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Si alguna vez se ha preguntado cómo obtener colores de forma natural, ya sea para crear tintas y pinturas a partir de plantas o para experimentar con el teñido artesanal, descubrirá que este es un proceso que va más allá de lo creativo. Al igual que otras prácticas manuales, se convierte en una actividad relajante y casi meditativa, en la que el tiempo parece desvanecerse mientras las materias primas liberan sus pigmentos a través de la ebullición y otros métodos de extracción.
¿Cómo funcionan los pigmentos naturales?
Según la Universidad EAFIT, podemos percibir los colores en todo cuanto nos rodea: los árboles, las flores, los animales, las piedras; y también en productos fabricados por el hombre, como una golosina, un lápiz para colorear o un cosmético. Las sustancias que dan color a estos productos se llaman pigmentos, los cuales pueden obtenerse de elementos naturales o fabricarse mediante procesos químicos. Al mezclarlos con otras sustancias se crean pinturas, colorantes y tintes que se emplean en obras de arte, alimentos y prendas.
En el caso de los pigmentos naturales, existen dos tipos principales: orgánicos, que provienen de plantas y animales, e inorgánicos, que se elaboran a partir de tierras y minerales. Su obtención varía según el origen, e históricamente ha dado lugar a procesos artesanales tan curiosos como ingeniosos.
Algunos pigmentos y su origen:
- Índigo: uno de los más conocidos, utilizado para teñir telas y responsable del azul de los jeans. Se obtenía de la planta Indigofera tinctoria mediante un proceso de maceración, fermentación, reposo, filtrado y secado.
- Carmín: pigmento rojo obtenido de la cochinilla (Dactylopius coccus), cultivada en cactus y procesada para extraer ácido carmínico, usado en textiles, cosméticos y alimentos.
- Negro de humo: polvo producido al quemar aceites y grasas.
- Negro hueso: obtenido al calcinar huesos o cuernos de animales.
- Siena natural: tierra rica en hierro y manganeso, secada y pulverizada para su uso como pigmento.
Cuando se trabaja con tintes vegetales, la base suele ser cualquier raíz, flor, hoja o fruta que desprenda color al triturarse o cortarse. Si, al manipular plantas, queda un tinte visible en los dedos o guantes, es señal de que puede usarse para extraer pigmentos.
Ejemplos de plantas y sus colores más comunes:
- Arándanos – morado-azul
- Zanahorias – naranja suave
- Caléndulas – amarillos dorados
- Perejil – amarillos y verdes suaves
- Remolacha roja – rosa intenso
- Repollo morado – azul brillante
- Pétalos de rosa rojos o rosados – rosa suave
- Espinaca – verde amarillento
- Cáscaras de cebolla amarilla – marrón dorado
Además de recolectar flores y verduras frescas, también pueden aprovecharse restos de cocina o flores marchitas que, en lugar de ir al compost, pueden transformarse en pigmentos. Para conservar la pureza del color, se recomienda usar un solo tipo de planta o pétalo en cada lote de tinte.
¿Cómo hacer estos tintes?
Por naturaleza, los tintes vegetales suelen ofrecer tonos suaves y orgánicos, aunque es posible intensificar el color prolongando el tiempo de remojo o realizando varias inmersiones. Para evitar manchas permanentes en ollas, tablas, encimeras o en la piel, es recomendable trabajar con utensilios exclusivos para teñir, usar guantes y delantal, y proteger bien la superficie de trabajo.
La forma de extraer y aplicar pigmentos naturales dependerá de lo que se desee colorear —tela, papel, madera, huevos u otros materiales—, ya que cada soporte requiere un proceso específico para obtener un acabado uniforme y duradero.
El procedimiento básico para obtener color se conoce como extracción y puede realizarse de dos formas:
- Extracción solar: colocar el material vegetal y agua fría en un frasco y dejarlo reposar al sol durante aproximadamente una semana.
