Seguramente en algún momento se ha llevado un buen susto al encontrar una araña en lugares poco deseados, como cerca de la cama, detrás de una puerta o en algún rincón oscuro de la casa. Aunque estos animales suelen ser inofensivos y hasta beneficiosos para el ecosistema, su presencia puede resultar incómoda. Por suerte, existen plantas aromáticas que, además de embellecer y perfumar el hogar, ayudan a mantenerlas alejadas de forma natural.
A continuación, le presentamos algunas de las más efectivas para repeler arañas, todas fáciles de cultivar y con múltiples beneficios adicionales.
Albahaca
La albahaca (Ocimum basilicum) es una hierba aromática anual perteneciente a la familia de las lamiáceas, originaria de las regiones tropicales de África Central y el sudeste asiático, aunque cultivada desde hace milenios en todo el mundo. Se caracteriza por ser una planta de crecimiento bajo (30-130 cm) con hojas de color verde lustroso, forma oval, borde dentado y textura sedosa, que desarrolla flores blancas o violáceas agrupadas en espigas. Además de su popularidad en la gastronomía mediterránea y asiática, donde se utiliza tanto fresca como seca en numerosos platos (desde la famosa salsa pesto italiana hasta currys tailandeses), la albahaca destaca por sus propiedades repelentes naturales contra insectos.
Y es que el intenso aroma de la albahaca actúa como un eficaz repelente natural que mantiene alejadas a las arañas y diversos insectos voladores, reduciendo así las fuentes de alimento para los arácnidos y creando un efecto disuasorio doble. Esta planta aromática puede cultivarse fácilmente en macetas ubicadas estratégicamente cerca de ventanas o junto a otras plantas en huertos urbanos, requiriendo para ello una posición soleada (aunque agradece algo de sombra en climas muy calurosos) y suelos fértiles, permeables y húmedos. De este modo, la albahaca ofrece un doble beneficio: protege naturalmente el hogar de insectos indeseados mientras proporciona hojas frescas para uso culinario
Menta
La menta (Mentha) es una planta aromática que pertenece a la familia de las Lamiáceas y reúne entre trece y dieciocho especies diferentes. Se encuentra en casi todo el mundo, desde Europa y Asia hasta África, Oceanía y América. Es conocida por crecer con fuerza y rapidez, y puede alcanzar hasta 120 cm de altura. Sus hojas, que crecen en pares enfrentados, son alargadas, con bordes dentados y una leve pelusa. Las flores son pequeñas y tienen una forma tubular con cuatro lóbulos desiguales. El aceite esencial de menta, además de su aroma refrescante, es reconocido como un repelente natural contra las arañas, y su efectividad ha sido comprobada en estudios científicos.
Esta planta resulta especialmente práctica para mantener alejadas a las arañas y otros artrópodos debido a su penetrante aroma, que resulta desagradable para estas especies.
El cultivo de menta es sencillo y versátil, pudiendo realizarse en macetas colocadas estratégicamente en balcones, entradas o ventanas, con la ventaja adicional de que se reproduce con facilidad, permitiendo multiplicar sus puntos de protección en el hogar. Para potenciar su efecto repelente, también es posible cortar algunas ramas y distribuirlas por los espacios habitables o, alternativamente, preparar una infusión con sus hojas que puede aplicarse mediante pulverización en aquellos rincones donde habitualmente se detecta la presencia de arañas, ofreciendo así una solución natural, efectiva y aromática para mantener estos arácnidos lejos de los espacios domésticos.
Lavanda
La lavanda (Lavandula) es un género de plantas perteneciente a la familia de las lamiáceas, con aproximadamente sesenta especies aceptadas, aunque se han descrito más de doscientas. Originaria de la cuenca mediterránea, especialmente de Francia y España, prospera en regiones cálidas con suelos alcalinos. Esta planta perenne de tallos cuadrangulares y flores típicamente azul-violáceas (aunque ocasionalmente blancas) se ha extendido por cultivo desde la región macaronésica hasta la India, siendo muy apreciada tanto por su valor ornamental como por su eficacia como repelente natural.
