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Si alguna vez ha querido que su huerta sea algo más que un simple espacio para sembrar, y busca darle un propósito más profundo, la agricultura biodinámica podría ser el camino que está buscando. Esta propuesta no se limita a reemplazar insumos químicos por opciones orgánicas, sino que parte de una visión integral: la huerta o finca se concibe como un organismo vivo, donde el ser humano, el suelo, las plantas y los animales interactúan en equilibrio. Esta conexión constante entre todos los elementos no solo favorece una producción más saludable y sostenible, sino que también transforma la manera en que nos relacionamos con la naturaleza, los alimentos y la comunidad que los cultiva.
Y es que la diferencia fundamental entre una huerta orgánica y una biodinámica radica en la forma en que se concibe el sistema agrícola. Mientras la agricultura orgánica suele centrarse en reemplazar insumos sintéticos por alternativas naturales, la biodinámica va un paso más allá al entender la huerta como un todo interconectado.
Un ejemplo es que en el enfoque orgánico convencional, aunque se utilizan productos de origen natural como insecticidas, fungicidas o herbicidas, sigue presente la lógica de intervenir desde el exterior para resolver problemas puntuales. La biodinámica, en cambio, busca que la mayoría de las soluciones provengan del mismo ecosistema de la huerta, aprovechando la interacción entre sus distintos componentes. Como lo explica Laura Patiño, líder en Tota Terra, un espacio que centraliza productos y servicios relacionados con la Agricultura Biodinámica y el cual está ubicado en Chía, Cundinamarca “la finca se entiende como un sistema vivo completo, donde los recursos internos se integran de forma armónica para fortalecer su equilibrio”.
Añade, además, que este tipo de agricultura reconoce la interacción constante entre el ser humano, el suelo, las plantas y los animales. Y es que cada uno de estos elementos cumple una función vital: el suelo representa la base física; las plantas, la dimensión vital; los animales aportan una energía anímica al entorno, y el ser humano es quien aporta conciencia e individualidad al espacio productivo, moldeando su carácter único.
“Esta perspectiva integral explica por qué cada finca biodinámica desarrolla cualidades únicas, resultado de la interacción específica entre estos cuatro elementos en cada espacio”, aseguró.
De hecho, la biodinámica incorpora muchas prácticas ecológicas también presentes en la agricultura orgánica:
- Protección de la salud del suelo
- Rotación de cultivos
- Manejo ecológico con acolchado
- Uso ocasional de preparados naturales como humus de lombriz, purín de ortiga o decocción de cola de caballo para combatir problemas específicos
“Sin embargo, uno de los pilares de este enfoque son los preparados biodinámicos, elaborados a partir de plantas medicinales cuidadosamente seleccionadas. Entre ellas se encuentran la ortiga, la milenrama, la manzanilla, la cola de caballo, el diente de león y la valeriana, entre otras. Estos preparados se aplican al compost o directamente al suelo y se utilizan también en pulverizaciones foliares, con el fin de fortalecer el equilibrio natural y vital del ecosistema agrícola”, añade Patiño.
Otras características importantes son:
- Calendario biodinámico: La biodinámica se apoya en un calendario agrícola que orienta las labores del campo según los ciclos naturales y astronómicos. Este calendario señala los momentos más propicios para sembrar, trasplantar, cosechar y aplicar preparados, con el objetivo de armonizar las actividades agrícolas con los ritmos de la naturaleza.
- La finca como organismo vivo: Desde la perspectiva biodinámica, la finca no es una suma de partes, sino un ecosistema completo, interrelacionado y autosuficiente. Se concibe como un “organismo agrícola” en el que el suelo, las plantas, los animales y el ser humano están en constante interacción.
- Rol del agricultor y preparados biodinámicos: El agricultor tiene la responsabilidad de generar condiciones que fortalezcan los procesos vitales del entorno. Para ello, utiliza preparados especiales elaborados con plantas medicinales, minerales y estiércol, que ayudan a activar y equilibrar la vida del suelo y de los cultivos. Estos preparados son una herramienta central para fomentar la salud del ecosistema agrícola.
¿Pero qué beneficios tiene en sí?
