Huertas en el lugar de trabajo: claves para una empresa más sostenible y saludable

La huerta comunitaria de Monterrey nació en 2010 para recuperar un parque abandonado.

Foto: Jardín Botánico de Bogotá

Si en algún momento se ha preguntado cómo su empresa puede empezar a actuar de manera más sostenible, más allá de cumplir con lo mínimo exigido, una huerta empresarial puede ser un excelente punto de partida. No se trata solo de cultivar plantas, sino de sembrar una nueva forma de pensar el espacio laboral: más consciente, más saludable y más conectada con su entorno. Estos espacios verdes permiten aprovechar residuos orgánicos, promover el bienestar del equipo, incentivar hábitos saludables y crear lazos más sólidos con la comunidad.

Y es que las empresas que implementan huertas e iniciativas ambientales con sus colaboradores no solo contribuyen al cuidado del medio ambiente, sino que también fortalecen significativamente su cultura organizacional y mejoran el bienestar de sus equipos de trabajo. Así lo comenta Cristian Peñafiel, vicepresidente de Gestión Humana Banco Itaú:

“Estas prácticas permiten a las organizaciones mitigar los efectos negativos de sus operaciones mientras generan un impacto positivo tanto interno como externo. Cuando las empresas impulsan actividades que promueven cambios de comportamiento sostenible entre sus colaboradores, crean un ambiente laboral más consciente y comprometido con el futuro del planeta”.

Comenta de hecho, que esto es esencial porque las huertas corporativas y programas como el uso eficiente de recursos, la adopción de prácticas de movilidad sostenible y las iniciativas de reducción de huella de carbono, generan múltiples beneficios. Estos espacios verdes en el lugar de trabajo no solo mejoran la calidad del aire y el ambiente laboral, sino que también se convierten en lugares de encuentro que fortalecen las relaciones interpersonales y el sentido de pertenencia.

Además, las actividades de sensibilización ambiental como jornadas pedagógicas de reciclaje, siembra de árboles y limpiezas de espacios naturales, permiten a los trabajadores comprender de manera práctica la importancia de la preservación y conservación de los recursos naturales. Estas experiencias compartidas crean vínculos más fuertes entre los equipos y desarrollan una conciencia colectiva sobre la responsabilidad ambiental.

“Nosotros por ejemplo, creemos que la educación ambiental es fundamental para generar un cambio real. Por ello, sensibilizamos a nuestros Itubers mediante experiencias transformadoras que incluyen jornadas pedagógicas de reciclaje, actividades de siembra de árboles y jornadas de limpieza de playas. Estas iniciativas no solo nos permiten contribuir directamente a la conservación del medio ambiente, sino que también refuerzan en nuestro equipo la importancia vital de preservar y proteger los recursos naturales para las generaciones futuras” dijo Peñafiel.

¿Pero qué beneficios tiene implementar este tipo de iniciativas y cómo implementar una en su trabajo?

Las empresas que buscan innovar en la gestión del talento y avanzar en sus compromisos de sostenibilidad han encontrado en los huertos urbanos una herramienta poderosa y versátil. Más que una tendencia, estos espacios representan una forma concreta de conectar a los equipos de trabajo con la naturaleza, mejorar el bienestar laboral y generar impactos positivos en múltiples dimensiones. Esta práctica, que ha tomado fuerza a nivel local y global, se perfila como una estrategia integral de transformación organizacional. Por ejemplo, según datos del Jardín Botánico de Bogotá, actualmente existen en la ciudad cerca de 13 mil huertas activas, y la meta trazada en el Plan de Desarrollo Distrital es alcanzar 25 mil proyectos funcionando antes de que finalice la actual administración, lo que evidencia el impulso institucional y la creciente acogida de estas iniciativas en distintos sectores, incluido el empresarial.

¿Qué beneficios comprobados para el bienestar laboral existen en este tipo de acciones?

Está ampliamente demostrado que los espacios verdes generan beneficios significativos en la salud física y mental de las personas. Las huertas urbanas, en particular, no solo aportan al equilibrio ambiental, sino que también cumplen un rol clave en el fortalecimiento del tejido social, la economía local y la educación ambiental.

