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Paso a paso para acabar con los hormigueros en el jardín, según una experta

Las hormigas pueden convertirse en plagas difíciles en jardines y huertas, pero es posible controlarlas de forma sostenible mediante métodos biológicos, manejo preventivo y repelentes naturales.

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Leidy Barbosa
12 de julio de 2025 - 12:10 a. m.
Hormigas obreras
Hormigas obreras
Foto: Pixabay
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Si usted ha tenido plantas en casa, ha cultivado un jardín o ha intentado mantener un pequeño huerto urbano, seguramente ha lidiado con una plaga tan persistente como frustrante: las hormigas. Aunque a simple vista puedan parecer inofensivas o incluso beneficiosas para el ecosistema, en el mundo de la jardinería pueden convertirse en aliadas silenciosas de otras plagas o en destructoras directas de la vegetación.

Desde las arrieras, que defolian cultivos enteros en una sola noche, hasta la llamada “hormiga loca”, que protege a insectos chupadores como pulgones y cochinillas, estas especies representan un verdadero reto para quienes buscan mantener sus plantas sanas sin recurrir a químicos agresivos. A continuación, se presentan métodos biológicos, preventivos y de manejo que permiten controlar su presencia de manera efectiva y sostenible, respetando tanto el equilibrio ecológico como la salud de su jardín.

¿Qué hormigas son problemáticas en el jardín?

Según Yuly Forero, fundadora de Cultivando Vida, un emprendimiento santandereano que promueve la agricultura orgánica mediante procesos de capacitación, las hormigas constituyen un grupo diverso de insectos con millones de especies distribuidas por todo el mundo. En el contexto de la horticultura y la jardinería, dos tipos resultan especialmente problemáticos: las hormigas cortadoras, también conocidas como arrieras, y una especie pequeña de color marrón o negro comúnmente llamada “hormiga loca”, cuyo nombre científico es Paratrechina fulva.

“Esta última especie es particularmente relevante por su relación simbiótica con insectos chupadores de savia, como los pulgones, las cochinillas algodonosas y las moscas blancas. Esta asociación mutualista es común en jardines y huertas, donde las hormigas protegen a estos insectos a cambio de las secreciones azucaradas que producen”, explica la experta.

Ambos tipos de hormigas representan una amenaza considerable para los cultivos. Las arrieras ocasionan daños directos al cortar y transportar hojas, lo que debilita la planta por defoliación. Por su parte, P. fulva genera un daño indirecto al favorecer la proliferación de insectos fitófagos que succionan la savia, debilitando así los tejidos vegetales. Esta dinámica convierte a ambas especies en plagas de importancia en sistemas agrícolas y espacios de jardinería doméstica.

Algo que se debe tener en cuenta es que en regiones donde no se presentan estaciones marcadas, los períodos húmedos son especialmente críticos. Durante estas épocas, los insectos chupadores aumentan su actividad y reproducción, lo que a su vez atrae a las hormigas pequeñas en busca de las secreciones dulces que generan estas plagas. Las hormigas cortadoras también intensifican su actividad en estas condiciones, pues la humedad favorece tanto el crecimiento de vegetación como el desarrollo del hongo simbiótico que cultivan en sus nidos.

“Por esta razón, los periodos de lluvia —o “inviernos” locales— requieren una vigilancia más constante y una preparación preventiva rigurosa. Es fundamental realizar monitoreos frecuentes y tener los tratamientos listos para su aplicación inmediata", aseguró Forero.

¿Cómo controlar las hormigas?

“Para el control de hormigas arrieras o cortadoras, existe una alternativa biológica efectiva utilizando naranjas en estado de descomposición que han desarrollado el característico moho verde del hongo Penicillium“, dijo Forero.

Este método funciona así:

  • Preparación del biorepelente: El proceso consiste en colocar la naranja mohosa en una taza de agua y dejarla reposar durante toda la noche. Es fundamental utilizar guantes durante toda la preparación por medidas de seguridad. Al día siguiente, el agua habrá adquirido una coloración verdosa, indicando la presencia del hongo en solución.
  • Aplicación: Se diluye esta solución en otra taza de agua (proporción 1:1) y se transfiere a un atomizador. La aplicación se realiza directamente sobre el hormiguero si este es localizable, o alternativamente sobre los senderos y rutas de tránsito de las hormigas.
  • Mecanismo de acción: El fundamento de esta técnica radica en la competencia fúngica. El Penicillium aplicado entra en contacto con el hongo simbiótico que las hormigas cortadoras cultivan en sus colonias, desplazándolo y alterando su equilibrio nutricional. Esta interferencia obliga a las hormigas a abandonar el sitio y buscar nuevas ubicaciones para establecerse.

