El espatifilo, conocido también como lirio de paz o cuna de Moisés, es una de las plantas de interior más apreciadas por su elegancia y resistencia.
Su follaje verde brillante y sus flores blancas lo convierten en un clásico tanto en hogares como en oficinas. Sin embargo, para mantenerlo sano y floreciente, llega un punto en que necesita más espacio: el trasplante.
Señales de que es hora de trasplantar
La planta indica claramente cuándo requiere un cambio de maceta. Entre las señales más frecuentes se encuentran:
- Raíces sobresaliendo por los orificios de drenaje o asomando en la superficie.
- Crecimiento detenido pese a recibir agua y cuidados regulares.
- Sustrato compacto que ya no retiene humedad de forma adecuada.
- Hojas amarillentas o marchitas, síntoma de que las raíces no encuentran espacio suficiente.
La mejor época para hacerlo
El momento ideal para trasplantar el espatifilo es a comienzos o mediados de primavera. Estas estaciones ofrecen las condiciones óptimas de temperatura y luz para que la planta se adapte con éxito a su nuevo entorno.
Paso a paso del trasplante
Seleccionar una maceta ligeramente más grande que la anterior, con buen drenaje.
- Retirar la planta con suavidad, aflojando el borde del recipiente si está muy adherida.
- Revisar las raíces y eliminar las que estén dañadas o en mal estado.
- Colocar una capa de sustrato fresco en el fondo, ubicar la planta en el centro y cubrir los laterales sin enterrar más de lo necesario.
- Regar al finalizar para asentar el sustrato y favorecer que las raíces se adapten.
Cuidados tras el trasplante
Una vez instalada en su nuevo hogar, la cuna de Moisés necesita un espacio con luz indirecta y temperaturas moderadas. Evitar la exposición directa al sol ayudará a mantener el brillo de sus hojas.
Con este sencillo procedimiento, el espatifilo recuperará vigor y seguirá llenando de frescura y elegancia cualquier espacio.
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