“Antes de hablar de los beneficios, es útil saber que la agricultura biodinámica fue creada por Rudolf Steiner en 1924 como parte de su visión del mundo (llamada antroposofía). Lo interesante es que Steiner dijo que su propuesta sería más útil y comprendida unos cien años después, y hoy vemos que tenía razón: estamos viviendo una crisis ambiental y también enfrentamos un nuevo tipo de contaminación causada por tecnologías como el Wi-Fi y los satélites. Aunque Steiner no conocía estos detalles, su enfoque consideraba que había conexiones naturales con la tierra más profundo y sensible, entendiendo que cultivar no es solo una tarea técnica, sino también una forma de cuidar la vida en todas sus formas” dijo Patiño.
Unos de los beneficios de este tipo de cultivos son:
1. Cualidades Organolépticas: Los alimentos producidos mediante métodos biodinámicos destacan significativamente por sus cualidades organolépticas (aquellas percibidas por los sentidos):
- Sabor: Más intenso, complejo y equilibrado
- Color: Más vivo y característico de cada producto
- Aroma: Más pronunciado y auténtico
- Textura: Óptima para cada tipo de alimento
Estas cualidades hacen que productos como el cacao, el café y el vino biodinámicos sean reconocidos como productos premium en el mercado global.
“De hecho, así como existen diversas certificaciones para productos orgánicos y ecológicos (Rainforest Alliance, CoCert, Biotrópico, entre otras), la certificación Demeter es el sello distintivo que garantiza que un producto ha sido cultivado siguiendo las estrictas pautas de la agricultura biodinámica. Esta certificación representa el nivel más exigente dentro de la producción agrícola sostenible”, afirmó la experta.
2. Propiedades Nutricionales y Físicas Mejoradas: Los productos biodinámicos demuestran ventajas medibles en diversos parámetros:
- Grados Brix más elevados: Esta medida de concentración de sólidos solubles (principalmente azúcares) en frutas indica una mayor capacidad de captación y transformación de la energía solar, resultando en sabores más intensos y mejor desarrollo de nutrientes.
- Mayor vida poscosecha: Las frutas y hortalizas biodinámicas mantienen su frescura y vitalidad durante períodos significativamente más prolongados, lo que reduce el desperdicio alimentario y permite una logística de distribución más eficiente.
- Valor nutricional optimizado: La concentración y biodisponibilidad de nutrientes tiende a ser superior, lo que potencia los beneficios para la salud de los consumidores.
3. Dimensión social: Muchas de las labores, como la elaboración y aplicación de los preparados en este tipo de huertas y cultivos, se realizan en jornadas comunitarias que fortalecen el vínculo entre las personas y la tierra.
“Esta dimensión colectiva se enmarca dentro de un movimiento más amplio inspirado en la antroposofía, que también abarca áreas como la pedagogía Waldorf, la medicina integrativa, la arquitectura, las artes y la economía fraterna. Instituciones como el Goetheanum en Dornach, Suiza, consolidan este enfoque”, dijo la experta.
¿Cómo establecer una?
“El primer paso para iniciar un proyecto de agricultura biodinámica es realizar una evaluación profunda del entorno. Esta no debe centrarse únicamente en el terreno donde se cultivará, sino que debe contemplar el ecosistema en su totalidad: la calidad del suelo, la disponibilidad de agua, los ciclos naturales, las especies presentes y las interacciones con el entorno cercano. Comprender este contexto más amplio permite diseñar un sistema agrícola que esté en armonía con su entorno, en lugar de imponerse sobre él“, explicó Patiño.
El diseño de una huerta biodinámica se basa en la concepción del espacio como un organismo vivo que, como todo ser natural, requiere protección frente a factores externos que puedan afectarlo negativamente. Esta “piel protectora” adquiere una relevancia especial cuando el entorno presenta condiciones adversas, tales como:
- El uso de agroquímicos en cultivos cercanos
- Entornos urbanizados con alta concentración de edificaciones
- Áreas con niveles elevados de contaminación ambiental
- Zonas expuestas a vientos fuertes o contaminantes
“El agricultor biodinámico asume la responsabilidad de crear las condiciones adecuadas para que la vida florezca en todas sus formas. En este sentido, la biodiversidad se convierte en una herramienta esencial”, explicó la experta.
Para fortalecer la biodiversidad y mitigar los efectos de estas condiciones externas, se implementan diversas prácticas, como:
- Siembra diversificada de flores nativas: Atrae polinizadores que son fundamentales para la fertilidad del sistema.
- Cultivo de una variedad de plantas: Contribuye a la riqueza del ecosistema y favorece sus interacciones.