“Esta estrategia representa un control biológico, ya que evita el uso de insumos tóxicos mientras transforma un residuo orgánico (naranja en descomposición) en un recurso útil para la protección de cultivos, ejemplificando los principios de la agricultura sostenible”, aseguró.

Por otro lado, para el control de las hormigas pequeñas (Paratrechina fulva o “hormiga loca”), que establecen relaciones simbióticas con insectos chupadores, es importante comprender que estas hormigas no constituyen el problema principal, sino que actúan como facilitadoras de las verdaderas plagas.

Para ellas puede hacer lo siguiente:

1. Repelentes caseros efectivos: Los repelentes naturales más eficaces incluyen preparaciones de ajo con canela, ruda con orégano, y jabón potásico. Estos mismos tratamientos son especialmente útiles contra los insectos chupadores asociados: cochinillas algodonosas, pulgones y moscas blancas.

2. Protocolo de aplicación: Dado que estos productos funcionan como repelentes y no como insecticidas, los insectos no mueren por contacto, sino que son disuadidos de permanecer en el área tratada. Por esta razón, es fundamental realizar una limpieza previa exhaustiva de las plantas afectadas.

Procedimiento recomendado:

  1. Inspección detallada: Examinar cuidadosamente toda la planta para identificar las áreas más comprometidas
  2. Poda sanitaria: Eliminar las partes severamente afectadas y aquellas que presenten alta concentración de insectos
  3. Limpieza manual: Retirar físicamente los insectos visibles antes de la aplicación
  4. Aplicación del repelente: Una vez limpia la zona, proceder con el tratamiento seleccionado

Este enfoque integral asegura la efectividad del control, ya que combina la remoción física de las plagas con la creación de un ambiente hostil que previene su reestablecimiento.

“En cuanto al uso de repelentes naturales, se recomienda aplicarlos al final de la tarde, cuando la intensidad del sol ha disminuido. Esto reduce el riesgo de fitotoxicidad —es decir, daños a las plantas causados por la interacción entre el repelente y la radiación solar—, como quemaduras o estrés foliar. Además, la aplicación vespertina permite que el producto actúe durante las horas nocturnas, cuando muchas de estas plagas están más activas", aseguró la experta.

Técnicas adicionales de control:

Una estrategia efectiva y ecológica consiste en el intercambio territorial de suelos entre hormigueros. Esta técnica aprovecha el comportamiento altamente territorial de las hormigas: al trasladar tierra de un hormiguero a otro, se desencadena una respuesta de abandono inmediato del sitio, incluyendo la reina y toda la colonia. Este método representa una alternativa no tóxica que respeta los ecosistemas naturales.

Pero, como en la mayoría de los casos, el mejor método sigue siendo la prevención. ¿Y cómo se logra? Según Yuly Forero, cada tipo de hormiga requiere un enfoque distinto cuando se trata de evitar su aparición:

Prevención para hormigas cortadoras:

El control preventivo se basa en el manejo del hábitat. Las condiciones de alta humedad combinadas con ausencia de cobertura vegetal facilitan el establecimiento de estas hormigas cerca de los cultivos. Las estrategias preventivas incluyen:

  • Cobertura vegetal (mulch): Implementar coberturas con corteza de pino, hojarasca seca o fibra de coco
  • Manejo fitosanitario: Mantener las plantas en óptimas condiciones de salud
  • Control de humedad: Regular las condiciones ambientales del área cultivada

Prevención para hormigas pequeñas:

Dado que estas hormigas buscan insectos chupadores, el enfoque preventivo debe centrarse en evitar las condiciones que favorecen estas plagas:

  • Nutrición adecuada: Las plantas debilitadas por deficiencias nutricionales son más susceptibles al ataque de pulgones y cochinillas
  • Condiciones de cultivo óptimas: Utilizar macetas apropiadas y sustratos de calidad
  • Programa de fertilización: Establecer un calendario mensual de abonado para mantener las plantas vigorosas y resistentes

Un manejo nutricional consistente fortalece las defensas naturales de las plantas, reduciendo la incidencia de insectos chupadores y, consecuentemente, la presencia de hormigas asociadas.

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Leidy Barbosa

Por Leidy Barbosa

Periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en la producción audiovisual y en animación digital. Apasionada por temas medioambientales y sociales.@leidyramirezbLbarbosa@elespectador.com

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