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Si busca una planta nativa para su jardín o espacio interior, el anturio es una excelente opción. Con su elegante follaje y diversas formas, esta especie tropical combina belleza y facilidad de cuidado, convirtiéndose en un compañero ideal para distintos ambientes. Aunque la variedad más común tiene hojas verdes y bráctaceas rojas intensas, también existen en tonalidades blancas, rosadas y amarillas, ofreciendo una amplia gama de colores para decorar cualquier entorno.
Si desea conocer más sobre estas plantas y encontrar opciones ideales para su hogar o jardín, aquí le presentamos cinco especies que se destacan por su belleza.
Anturio cristalino
El Anthurium crystallinum, conocido como anturio cristalino o anturio de cristal, es una planta tropical de las selvas de Colombia y Panamá que pertenece a la familia Araceae. Se reconoce por sus llamativas hojas en forma de corazón, de color verde oscuro con venas plateadas que le dan un efecto brillante, de ahí su nombre. Es una planta que crece sobre los árboles sin dañarlos (crece sobre árboles sin parasitarlos) y puede desarrollar hojas de hasta 40-50 cm de largo, con una textura aterciopelada. Cuando son jóvenes, sus hojas tienen tonos rojizos, mientras que al madurar adquieren un matiz morado en la parte superior, lo que la hace aún más decorativa.
Esta especie es apreciada principalmente por su espectacular follaje más que por sus flores. De crecimiento medio-lento, el anturio cristalino es una excelente opción para jardineros principiantes debido a su bajo mantenimiento y tolerancia a condiciones de poca luz y sequía ocasional. Sus características ornamentales hacen de esta planta perenne y herbácea una elección popular para añadir un toque tropical elegante a la decoración de interiores, destacando especialmente por el contraste entre el verde profundo de sus hojas y las venas plateadas que las recorren.
- Luz: Necesita semisombra con buena iluminación, evitando la luz solar directa para prevenir quemaduras y despigmentaciones en sus hojas.
- Temperatura: Se desarrolla bien en clima cálido o templado, siempre por encima de los 15 °C.
- Riego: Se debe regar cuando el sustrato esté ligeramente seco, evitando el encharcamiento y la sequedad prolongada.
- Humedad: Requiere alta humedad ambiental, por lo que se recomienda rociar agua sobre sus hojas con un atomizador.
- Sustrato: Necesita suelos sueltos, bien drenados y ricos en materia orgánica para un desarrollo óptimo.
- Abono: Se recomienda aplicar humus líquido diluido al 10 % en agua cada mes para asegurar un buen crecimiento.
- Cuidado de las hojas: Es importante mantener la humedad adecuada y evitar la exposición directa al sol para preservar su color y textura.
- Plagas: Puede verse afectada por arañas rojas y cochinilla, que pueden prevenirse con una mezcla de jabón potásico, aceite de neem y agua.
- Enfermedades: En climas fríos, se debe controlar la humedad y temperatura para evitar problemas en su desarrollo.
Anturio andreanum
El Anthurium andraeanum, conocido simplemente como anturio, se distingue de otras especies del género por sus llamativas flores más que por su follaje. Esta planta perenne tiene brácteas brillantes en forma de corazón que pueden medir hasta 25 cm de largo, con colores que van desde el rosa pálido hasta el rojo intenso. Algunas variedades especiales, como el Anthurium andreanum livium red, presentan un moteado bicolor en rojo y blanco.
El Anthurium andraeanum es una planta tropical de crecimiento vertical que, con el tiempo, desarrolla un tallo firme y leñoso. Sus raíces delgadas y blanquecinas le permiten adaptarse a distintos entornos, mientras que sus grandes hojas en forma de corazón, de un verde intenso, aportan un atractivo decorativo adicional. Al ser originario de selvas cálidas y húmedas, prefiere ambientes sombreados y mantiene una floración constante a lo largo del año, lo que lo convierte en una elección popular para interiores.
- Luz: Necesita buena luminosidad sin sol directo para florecer.
- Temperatura: Debe mantenerse entre 18 °C y 28 °C, evitando cambios bruscos y nunca por debajo de 15 °C ni por encima de 35 °C.
- Riego: Se debe regar cuando el suelo esté seco al tacto, evitando encharcamientos.
- Humedad: Requiere alta humedad, por lo que se recomienda pulverizarla diariamente o colocarla sobre un plato con guijarros y agua.
- Sustrato: Necesita un suelo ligero, suelto y rico en materia orgánica para permitir la aireación de las raíces.
- Abono: Se debe fertilizar cada dos semanas con abono líquido, especialmente en la época de floración.
- Plagas: Puede verse afectada por insectos si el ambiente es seco o la planta está debilitada.
- Enfermedades: El frío y las corrientes de aire pueden hacer que las hojas se tornen amarillas y las flores caigan rápidamente.
Anthurium scherzerianum
El Anthurium scherzerianum, conocido como “planta cola de cerdo”, es una planta perenne originaria de las selvas tropicales de Costa Rica. Su característica más distintiva es su espádice (la parte central de la flor) de color rojo anaranjado que crece en forma de espiral, lo que le da su nombre común. Esta planta compacta alcanza entre 30 y 45 cm de altura, con hojas lanceoladas, estrechas y verde oscuro brillante de unos 20 cm de largo. A diferencia del Anthurium andraeanum, la planta cola de cerdo es más pequeña, posee hojas más alargadas y, por supuesto, ese característico espádice en espiral, aunque ambas especies comparten la llamativa espata roja (la estructura similar a un pétalo) que rodea al espádice.
