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Mimosa sensitiva o planta vergonzosa: una curiosa aliada para su jardín

La Mimosa pudica es una planta tropical llamativa, ideal para quienes buscan una especie curiosa y fácil de cuidar.

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La  Huerta
03 de mayo de 2025 - 06:00 p. m.
Mimosa sensitiva: la planta que cierra sus hojas al tocarla
Mimosa sensitiva: la planta que cierra sus hojas al tocarla
Foto: pixabay
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Si está buscando una planta que además de ser decorativa despierte la curiosidad de quienes la observan, la Mimosa pudica puede ser una excelente elección. No solo destaca por sus delicadas flores y su fácil adaptación al cultivo en casa, sino también por un comportamiento inusual: sus hojas se pliegan al mínimo roce, como si reaccionaran al contacto humano. Este curioso rasgo, que la ha hecho popular en todo el mundo, se suma a su valor ornamental y a sus usos medicinales, convirtiéndola en una especie fascinante tanto para aficionados a la jardinería como para quienes exploran el poder de las plantas.

Conocida comúnmente como vergonzosa, adormidera, dormilona, sensitiva o moriviví, es una planta herbácea perenne de la familia de las mimosáceas. Originaria de las regiones tropicales de América, se ha propagado ampliamente en otras zonas cálidas del mundo, como África y Asia, gracias a su notable capacidad de germinación y adaptación. En algunos ecosistemas, esta facilidad de expansión ha llevado a que se considere una especie invasora.

La Mimosa pudica se reconoce fácilmente por sus tallos largos, que pueden medir hasta 90 centímetros. A veces crece pegada al suelo y sus tallos tienen pequeñas espinas, están marcados con líneas y cubiertos de pelitos blancos. Sus hojas son alargadas y se organizan en pares, una frente a otra, formando una especie de pluma. Lo más llamativo son sus flores redondas, pequeñas y de color rosado con tono malva, parecidas a pequeños pompones de entre 1 y 2 centímetros. Cuando se cultiva en maceta, rara vez pasa de los 50 centímetros de altura, pero en el suelo puede crecer mucho más, llegando a formar arbustos de hasta 1,5 metros.

Sin embargo, lo que ha fascinado al mundo de esta planta es sin duda su respuesta al tacto, fenómeno conocido como nictinastia. Y es que cuando la planta es rozada o estimulada, pliega rápidamente sus hojas como mecanismo de defensa para parecer marchita y así evitar ser consumida por herbívoros, además de reducir la evaporación de agua. Este comportamiento la sitúa entre las pocas especies vegetales capaces de realizar movimientos rápidos visibles, junto con la planta del semáforo y la dionea atrapamoscas.

Ojo, es importante señalar que este movimiento supone un considerable esfuerzo y estrés para la planta, por lo que no es recomendable provocarlo innecesariamente solo por observar la reacción.

Según el Jardín Botánico de Bogotá, la Mimosa pudica tiene interesantes usos medicinales, sobre todo en sus raíces. Se ha demostrado que ayuda a sanar heridas más rápido, combate microbios que pueden causar enfermedades, alivia el dolor y reduce la inflamación en zonas afectadas del cuerpo. Estas propiedades la hacen útil en tratamientos naturales para diferentes problemas de salud.

Cuidados

Luz

  • La Mimosa sensitiva requiere mucha luminosidad para desarrollarse correctamente. Debe ubicarse en el lugar más luminoso del hogar, preferiblemente cerca de ventanas donde reciba abundante luz natural durante todo el día. Esto fundamental para su crecimiento saludable y para estimular su característico movimiento de respuesta al tacto.
  • Resulta beneficioso sacarla al exterior para que reciba luz solar directa, lo que potenciará su desarrollo. Como mínimo, necesita unas 5 horas diarias de exposición directa al sol para mantenerse vigorosa. Si la mantiene en interior permanentemente, deberá considerar utilizar lámparas especiales que proporcionen la intensidad lumínica adecuada.

