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De Marruecos a su jardín: ¿Cómo sembrar y cuidar el árbol de argán?

Descubra la historia, beneficios y guía práctica para cultivar el árbol de argán, símbolo de resiliencia y riqueza natural.

Diego Suárez

06 de diciembre de 2024 - 02:00 p. m.
Se recomienda cultivar el argán en suelos con pH ligeramente alcalino (7.0-8.5). Protéjerlo de heladas, ya que no tolera temperaturas bajo cero. Además, sea paciente: el argán es de crecimiento lento, pero su resistencia y longevidad valen la espera
Foto: Secretaria de Ambiente de Bogotá
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El árbol de argán (Argania spinosa), originario de las regiones del suroeste de Marruecos, ha sido venerado durante siglos por los aceites que se extraen de sus frutos. Su legado se entrelaza con las tradiciones culturales y económicas de las comunidades bereberes que han encontrado en este recurso natural una fuente de sustento y bienestar. “El argán es más que un simple aceite; es un símbolo de resiliencia y biodiversidad”, afirma Gabriel Romero, botánico de Colviveros.

El árbol de argán es una especie resistente que puede alcanzar hasta 10 metros de altura y vivir más de 200 años. Se adapta a climas extremos, prosperando en suelos pobres y soportando largos periodos de sequía. Su tronco retorcido y su copa espinosa son características que lo hacen reconocible.

“El argán tiene un ciclo lento: puede tardar entre 5 y 10 años en producir frutos, pero esa paciencia es recompensada con un aceite de altísima calidad”, explica Romero. Los frutos, que tardan casi un año en madurar, son verdes y ovalados, con un núcleo duro que contiene una o dos semillas, de donde se extrae el aceite.

¿Para qué se utiliza el aceite de argán?

El aceite de argán se ha convertido en un elemento básico en el cuidado personal gracias a sus propiedades hidratantes y antioxidantes. Su composición, rica en vitamina E, ácidos grasos esenciales y compuestos fenólicos, según Romero, lo hace ideal para tratar problemas como la piel seca, el envejecimiento prematuro y el cabello dañado.

“Es un humectante natural que penetra fácilmente en la piel, dejando una sensación de suavidad sin residuos grasos”, comenta el botánico. Además, su uso regular puede ayudar a reducir la aparición de cicatrices, estrías y manchas causadas por el sol.

En la cocina, el aceite de argán es igualmente valioso. Su versión comestible, ligeramente tostada, aporta un sabor a nuez y un aroma ahumado que realza platos como ensaladas, cuscús y pan tradicional. Además, es una fuente de ácidos grasos monoinsaturados, beneficiosos para la salud cardiovascular. En la gastronomía marroquí, es común mezclarlo con miel y almendras para crear amlou, una pasta dulce considerada un manjar local.

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El estudio ‘Chemical Composition and Biological Properties of Argan Oil: A Review’, realizado por investigadores liderados por Dr. Abderrahim Boukhobza y publicado en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry en el año 2022, llevó a cabo un análisis químico, en donde evaluaron la composición del aceite utilizando cromatografía de gases y espectrometría de masas para identificar y cuantificar los tocoferoles, ácidos grasos esenciales y compuestos fenólicos presentes. Además, estudios clínicos que revisaron ensayos con grupos de control en los que se midió el impacto del consumo de aceite de argán en los niveles de colesterol y marcadores inflamatorios, y pruebas in vitro e in vivo, con las que analizaron los efectos antioxidantes y antiinflamatorios en células humanas y en modelos animales. Determinando que el aceite de argán debe su reputación a una combinación de propiedades químicas y beneficios, tales como:

  • Antioxidantes naturales: Su alta concentración de tocoferoles (vitamina E) lo convierte en un protector contra los radicales libres, responsables del envejecimiento celular.
  • Hidratación profunda: Los ácidos grasos omega-6 y omega-9 restauran la barrera natural de la piel, manteniéndola suave y flexible.
  • Antiinflamatorio: Estudios han demostrado que sus compuestos fenólicos tienen propiedades antiinflamatorias, útiles para calmar irritaciones y condiciones como el eczema.
  • Regenerador capilar: Es ideal para tratar puntas abiertas, controlar el frizz y devolver el brillo al cabello opaco.
  • Salud cardiovascular: Consumido en su forma comestible, ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL y mejora la circulación sanguínea.

Sus raíces profundas ayudan a prevenir la erosión del suelo y su resistencia a la sequía lo convierte en una barrera natural contra la desertificación. Además, las cooperativas gestionadas por mujeres bereberes han transformado el cultivo del argán en una herramienta de empoderamiento económico.

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“El argán es el alma de nuestra comunidad. Al trabajar con él, no solo conservamos nuestra tradición, sino que también aseguramos un futuro sostenible para nuestras familias”, afirma Romero.

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El proceso de obtención del aceite de argán es laborioso. Los frutos se recolectan a mano, se secan al sol, se extraen las semillas y las prensan en frío para obtener el preciado líquido. Se necesitan aproximadamente 30 kilos de frutos para producir un litro de aceite, lo que explica su alto costo en el mercado internacional.

En los últimos años, el incremento de la demanda ha planteado desafíos en términos de sostenibilidad. Sin embargo, iniciativas como la declaración del bosque de argán como Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1998 han ayudado a garantizar su protección.

Guía para sembrar en casa

El árbol de argán es una especie resistente y de crecimiento lento, ideal para climas áridos. Si desea cultivarlo en casa, siga esta guía, recomendada por Romero:

  1. Preparación de las semillas: Remoje las semillas en agua tibia durante 24-48 horas para ablandar la cubierta externa y facilitar la germinación.
  2. Preparación del sustrato: Use una mezcla de tierra arenosa con materia orgánica para imitar las condiciones naturales del árbol. Asegúrese de que el sustrato drene bien para evitar el encharcamiento.
  3. Siembra: Siembre las semillas a una profundidad de 2-3 cm. Riegue ligeramente después de sembrar.
  4. Ubicación: Coloque la maceta en un lugar soleado. El argán requiere al menos 6 horas de luz solar diaria.
  5. Riego: Mantenga el suelo ligeramente húmedo durante las primeras semanas, pero no lo sature. Reduzca el riego a una vez cada dos semanas cuando la planta esté establecida.
  6. Trasplante (opcional): Si comenzó en maceta y el árbol crece bien, trasplántelo al jardín cuando alcance los 20-30 cm de altura.

Cuidados continuos

  • Poda: Realice podas ligeras para mantener una forma adecuada y eliminar ramas muertas.
  • Riego: En climas secos, riegue ocasionalmente. En condiciones más húmedas, reduzca el riego al mínimo.
  • Fertilización: Use compost orgánico una vez al año.
  • Germinación: Las semillas pueden tardar de 1 a 3 meses en germinar.
  • Producción de frutos: El árbol comienza a dar frutos después de 5-10 años.
  • Clima adecuado: Crece mejor en climas cálidos y áridos, con temperaturas entre 25°C y 35°C.

“Se recomienda cultivar el argán en suelos con pH ligeramente alcalino (7.0-8.5). Protegerlo de heladas, ya que no tolera temperaturas bajo cero. Además, sea paciente: el argán es de crecimiento lento, pero su resistencia y longevidad valen la espera” concluye el botánico Gabriel Romero.

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Por Diego Suárez

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