Según Yuly Forero, fundadora de Cultivando Vida, un emprendimiento santandereano que promueve la agricultura orgánica a través de servicios de capacitación, estos espacios funcionan como aulas vivas donde se aprenden prácticas sostenibles, se comprende el valor de los ciclos naturales y se promueve una relación más consciente con el entorno. Al mismo tiempo, impulsan la generación de empleo y nuevas oportunidades económicas en áreas como el reciclaje, el compostaje, la agricultura urbana, la reparación y el diseño sostenible. Este enfoque contribuye a reducir la dependencia de materias primas vírgenes y favorece un uso más eficiente de los recursos, alineándose con los principios de la economía circular.

En el entorno empresarial, los beneficios también son evidentes. Las huertas laborales:

• Reducen los niveles de estrés al ofrecer una desconexión natural durante la jornada.
• Mejoran el estado de ánimo y promueven el bienestar emocional.
• Combaten el sedentarismo mediante actividades físicas suaves y significativas.
• Fomentan la colaboración y el trabajo en equipo entre diferentes áreas de la organización.
• Fortalecen el sentido de pertenencia, al permitir que los colaboradores se involucren en una causa compartida y visible.

En conjunto, las huertas urbanas se consolidan como una estrategia que conecta salud, sostenibilidad, economía y cohesión social, generando valor en múltiples niveles tanto dentro como fuera de la empresa.

Por tu parte, además del bienestar, los huertos empresariales también ofrecen ventajas operativas tangibles:

• Producción de frutas, hortalizas y aromáticas frescas, ecológicas y sin químicos.
• Reducción de costos operativos asociados a la alimentación y el manejo de residuos orgánicos.
• Disminución de la huella de carbono y de las emisiones de alcance 1 y 2.
• Optimización de espacios subutilizados como terrazas, patios o áreas comunes.

Es importante destacar que instituciones como el Jardín Botánico de Bogotá han venido realizando esfuerzos técnicos, sociales y educativos significativos para fortalecer y promover la implementación de prácticas de agricultura urbana en el distrito capital. Esto se materializa mediante capacitaciones especializadas y asistencias técnicas en agricultura urbana agroecológica, proporcionando el respaldo necesario para que estas iniciativas sean exitosas y sostenibles en el tiempo. La implementación de huertos urbanos empresariales representa, por tanto, una inversión estratégica que genera retornos múltiples en bienestar laboral, sostenibilidad ambiental, cohesión social e innovación organizacional.

Cinco recomendaciones clave para iniciar una huerta urbana empresarial o en casa:

Aunque puede seguir la serie de recomendaciones que encontrará en los próximos videos, estas son algunas pautas básicas que conviene tener en cuenta antes de empezar.

1. Seleccione un espacio con buena luz solar: La luz es fundamental para el desarrollo de las plantas. Busque un lugar que reciba luz solar directa durante varias horas al día. Terrazas, patios, balcones o incluso ventanas bien iluminadas pueden funcionar.
2. Apóyese en guías técnicas confiables: Existen manuales de instituciones como la FAO que explican desde cómo iniciar una huerta casera hasta cómo establecer redes con otros productores urbanos, en caso de que quiera escalar el proyecto.
3. Elija recipientes adecuados según el tipo de planta: Cada especie tiene requerimientos distintos de espacio y profundidad. Por ejemplo, para cultivos como la zanahoria es necesario un recipiente profundo que permita el desarrollo de su raíz.
4. Investigue los requerimientos básicos de cada planta: Antes de sembrar, verifique condiciones como la necesidad de agua, luz, temperatura y espacio. Algunas especies se adaptan mejor a ciertos climas. Para comenzar, puede optar por aromáticas (como yerbabuena o menta) y hortalizas de ciclo corto (como lechuga o cebolla).
5. Respete la distancia de siembra entre plantas: No sembrar demasiado juntas las plantas es clave. Cada especie necesita un espacio mínimo para crecer sin competir por nutrientes, luz y agua. Esto mejora el rendimiento y la salud del cultivo.

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