Temperatura

  • La Mimosa sensitiva puede cultivarse tanto en interior como en exterior, dependiendo del clima. En su región de origen con climas cálidos, prospera perfectamente en exteriores. Sin embargo, en zonas con climas más templados o fríos, se utiliza principalmente como planta de interior debido a sus necesidades específicas de temperatura.
  • Necesita temperaturas superiores a los 10°C para sobrevivir adecuadamente. En regiones donde el termómetro desciende por debajo de este umbral, es imprescindible trasladarla al interior durante los meses fríos. Es normal que pierda algunas hojas durante este proceso de adaptación, pero esto no debe preocuparnos ya que forma parte de su ciclo natural.
  • Además de la temperatura, es importante protegerla de las corrientes de aire, que podrían deshidratarla o causarle estrés. Si se cultiva en jardín en climas favorables, conviene tener presente su capacidad de expansión y tomar medidas para controlar su crecimiento si no se desea que invada más espacio del previsto, ya que en condiciones óptimas puede extenderse considerablemente.

Riego

  • Esta planta tropical requiere mantener un nivel constante de humedad en su sustrato, evitando tanto la sequedad como el encharcamiento. En temporada de calor, necesitarás regarla aproximadamente dos veces por semana para mantener el sustrato húmedo pero no saturado.
  • Si está en un clina frío, la frecuencia de riego disminuye considerablemente, siendo suficiente con una vez cada diez días o una vez por semana. Es importante verificar siempre el estado del sustrato antes de regar: cuando los primeros 2-3 centímetros estén secos, será momento de volver a aportar agua. El equilibrio en el riego es clave para evitar problemas radiculares por exceso de humedad.

Suelo y Drenaje

  • El sustrato ideal para la Mimosa debe tener un excelente drenaje para evitar el encharcamiento que podría provocar la pudrición de sus raíces. Se recomienda colocar una capa de material drenante como perlita en la base del contenedor antes de añadir el sustrato, asegurando así que el agua no se acumule.
  • Para el sustrato, una mezcla universal con fibra de coco, turba y humus de lombriz a partes iguales resulta óptima. Esta combinación proporciona nutrientes esenciales mientras mantiene el medio ligero y aireado. Si la planta en exterior, asegúrese de elegir un lugar donde el agua drene adecuadamente o considere retirar parte del suelo original para reemplazarlo con esta mezcla especial.

Abono

  • Aunque la Mimosa no es extremadamente exigente en cuanto a nutrición, se beneficia enormemente de aportes regulares de materia orgánica. Para estimular un crecimiento vigoroso, puedes incorporar abono orgánico de liberación lenta en el momento de la plantación, como los pellets de estiércol mencionados en el texto.
  • Durante los meses cálidos, resulta beneficioso aplicar humus de lombriz o compost en la base de la planta cada quince días. Si prefiere un enfoque más continuo, puede utilizar fertilizantes específicos para plantas de hoja verde siguiendo las instrucciones del fabricante. Una adecuada nutrición permitirá que la mimosa alcance fácilmente su potencial de crecimiento, llegando a medir hasta un metro de altura.

Trasplante

  • El trasplante de la mimosa sensitiva debe realizarse cuando su sistema radicular haya ocupado completamente el contenedor actual. El proceso consiste en extraer cuidadosamente el cepellón y colocarlo en un nuevo recipiente con sustrato fresco, ligeramente más grande que el anterior para permitir su desarrollo.
  • Es posible optar por plantar varias mimosas sensitivas juntas o combinarlas con otras especies como ciclámenes o pensamientos para crear composiciones más vistosas. Es normal que después del trasplante las hojas permanezcan cerradas durante un periodo prolongado, como mecanismo de protección ante el estrés. No debe alarmarse; basta con proporcionar los cuidados habituales hasta que la planta se adapte a su nuevo entorno.

Plagas y enfermedades

  • Como cualquier planta, la mimosa sensitiva puede verse afectada por diversas plagas y enfermedades. Los problemas más comunes incluyen ácaros, pulgones, cochinillas y hongos, que pueden comprometer seriamente su salud si no se detectan y tratan a tiempo. La prevención mediante inspecciones regulares resulta fundamental.
  • La aparición de estos problemas suele estar relacionada con condiciones ambientales inadecuadas, como el exceso de humedad o la falta de ventilación. Mantener un entorno equilibrado y observar con frecuencia el estado de la planta permitirá identificar cualquier anomalía desde sus primeras manifestaciones, facilitando un tratamiento temprano y evitando daños mayores a esta peculiar y fascinante especie.

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Luis Aragon(cnzg9)03 de mayo de 2025 - 06:37 p. m.
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