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¿Dónde poner el laurel en la casa? Cuidados de la planta

El laurel (Laurus nobilis) es una planta versátil apreciada por sus usos culinarios, medicinales y aromáticos, que puede cultivarse en interiores con los cuidados adecuados.

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La  Huerta
10 de marzo de 2025 - 02:00 p. m.
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El laurel es una planta apreciada por su versatilidad, ya que no solo se utiliza en la cocina, sino que también puede cultivarse con fines ornamentales. Por ello, aunque suele encontrarse en jardines amplios o en huertas donde cumple una función específica, también es posible mantenerlo en interiores como decoración si se le proporcionan las condiciones adecuadas. A continuación, se presentan algunos consejos para su cuidado dentro del hogar, asegurando su buen crecimiento y conservación.

Para conocer mejor el laurel, su nombre científico es Laurus nobilis, un árbol de hoja perenne originario de la región mediterránea. Puede alcanzar entre 5 y 10 metros de altura y se distingue por su tronco recto de corteza gris y su copa densa y oscura. Sus hojas, que son la parte más utilizada de la planta, tienen una forma alargada y firme, con un característico aroma. Son de color verde oscuro y brillante en la parte superior, mientras que el envés es más claro. Suelen medir entre 3 y 9 centímetros y, al frotarlas, desprenden un olor intenso debido a los aceites esenciales que contienen.

Durante su etapa de floración, produce pequeños racimos de flores amarillas que brotan en las axilas de las hojas. Con el tiempo, estas flores dan lugar a frutos en forma de bayas ovaladas, que comienzan siendo verdes y, al madurar, adquieren un tono negro intenso. En su interior contienen una única semilla lisa.

El laurel tiene importantes usos medicinales y culinarios, según el Jardín Botánico de Bogotá. En medicina natural, se utiliza para aliviar problemas digestivos, ya que ayuda a reducir los gases y mejora la digestión. Sus hojas también tienen propiedades antisépticas y se emplean para aliviar síntomas de gripe y bronquitis. Además, estimulan el apetito y favorecen la producción de jugos digestivos, facilitando la asimilación de los alimentos.

El laurel no solo aporta beneficios nutricionales, al ser una fuente de minerales como calcio, hierro y potasio, además de fibra y vitamina C, sino que también se destaca por sus propiedades aromáticas y culinarias. Su característico aroma lo ha convertido en un ingrediente esencial en la gastronomía mundial, utilizado para realzar el sabor de carnes, sopas y guisos.

Más allá de la cocina, su aceite esencial es altamente valorado en la industria cosmética por su fragancia, además de emplearse como saborizante natural en la elaboración de diversos productos. Esta combinación de usos medicinales, culinarios y aromáticos ha permitido que el laurel mantenga su importancia a lo largo de la historia, siendo apreciado tanto en la medicina tradicional como en la gastronomía contemporánea.

Cuidados en casa

Ubicación

El laurel, al ser una planta de origen templado, prospera mejor en ambientes similares al clima mediterráneo. En casa, es importante encontrar un balance adecuado de luz y temperatura.

  • Si se encuentra en una zona de clima seco, lo ideal es ubicar el laurel en interiores en un lugar con sombra parcial o semisombra para evitar que se reseque en exceso. En cambio, si el hogar está en una región más húmeda o fría, es recomendable buscar las áreas más soleadas, preferiblemente cerca de ventanas orientadas al sur o al oeste.
  • Tenga en cuenta que el Laurel es especialmente sensible a temperaturas extremadamente bajas. En interiores, conviene mantenerlo alejado de corrientes de aire frío o de aires acondicionados que puedan replicar estas condiciones adversas.

Riego adecuado

El riego es uno de los aspectos más delicados en el cuidado del laurel en casa. A diferencia de los ejemplares plantados en jardines, los laureles en maceta requieren riegos más frecuentes, pero siempre con precaución para evitar un exceso de humedad.