Cuidados
- Luz: Prefiere luz solar indirecta brillante durante 10-12 horas diarias, idealmente cerca de ventanas orientadas al sur o al oeste.
- Suelo: Necesita un sustrato ligero, aireado y bien drenado.
- Riego: Se debe regar cuando el suelo esté seco al tacto, evitando encharcamientos.
- Temperatura: Crece mejor en ambientes cálidos, con temperaturas superiores a 15°C y requiere un ambiente húmedo para desarrollarse adecuadamente.
- Fertilización: Un fertilizante rico en fósforo favorecerá una floración más abundante.
- Cuidado de hojas: Limpiar las hojas periódicamente para eliminar el polvo y mejorar la fotosíntesis.
Anthurium veitchii
El Anthurium veitchii, conocido como “Anturio Rey”, es una planta epífita de las selvas tropicales de Colombia, muy apreciada por sus impresionantes hojas. Su rasgo más llamativo son las hojas largas y acanaladas, que pueden medir entre 1 y 2 metros cuando maduran y tienen una textura gruesa y firme, parecida a los músculos marcados. A diferencia de otros anturios que destacan por sus flores, esta especie es valorada únicamente por su follaje, ya que su flor es pequeña y sin atractivo ornamental. Desde que la planta es joven, sus hojas ya muestran el patrón acanalado, que se acentúa con el tiempo. Las hojas nuevas pueden brotar en tonos naranja, rojo o verde, y son frágiles al principio, por lo que hay que manipularlas con cuidado para evitar desgarros.
Dentro de la especie Anthurium veitchii existen diferentes formas que los coleccionistas clasifican como “regular”, “ancha”, “estrecha” o “súper estrecha”, determinadas por tres características principales: la forma general de las hojas corrugadas, la proximidad de las nervaduras laterales entre sí, y la profundidad del seno entre los lóbulos. La forma estrecha, con hojas más delgadas y nervaduras menos espaciadas, es particularmente buscada por los coleccionistas, aunque identificar la forma exacta puede ser difícil en plantas jóvenes. Es importante destacar que el Anthurium veitchii es una especie muy variable, cuya apariencia puede cambiar significativamente según las condiciones de cultivo, lo que explica la gran diversidad de formas que pueden encontrarse incluso dentro de la misma especie.
Cuidados:
- Luz: Prefiere luz indirecta brillante, pero tolera sombra parcial.
- Temperatura: Ideal entre 18 y 28°C, evitando corrientes de aire frío.
- Riego: Mantener el sustrato ligeramente húmedo, sin encharcar.
- Humedad: Necesita alta humedad, idealmente superior al 60%.
- Sustrato: Mezcla aireada con buen drenaje, como fibra de coco y perlita.
- Abono: Aplicar fertilizante balanceado cada 4 a 6 semanas en temporada de crecimiento.
- Cuidado de las hojas: Limpiar con un paño húmedo para evitar la acumulación de polvo.
- Plagas y enfermedades: Puede ser atacado por ácaros y cochinillas; evitar exceso de humedad para prevenir hongos.
Anthurium Hookeri
El Anthurium hookeri es uno de los anturios tipo “nido de pájaro” más conocidos. Para identificar un ejemplar auténtico, es clave fijarse en ciertas características: sus bayas son blancas (no rojas), el envés de sus hojas tiene pequeñas manchas glandulares, los bordes de las hojas no son ondulados y, en las hojas jóvenes, un lado se superpone ligeramente al otro. Originario de los bosques tropicales de Panamá, puede desarrollar hojas de hasta 90 cm de largo, más anchas en la punta, y obtiene sus nutrientes acumulando hojarasca fina, como hojas y ramitas.
Aunque no es tan común entre coleccionistas, el A. hookeri puede ser una adición interesante a una colección de plantas tropicales. Su tamaño puede ser un desafío en interiores, pero aporta un elemento estructural llamativo y un contraste único.
- Luz: Prefiere luz solar indirecta brillante; la exposición directa puede quemar las hojas.
- Temperatura: Lo ideal es mantenerla entre 21 °C y 32 °C, evitando temperaturas extremas.
- Riego: Es importante mantener el sustrato húmedo pero bien drenado. Se recomienda regar cuando la capa superior esté seca al tacto.
- Humedad: Necesita un ambiente con alta humedad (60%-70%). Para lograrlo, puede utilizarse un humidificador, colocar la maceta sobre un plato con piedras y agua o agrupar la planta con otras.
- Sustrato: Se recomienda una mezcla aireada que incluya fibra de coco, corteza de pino y perlita para evitar la pudrición de raíces.
- Cuidado de las hojas: Es mejor evitar mojarlas al regar para prevenir enfermedades. También se recomienda limpiarlas ocasionalmente con un paño húmedo.
- Plagas: Puede verse afectada por pulgones, cochinillas y ácaros. Para prevenirlos, se puede utilizar aceite de neem.
- Enfermedades: La pudrición radicular, la antracnosis y la mancha foliar son comunes. Para evitarlas, es clave mejorar el drenaje y, si es necesario, aplicar un fungicida.
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