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Plantas bianuales: ¿cuáles son y qué cuidados debería considerar?

Las plantas bianuales, aunque poco conocidas, son aliadas versátiles y resistentes que, con buenos cuidados, ofrecen cosechas prolongadas y adaptables en cualquier huerta.

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Leidy Barbosa
29 de junio de 2025 - 05:00 p. m.
La zanahoria es uno de los cinco mejores cultivos que puede sembrar en abril, según el experto. Es un cultivo de raíz que se desarrolla bien en suelos sueltos y profundos
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Foto: Getty Images
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Cuando se piensa en la vida de una planta, lo habitual es dividirlas en dos grandes grupos: las que viven poco (anuales) y las que viven mucho (perennes). Pero entre estos extremos existe una categoría menos conocida que merece atención: las plantas bianuales. Con un ciclo de vida que se despliega en dos etapas —una para crecer y otra para florecer—, estas especies no solo sorprenden por su estrategia, sino también por su utilidad en huertas, jardines y procesos de restauración ecológica. Aquí le contamos por qué vale la pena conocerlas y cultivarlas.

“Las plantas bianuales pueden durar, como su nombre indica, por más de 2 años. En la primera temporada o en el primer ciclo de vida, forman sus raíces y sus hojas. Algunos dan frutos hasta el siguiente período o algunos hacen su proceso de floración para posteriormente dar semillas, que es de donde recogemos el material para nuevas siembras”, explicó Yuly Forero, fundadora de Cultivando Vida, un emprendimiento santandereano que promueve la agricultura orgánica a través de servicios de capacitación.

La experta explica que, durante el primer año, las plantas bianuales emiten tallos muy cortos y desarrollan hojas en forma de roseta, es decir, en disposición radial. En esta etapa, se enfocan en alcanzar su máxima frondosidad antes de iniciar su fase reproductiva. Para pasar a esta segunda etapa, la mayoría requiere un estímulo de frío conocido como vernalización, que activa la floración en el siguiente ciclo.

En el segundo año, con el aumento de la temperatura, la planta produce una vara floral —proceso que en términos populares se conoce como “espigarse”—. En cultivos agrícolas como la espinaca o la zanahoria, este espigamiento marca el fin del aprovechamiento comercial, ya que la planta se vuelve fibrosa y pierde calidad para el consumo.

¿Cómo cultivar estás plantas?

Según Forero, una de las claves para sembrar plantas bianuales es darles buenas condiciones de cultivo desde el inicio, ya que los mejores resultados se ven en su segundo año, cuando maduran. A diferencia de plantas anuales como la albahaca, que crecen, florecen y mueren en menos de un año, las bianuales como el perejil o la rama de apio tardan más en desarrollarse. Por ejemplo, estas últimas pueden necesitar hasta 8 meses para estar listas para la cosecha, aunque son ideales para huertas pequeñas por su tamaño y resistencia.

Para disfrutar de una cosecha abundante y asegurar que las plantas bianuales completen su ciclo con vigor, es fundamental aplicar un manejo adecuado desde el primer año. Esto incluye cuidados constantes que favorecen su desarrollo y preparan la planta para su floración y reproducción en el segundo año. Entre las prácticas recomendadas se encuentran:

  • Fertilización mensual: Aporta los nutrientes necesarios para un crecimiento saludable.
  • Control efectivo de plagas y enfermedades: Evita que factores externos debiliten la planta durante su largo ciclo.
  • Cobertura vegetal (mulch): Utilice hojarasca, corteza de pino o viruta de madera para conservar la humedad y mejorar el suelo.
  • Buena exposición solar: Ubique las plantas en lugares que reciban al menos 3 horas de sol directo al día.
  • Riegos frecuentes sin encharcar: Mantenga el sustrato húmedo, pero evite el exceso de agua que puede dañar las raíces.

Este conjunto de acciones ayuda a que la planta llegue fuerte a su segundo año, cuando florece y culmina su ciclo natural.

“Creo que algo importante que considerar a la hora de tener una de estas plantas es que una de sus características más interesantes en el caso de las planta bianuales con follaje es la posibilidad de extender su ciclo productivo. Cuando se realiza una cosecha constante, su vida útil puede prolongarse más allá de los dos años habituales, alcanzando incluso los tres o cuatro años. Esto ocurre porque la cosecha frecuente estimula a la planta a seguir produciendo hojas”, explicó la experta.

Sin embargo, aclara que esta opción no aplica igual para todos los tipos de bianuales. Plantas como la cebolla o la zanahoria, por ejemplo, deben cosecharse cuando el bulbo o la raíz han alcanzado su punto óptimo, ya que forman parte del objetivo principal del cultivo. Aun así, algunas personas optan por no extraer las zanahorias, permitiendo que florezcan para obtener semillas.

Un caso especial es el del perejil. Aquí, el manejo del ciclo de vida queda completamente en manos del jardinero. Si se continúa con la cosecha frecuente de hojas, la planta sigue produciendo. Pero si se suspende la cosecha y se deja en reposo, rápidamente inicia su fase final: florece, produce semillas y concluye su ciclo. Esta flexibilidad es una de sus mayores ventajas, ya que permite elegir entre seguir aprovechando el follaje o pasar a la producción de semilla, según las necesidades y prioridades del cultivo.

“Algo importante es que, aunque las plantas bianuales pueden parecer discretas o poco populares, su verdadero valor está en esa versatilidad. Con cuidados básicos desde el primer año —buena luz, riegos adecuados, nutrición y control de plagas—, estas especies no solo completan su desarrollo, sino que pueden ir más allá de su ciclo habitual y seguir aportando a la huerta, tanto en productividad como en autosuficiencia", explicó la experta.

Es precisamente por esa combinación de resistencia y adaptabilidad que las bianuales representan una excelente alternativa para quienes buscan lo mejor de ambos mundos para su huerta: la rapidez de las anuales y la estabilidad de las perennes. Son más tolerantes al frío y a la sequía que muchas especies de ciclo corto —como la acelga o la remolacha— y, al mismo tiempo, florecen con mayor rapidez que la mayoría de las perennes. A esto se suma su capacidad de auto-sembrarse: al finalizar su ciclo, las semillas caen al suelo y germinan solas cuando las condiciones climáticas mejoran, reduciendo la necesidad de replantar y haciendo más fácil el manejo de la huerta.

Sin embargo, también existen dificultades, pues estas plantas son menos resistentes que las perennes y prefieren temperaturas entre 10 y 21 grados Celsius, lo que puede complicar su cultivo en climas extremos del sur profundo o el norte extremo.

“Lo ideal es contar con el acompañamiento de un experto, especialmente si se piensa en un cultivo a mayor escala. Así se garantiza que las plantas bianuales se adapten adecuadamente a las condiciones de su huerta”, concluyó Forero.

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Leidy Barbosa

Por Leidy Barbosa

Periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en la producción audiovisual y en animación digital. Apasionada por temas medioambientales y sociales.@leidyramirezbLbarbosa@elespectador.com

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Al fin que bianuales o bienales, son dos cosas distintas
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