El característico aroma de la lavanda, tan agradable para los humanos, resulta insoportable para numerosos insectos y artrópodos, incluidas las arañas, lo que la convierte en un excelente repelente natural. Sus flores pueden secarse y colocarse en pequeñas bolsas de tela cerca de puertas y ventanas para aprovechar esta propiedad, o puede cultivarse directamente en macetas para ubicarla estratégicamente en entradas, terrazas y alféizares, combinando así su función protectora con su valor decorativo mientras atrae a polinizadores beneficiosos como abejas y mariposas.
Eucalipto
El eucalipto (Eucalyptus) perteneciente a la familia de las mirtáceas, comprende aproximadamente setecientas especies, principalmente originarias de Australia y Nueva Guinea, aunque actualmente se encuentran distribuidas globalmente como especies introducidas. Estos árboles perennes de porte recto pueden alcanzar alturas de hasta 60 metros. Una característica distintiva de muchos eucaliptos es su corteza exterior de color marrón claro que se desprende en tiras, revelando una corteza interior más lisa con manchas grisáceas o parduscas. Sus hojas evolucionan notablemente durante su desarrollo: comienzan siendo sésiles, ovaladas y grisáceas en su etapa juvenil, para luego alargarse y adquirir un característico tono verde azulado brillante en su fase adulta, conteniendo valiosos aceites esenciales de aroma balsámico con potentes propiedades desinfectantes.
Además de su importancia económica primaria en la industria papelera, donde sus fibras cortas y uniformes proporcionan cualidades ideales para la fabricación de papel de alta calidad, el eucalipto ofrece un interesante uso alternativo como repelente natural de arañas gracias a los potentes aceites esenciales contenidos en sus hojas. Para aprovechar esta propiedad, se pueden colocar ramilletes de hojas frescas en estanterías o colgarlas cerca de puertas y ventanas, creando una barrera aromática que resulta desagradable para estos arácnidos. Aunque el cultivo del eucalipto en espacios domésticos presenta ciertos desafíos debido a sus requerimientos de abundante luz solar y espacio para desarrollarse plenamente, quienes tengan acceso a hojas frescas pueden beneficiarse de esta aplicación natural y aromática para mantener alejadas las arañas de los espacios habitables.
Caléndulas
La caléndula (Calendula officinalis) es una planta aromática que pertenece a la familia de las asteráceas. Puede ser anual o perenne, y con el tiempo su base puede volverse un poco leñosa. Aunque su origen exacto no se conoce, se cree que proviene del cruce entre diferentes especies del mismo género. Es común en la región mediterránea y crece entre 20 y 55 cm de altura, con tallos que pueden ser rectos o algo inclinados. Sus hojas son simples, alargadas y crecen de forma alterna. Las flores, de un vivo color amarillo o anaranjado, miden entre 3 y 5 cm y tienen una curiosa particularidad: se cierran al anochecer y se abren al amanecer, respondiendo a la luz del día. La caléndula ha sido usada desde la antigüedad por griegos, hindúes y árabes, y hoy se valora por sus propiedades para aliviar inflamaciones, ayudar en la cicatrización, combatir bacterias y hongos, y calmar espasmos.
Sin embargo, también se usa como repelente de insectos o arácnidos, y es que la caléndula contiene compuestos aromáticos y aceites esenciales que pueden actuar como repelentes naturales para ciertos artrópodos. Su aroma característico, aunque tenue para los humanos, puede resultar desagradable para algunos insectos, incluidas posiblemente las arañas. Esta propiedad, sumada a su facilidad de cultivo (ya que es poco exigente respecto al tipo de suelo y resiste tanto heladas como sequías), la convierte en una opción potencialmente útil como planta repelente en jardines y espacios domésticos. Sin embargo, es importante notar que la caléndula también atrae pulgones, lo que debe considerarse al utilizarla en jardines.
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