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El pepino africano (Cucumis metuliferus), también conocido como kiwano, melón con cuernos o fruta del paraíso, es una especie originaria del sur y centro de África. Su apariencia inusual, con una cáscara espinosa de color naranja brillante, lo hace destacar en cualquier mercado. Pero su valor no es solo estético; su pulpa verde gelatinosa tiene un sabor refrescante que combina notas de pepino, plátano y maracuyá. El pepino africano es nativo de regiones áridas y semiáridas de Sudáfrica, Namibia, Botsuana y Zimbabue. En estos lugares, ha sido consumido durante siglos por comunidades locales, no solo por su sabor, sino también por su capacidad de conservarse durante largos períodos sin necesidad de refrigeración.
“Se trata de una planta que ha evolucionado para resistir condiciones extremas”, explica Tomás Rojas, ingeniero agrónomo de la Universidad de la Sabana, con más de 15 años de experiencia en cultivos exóticos. “Sus raíces profundas y su cáscara gruesa le permiten soportar sequías prolongadas y suelos poco fértiles”.
A finales del siglo XX, el kiwano comenzó a ganar popularidad fuera de África. Se introdujo en países como Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos y algunas regiones de América Latina, donde su demanda creció debido a su aspecto exótico y propiedades nutricionales. Actualmente, es un producto de exportación en países como Nueva Zelanda, que lo comercializa como una fruta gourmet.
El pepino africano es fácilmente reconocible por su aspecto:
• Cáscara: Gruesa y de color amarillo-anaranjado cuando está maduro, con protuberancias espinosas.
• Pulpa: Verde gelatinosa, con pequeñas semillas blancas comestibles.
• Sabor: Refrescante y ligeramente ácido, con toques de pepino, plátano y maracuyá.
• Planta: Enredadera vigorosa, similar a la del pepino común, con hojas grandes y flores amarillas.
“La cáscara dura no solo protege la pulpa, sino que también le da una vida útil prolongada”, señala Rojas. “Esto hace que sea un fruto ideal para la exportación. En restaurantes de alta cocina, el kiwano es muy valorado por su aspecto y sabor inusual”, comenta Rojas.
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Beneficios nutricionales
Este fruto ofrece múltiples beneficios para la salud, “Es un excelente alimento para deportistas, ya que ayuda a reponer electrolitos de forma natural”, señala Rojas, según el experto, estos son sus beneficios:
• Alto contenido de agua: Perfecto para mantenerse hidratado.
• Rico en antioxidantes: Ayuda a combatir el envejecimiento celular.
• Fuente de vitamina C: Refuerza el sistema inmunológico.
• Alto en fibra: Mejora la digestión y previene el estreñimiento.
• Bajo en calorías: Ideal para dietas de control de peso.
• Aporte de magnesio y potasio: Beneficioso para la salud muscular y cardiovascular.
A pesar de sus múltiples beneficios, el consumo de kiwano debe hacerse con precaución, ya que su alto contenido en fibra puede generar molestias digestivas si se ingiere en exceso. Además, su cáscara espinosa requiere manipulación cuidadosa para evitar heridas. “Es recomendable probarlo en pequeñas cantidades la primera vez y asegurarse de que esté bien maduro para disfrutar su mejor sabor”, sugiere Rojas.
Guía de siembra del pepino africano
Cultivar kiwano no es complicado si se siguen ciertos pasos.
1. Elección del sitio y condiciones ideales: Prefiere temperaturas entre 20 y 30°C, su suelo debe ser franco-arenoso, con buen drenaje y pH entre 6 y 6.5, con una exposición solar a pleno sol, y para el espacio necesita soportes para trepar. “El kiwano es una planta trepadora, así que es recomendable usar tutores o mallas”, aconseja Rojas.
2. Preparación del suelo: Airear el suelo con una pala, agregar compost o abono orgánico y asegurar un buen drenaje. “El exceso de humedad puede provocar enfermedades fúngicas”, advierte Rojas.
3. Cuidados del cultivo: El riego debe ser moderado, evitando encharcamientos, su fertilización debe tener abonos ricos en potasio y nitrógeno cada 15 días, tutorado necesario para evitar que los frutos toquen el suelo, y con control de plagas, pues se pueden presentar ácaros y pulgones. “El uso de jabón potásico y extracto de ajo es una solución natural contra plagas”, recomienda Rojas.
4. Cosecha y almacenamiento: Se cosecha entre 90 y 120 días después de la siembra, el fruto cambia de verde a amarillo-anaranjado cuando está maduro, se corta con tijeras para evitar dañar la planta, y puede almacenarse hasta seis meses sin refrigeración. “Cuanto más maduro, más dulce será su sabor”, enfatiza Rojas.
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