- Extracción rápida por calor: picar el material, cubrirlo con agua en una cacerola, llevarlo a ebullición a fuego medio y luego cocinarlo a fuego lento durante una hora.
En ambos casos, el líquido resultante debe colarse cuidadosamente, utilizando tela, filtros de café o retazos de algodón, para eliminar cualquier resto sólido y obtener un tinte limpio listo para usar.
Modificación del color:
- Añadir ácido (zumo de limón, vinagre) → tonos más cálidos o amarillos.
- Añadir álcalis (bicarbonato) → tonos más fríos o verdes.
- Oscurecer → agregar clavos de acero o preparar un tinte a base de hierro (clavos + vinagre + agua).
Aquí le dejamos dos procedimientos para que use los pigmentos naturales.
1. Teñido de tejidos con tintes vegetales naturales
Las telas naturales como el algodón y el lino, especialmente en tonos blancos o neutros, son ideales para absorber tintes vegetales. Una pieza grande puede requerir varias tazas de pétalos o verduras, mientras que para piezas pequeñas, como servilletas o manteles individuales, bastarán unas pocas tazas y una olla más pequeña.
Pasos básicos para teñir tela con plantas:
- Preparar la tela: remójela en una mezcla de 1 parte de vinagre blanco y 4 partes de agua fría durante una hora, luego enjuáguela con agua fría.
- Preparar el material vegetal: corte los pétalos o verduras en trozos pequeños. Para arándanos u otras frutas, pinche o corte la piel.
- Cocinar el tinte: coloque el material en una olla grande con el doble de agua, hierva y luego cocine a fuego lento hasta que los pigmentos se liberen.
- Probar el color: use una muestra pequeña para verificar el tono antes de teñir toda la tela.
- Teñir: con pinzas, sumerja la tela húmeda en el tinte caliente, hiérvala a fuego lento o déjela en remojo toda la noche.
- Enjuagar: lave la tela con agua fría hasta que el agua salga clara y, la primera vez, lávela sola para evitar manchas en otras prendas.
Fijadores naturales para tintes vegetales:
- Sal (½ taza de sal por 8 tazas de agua) ideal para tintes de frutas y bayas.
- Vinagre (partes iguales de vinagre y agua) ideal para tintes de plantas. Hierva la tela con el fijador durante una hora antes de teñirla.
2. Creación de pinturas con pigmentos
La laca es un pigmento insoluble que se obtiene a partir de extractos vegetales y que, mezclado con un aglutinante, puede convertirse en pintura o tinta.
Pasos para fabricar pigmentos:
- Hervir el material vegetal (flores frescas o secas) en poca agua durante 10 minutos. Colar y repetir el proceso 3-4 veces, uniendo el líquido.
- Añadir sulfato de aluminio (10 g/litro) al baño de tinte tibio y remover suavemente.
- Incorporar carbonato sódico (5 g/litro) para volver insoluble el pigmento y dejar que se asiente en el fondo.
- Decantar el líquido y, si queda color, repetir la adición de alumbre y carbonato.
- Filtrar el pigmento con filtros de café o algodón y dejar secar parcialmente.
- Mezcle el pigmento húmedo con goma arábiga, una sustancia natural obtenida de la savia de árboles de acacia, principalmente Acacia senegal y Acacia seyal. Este material es apreciado por su solubilidad en agua y por sus propiedades como estabilizador, espesante y aglutinante, lo que permite fijar el pigmento a la superficie de aplicación. Para preparar la solución, disuelva 1 parte de goma arábiga en 2 partes de agua, y luego incorpore esta mezcla al pigmento hasta alcanzar la consistencia deseada para pintura.
Opciones de ajuste:
- Modificar pH para cambiar el tono (ácido para disolver la laca y convertirla en tinta).
- Secar y moler el pigmento para usarlo en pinturas al óleo, mezclándolo con aceites o ceras.
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