte del cepellón, el exceso de espacio tiende a retener más humedad de la necesaria, aumentando el riesgo de pudrición.
“Las plantas que quedan sueltas no crecen bien. Hay que ajustarlas, apretar un poco la tierra para que sientan que están bien ‘ancladas’ en su nuevo espacio. Si no hay poda de raíces, ni siquiera cambiaría de lugar la planta. Solo la riego bien después del trasplante y la dejo tranquila. Pero si hubo corte de raíces, evite exponerla al sol directo o a climas extremos mientras se recupera”, puntualizó Yepes.
Para asegurarse de si es necesario transplantarla a un lugar más grande retire la planta con cuidado y observe el estado de sus raíces. Si estas no llenan al menos el 60 % del volumen del cepellón, es preferible esperar o usar una maceta apenas un poco más grande. En el caso de plantas grandes, tenga disponibles varias opciones de macetas para seleccionar la más adecuada al momento del trasplante.
Tenga en cuenta esto
- Elegir el tamaño correcto importa: Una maceta demasiado grande puede hacer que la planta concentre su energía en desarrollar raíces en vez de crecer en altura o follaje. Además, al haber más sustrato del necesario, este tiende a acumular humedad y favorecer condiciones que propician enfermedades. Lo ideal es optar por una maceta que sea aproximadamente 5 centímetros más ancha que la actual.
- El drenaje, un detalle que no se puede ignorar Un sistema de drenaje adecuado es esencial para evitar encharcamientos y pudrición. Esto depende principalmente de dos factores: el material de la maceta y la existencia de orificios que permitan la salida del agua sobrante.
Plantarla en cualquier sustrato
Muchas plantas de vivero vienen en sustratos especiales, que retiene más humedad que otros materiales y estan diseñados para condiciones controladas de invernadero. Al trasplantar una planta directamente a un sustrato diferente, como turba, sin considerar estas diferencias, pueden generarse problemas de drenaje y manejo del riego.
“Cuando hablamos de qué tipo de suelo usar antes de trasplantar una planta, yo sugeriría manejar los suelos que venden en los viveros. En Bogotá, por ejemplo, suelen ser tierras negras mezcladas con cascarilla de arroz cruda. A esa mezcla yo le añado arena lavada para mejorar el drenaje. Lo que hago es colocar una capa de piedrilla gruesa en el fondo de la maceta, luego un poco de geomembrana, creando como un ‘sándwich’. Así, las raíces no alcanzan la piedra, pero esta actúa como filtro y evita que el agua se acumule en el fondo”, dijo Yepes.
Tenga en cuenta que un sustrato bien seleccionado es fundamental para el desarrollo saludable de cualquier planta. Debe cumplir con al menos cuatro funciones esenciales:
- Drenaje: Evita el encharcamiento y protege las raíces.
- Retención de agua: Se adapta a las necesidades hídricas de cada planta.
- pH adecuado: Asegura la correcta absorción de nutrientes.
- Aireación: Permite que las raíces respiren y evita la compactación.
Ejemplos según tipo de planta:
- Suculentas y cactus: requieren un sustrato muy drenante, con arena gruesa o perlita.
- Plantas de interior: necesitan un equilibrio entre retención de agua y drenaje, usando mezclas con turba o corteza de pino.
- Plantas tropicales: se benefician de suelos ricos en materia orgánica, como compost o humus de lombriz.
Errores comunes al elegir sustrato
- Usar tierra de jardín sin tratar, que puede contener patógenos.
- Escoger mezclas muy compactas, que impiden la circulación de aire.
- Ignorar el pH adecuado para la especie. Aquí le explicamos un poco del sustrato.
- Elegir sustratos que retienen demasiada agua, provocando pudrición de raíces.
Riego correcto
Una de las recomendaciones más importantes al trasplantar una planta es no regarla en los días previos al proceso. La tierra húmeda puede dificultar la extracción, ya que se vuelve más pesada y compacta, lo que aumenta el riesgo de dañar las raíces al intentar sacarla del recipiente anterior.
Tampoco se debe regar inmediatamente después de trasplantar. En ese momento, las raíces están adaptándose a un nuevo entorno y no son capaces de absorber agua con eficiencia. Un exceso de humedad en esta etapa puede causar asfixia radicular, pudrición e incluso la muerte de la planta.
“El riego es importante, pero más aún es que la tierra recién colocada se acomode bien en la nueva matera. Por eso, lo ideal es dar un primer riego moderado que ayude a asentar el sustrato. Si movió raíces durante el trasplante, le recomiendo ubicar la planta en un sitio con poca luz directa durante algunos días, para que se recupere sin estrés. Luego, obsérvela con cuidado para evaluar cómo reacciona al cambio”. explicó Yepes.
¿Qué problemas causa el exceso de riego?
El exceso de agua impide que las raíces obtengan oxígeno, lo cual genera estrés en la planta y aumenta el riesgo de enfermedades. Algunos de los síntomas más comunes son:
- Hojas amarillas, blandas o caídas: señal de que la planta no está absorbiendo bien los nutrientes por falta de oxigenación en las raíces.
- Pudrición radicular: las raíces se tornan marrones o negras, con una textura blanda o gelatinosa.
- Presencia de pequeñas moscas: si aparecen insectos volando alrededor del sustrato, puede haber exceso de humedad, que favorece el desarrollo de moscas del mantillo.
- Agua acumulada en la base de la maceta: indica que el sustrato está saturado y que el drenaje no está funcionando adecuadamente.
Fertilización tras el trasplante, según Martín Yepes “Si tiene a la mano un fertilizante con fósforo o elementos menores, como aquellos que estimulan el desarrollo radicular, puede usarlo en cantidades moderadas. Nosotros solemos aplicar productos con NPK (nitrógeno, fósforo y potasio), priorizando el fósforo, que fortalece las raíces”, finalizó.
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