  • Es recomendable establecer una rutina que permita que la capa superior del sustrato se seque ligeramente entre riegos. En épocas cálidas, puede ser necesario regar una o dos veces por semana, mientras que en épocas frías la frecuencia debe reducirse considerablemente. Es fundamental vaciar el plato inferior de la maceta después de regar, para evitar que el agua estancada cause problemas en las raíces.
  • Un método práctico para determinar el momento adecuado para regar consiste en introducir un dedo en el sustrato. Si aún se percibe humedad, conviene esperar un poco más; si está seco, es momento de aplicar agua. En caso de duda, siempre es preferible regar de menos que en exceso, ya que el laurel tolera mejor breves periodos de sequía que el encharcamiento prolongado.

Sustrato

  • El laurel no es particularmente exigente en cuanto al tipo de tierra, pero un aspecto clave es el drenaje. Un drenaje deficiente puede provocar encharcamientos que resultan muy perjudiciales para la planta. Para su cultivo en maceta dentro de casa, se recomienda preparar un sustrato que garantice una buena aireación. Se puede mezclar tierra para plantas de interior con perlita o arena gruesa para mejorar la porosidad.
  • La maceta debe contar con suficientes agujeros de drenaje en la base y, si es posible, añadir una capa de grava o piedras pequeñas en el fondo para optimizar el desagüe.
  • En cuanto al pH, aunque el laurel se adapta a diversas condiciones, su desarrollo es óptimo en sustratos ligeramente alcalinos. Si se desea mejorar sus condiciones de crecimiento, se puede incorporar una pequeña cantidad de cal dolomítica a la mezcla de tierra.

Abonado nutritivo

El laurel no requiere una fertilización intensiva, pero un abonado adecuado durante los meses de crecimiento activo favorece su desarrollo, sobre todo cuando se cultiva en maceta, donde los nutrientes son más limitados.

  • Para plantas jóvenes en interiores, se recomienda aplicar un abono equilibrado líquido diluido una vez al mes en época de crecimiento, siguiendo las indicaciones del fabricante. También pueden emplearse fertilizantes orgánicos como el humus de lombriz o el compost, que aportan nutrientes de manera gradual y mejoran la calidad del sustrato.
  • Si el laurel ha alcanzado el tamaño deseado, se puede reducir o incluso suspender el abonado para controlar su crecimiento. En espacios interiores, esto resulta útil para evitar que la planta se vuelva demasiado grande o densa. Un aporte anual de materia orgánica en la superficie del sustrato, suele ser suficiente para plantas adultas.

Poda y mantenimiento

La poda es una herramienta clave para mantener el laurel con un tamaño y una forma adecuados para el interior del hogar. Una de sus ventajas es que puede podarse prácticamente en cualquier época del año, siempre evitando periodos de calor o frío extremos.

  • Para laureles en maceta, se recomienda realizar podas ligeras pero regulares, con el fin de controlar su crecimiento y estimular un follaje más denso. Se pueden recortar las puntas de las ramas jóvenes para fomentar la ramificación o dar formas específicas, como esferas o conos, según se prefiera.
  • El laurel tolera bien la poda y es capaz de regenerarse incluso después de cortes severos, lo que brinda flexibilidad en su mantenimiento. Se aconseja utilizar herramientas limpias y bien afiladas para realizar cortes precisos que cicatricen rápidamente. Además, las hojas retiradas pueden secarse y emplearse como condimento en la cocina, obteniendo así un aprovechamiento adicional de esta tarea de mantenimiento.

Control de plagas y enfermedades

  • El laurel es una planta resistente a plagas y enfermedades cuando se mantiene en buenas condiciones. No obstante, en ambientes interiores puede ser susceptible a ciertos problemas, especialmente la cochinilla y el hongo de la negrilla, que suele aparecer en presencia de esta plaga.
  • Si se observan pequeños insectos blanquecinos o una sustancia pegajosa en las hojas (melaza), posiblemente acompañada de un recubrimiento negro (negrilla), es importante actuar de inmediato. Una solución efectiva en interiores es limpiar las hojas con un paño húmedo impregnado con agua jabonosa suave. Para infestaciones más severas, se puede recurrir al aceite de neem, un insecticida natural que combate la cochinilla sin necesidad de químicos agresivos.
  • Sin embargo, la mejor estrategia es siempre la prevención: mantener el laurel en condiciones óptimas, evitar el exceso de humedad ambiental (que favorece la aparición de hongos) y revisar periódicamente el envés de las hojas, donde suelen asentarse las plagas.

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