- Fomento de fauna benéfica: La presencia de polinizadores, aves y otros organismos enriquecen el entorno y mejoran las dinámicas ecológicas.
Una vez contemplado estas practicas, se debe ver la distribución de los diversos elementos dentro de la huerta biodinámica, los cuales deben responder a una lógica funcional, optimizando las interacciones entre sus componentes. Algunas áreas clave incluyen:
- Áreas de compostaje: Espacios dedicados a la transformación de residuos orgánicos en nutrientes esenciales para el suelo.
- Lombricultivos: Zonas para la producción de humus de lombriz, un fertilizante natural que mejora la salud del suelo.
- Secciones de plantas medicinales: Áreas para el cultivo de especies con propiedades medicinales, muchas de las cuales se emplearán en la elaboración de los preparados biodinámicos.
- Espacio de cultivos alimenticios: La huerta propiamente dicha, donde se producirán los alimentos para consumo.
“Otras acciones que se realiza para preservar la integridad de la huerta biodinámica, es implementar diversas estrategias de protección que aseguren un entorno saludable y equilibrado”, dijo la experta.
Algunas de estas son:
- Barreras vegetales: La plantación estratégica de arbustos y árboles crea zonas de amortiguamiento que filtran contaminantes del aire, protegen contra vientos dominantes y actúan como barreras contra el ingreso de agroquímicos de parcelas vecinas.
- Zanjas de contención: En terrenos donde existe el riesgo de infiltración de sustancias químicas a través del agua subterránea, la construcción de zanjas perimetrales puede prevenir la contaminación del suelo de la huerta.
- Sistemas de gestión hídrica: Priorizar la captación de agua de lluvia mediante sistemas eficientes de recolección ayuda a reducir la dependencia de fuentes externas, que podrían estar contaminadas.
Claves para aplicar los biopreparados
“Se debe entender que estos preparados, elaborados a partir de plantas medicinales, minerales y estiércol de vaca, actúan como catalizadores que fortalecen los procesos vitales del suelo, las plantas y el compost. Son altamente concentrados y deben aplicarse con cuidado, en dosis mínimas y siguiendo principios precisos. Entender su uso adecuado es fundamental para evitar desequilibrios y aprovechar al máximo sus beneficios”, dijo la experta.
A continuación, se presentan los aspectos clave para su aplicación:
- Preparados para el compost: Los preparados de milenrama, manzanilla, ortiga, roble y diente de león se incorporan al compost para actuar sobre los procesos de descomposición y transformación de la materia orgánica. Estos se usan en pequeñas cantidades, aproximadamente 2 gramos por pila y se colocan en puntos específicos, con la ortiga siempre ubicada en el centro.
- Ritmo de aplicación: Para obtener resultados efectivos se recomienda aplicar los preparados cada 6 o 7 semanas. Este ritmo constante permite que sus efectos se acumulen y se mantengan en el tiempo.
- Enfoque a largo plazo: Tenga en cuenta que la agricultura biodinámica no busca resultados inmediatos, su objetivo es una mejora progresiva del equilibrio natural del ecosistema agrícola. Por eso, el respeto por las dosis, los momentos de aplicación y la secuencia correcta es esencial para lograr un impacto real y sostenible.
Estos preparados, además requieren cuidados específicos para conservar su eficacia. En particular, su almacenamiento debe realizarse con atención especial, ya que son extremadamente sensibles.
Para cuidarlos debe tener en cuenta que:
- Contenedor principal: Se recomienda utilizar un cajón elaborado con madera no tratada químicamente, que funciona como primera barrera protectora.
- Material aislante: El interior del cajón debe contener un material aislante natural como turba de madera o sustrato de fibra de coco, que actúa como protector contra interferencias externas.
- Recipientes individuales: Cada preparado debe conservarse en frascos de vidrio individuales, nunca en recipientes metálicos o plásticos que podrían alterar sus propiedades.
- Separación: Los frascos deben mantenerse adecuadamente separados entre sí dentro del material aislante, evitando la interacción entre los diferentes preparados cuando están en estado concentrado.
"En definitiva, la agricultura biodinámica no solo propone una forma distinta de cultivar, sino una manera más consciente de habitar el mundo. Al integrar el conocimiento ancestral con una mirada profunda sobre los ritmos de la naturaleza y el papel del ser humano dentro del ecosistema, esta práctica transforma la huerta en un espacio vivo, resiliente y lleno de sentido. Más que producir alimentos, se cultiva vida“, finalizó la experta.
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