La lengua de suegra, también conocida como Sansevieria (clasificada en el género Dracaena), es una de las plantas más resistentes y decorativas que se pueden tener en interiores. Originaria de África y Asia, esta especie se caracteriza por sus hojas variegadas: alargadas, duras, sin tallo visible, que brotan directamente del suelo y exhiben tonos verdes con bordes amarillos o grises, formando patrones multicolores que la convierten en una pieza ornamental muy apreciada.
Aunque es famosa por requerir pocos cuidados, seguir algunas pautas específicas puede marcar la diferencia en su crecimiento. Acá le explicamos cómo ayudarla a desarrollarse de forma óptima.
Pero antes de empezar, una claridad: La lengua de suegra crece despacio, por lo que la paciencia es parte del cuidado. Si las condiciones son favorables, puede florecer ocasionalmente durante la primavera o el verano, aunque esto ocurre solo después de varios años de cultivo.
☀️ Luz adecuada, sin excesos
La sansevieria prefiere espacios con buena luz indirecta. Puede adaptarse a zonas con menos iluminación, pero crecerá más lentamente. Lo ideal es ubicarla en un lugar donde reciba luz brillante filtrada, evitando el sol directo del mediodía, que puede quemar sus hojas.
🌱 Suelo bien drenado
El sustrato es clave. La lengua de suegra necesita un suelo que drene bien para evitar el encharcamiento, que podría pudrir sus raíces. Se recomienda utilizar tierra para cactus o suculentas, y se puede enriquecer con arena o perlita para mejorar aún más el drenaje. Si se cultiva en maceta, es importante que esta tenga orificios de desagüe y que se coloque una capa de grava en el fondo.
🪴 Siembra correcta
Para sembrarla:
- Escoger una maceta con buen drenaje.
- Colocar grava o piedra volcánica en la base.
- Plantar la sansevieria asegurándose de que las raíces no se doblen ni queden apretadas.
- Mantener la planta firme y erguida en el centro.
💧 Riego moderado y controlado
El exceso de agua es uno de los errores más comunes. La Sansevieria solo debe regarse cuando el sustrato esté completamente seco al tacto. Durante los meses más fríos (invierno), el riego puede reducirse aún más, ya que la planta entra en una fase de reposo.
🌡️ Temperatura y ambiente
Esta especie prospera en temperaturas cálidas, entre 18 °C y 30 °C. Aunque tolera variaciones, no soporta las heladas, por lo que en climas fríos debe protegerse del frío extremo. En interiores se adapta bien a ambientes secos, lo que la convierte en una gran opción para oficinas y hogares con calefacción.
🧪 Fertilizante natural con jengibre
Una opción orgánica y eficaz es usar jengibre como fertilizante casero. Rico en compuestos bioactivos como el gingerol y el shogaol, el jengibre tiene propiedades antifúngicas y estimula el crecimiento. Puede aplicarse triturado directamente en el sustrato, donde se descompone y enriquece la tierra con materia orgánica, mejorando su capacidad de retención de agua y fortaleciendo la resistencia de la planta frente a enfermedades.
Además, al descomponerse, el jengibre modifica la microbiota del suelo, limitando patógenos e impulsando la actividad de microorganismos benéficos, lo que también puede beneficiar a otras plantas cercanas.
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