¿Ha escuchado hablar de las frutas de hueso y se ha preguntado qué significa realmente ese término? Aunque su nombre puede sonar curioso, no se refiere a frutas con forma de hueso, sino a un grupo muy especial y sabroso dentro del mundo vegetal. En este artículo le explicamos qué son, de dónde vienen y por qué han sido valoradas desde hace miles de años, tanto por su sabor como por su versatilidad.
Las frutas de hueso o drupas son un tipo específico de fruta caracterizada por tener una única semilla grande y dura en su interior, conocida técnicamente como endocarpio o carozo. Esta semilla está rodeada por una pulpa carnosa y jugosa donde se concentran el sabor y las propiedades nutritivas más beneficiosas. El término “fruta de hueso” hace referencia precisamente a esta estructura interna, que las diferencia de otros tipos de frutas como las bayas, que pueden contener múltiples semillas pequeñas dispersas en su pulpa.
La mayoría de estas frutas tienen su origen en Asia, particularmente en China, donde se cree que los melocotones fueron domesticados hace más de 4.000 años. Su expansión hacia Europa y otras regiones del mundo se produjo a través de las rutas comerciales, especialmente la Ruta de la Seda. Ya en la época romana (siglo III a.C.) existían evidencias del cultivo de ciruelas y cerezas en Europa, mientras que los melocotones llegaron al mundo mediterráneo durante la Edad Media. Esta dispersión fue posible gracias a su facilidad de cultivo y gran capacidad de adaptación a diferentes climas y terrenos.
La diversidad de variedades es extraordinaria: existen más de 2.000 tipos diferentes de ciruelas, más de 1.000 variedades de cerezas y más de 2.000 tipos de melocotones en todo el mundo. Esta abundante variedad es resultado de la adaptación natural y la selección humana a lo largo de miles de años, permitiendo que estas frutas prosperen en una amplia gama de condiciones climáticas y geográficas.
Durazno
El durazno, conocido también como melocotonero (Prunus persica), es un árbol frutal de la familia Rosaceae que puede alcanzar hasta 6 metros de altura. Se propaga por semillas y se adapta a una gran variedad de suelos, aunque prefiere terrenos profundos con buen drenaje. Requiere abundante exposición solar y no tolera fríos extremos. Su fruto, el melocotón o durazno, es una drupa caracterizada por contener una única semilla encerrada en una cáscara dura llamada “hueso” o “carozo”. La fruta presenta normalmente una piel aterciopelada y pulpa amarilla o blanquecina de sabor dulce y aroma delicado, aunque existe una variedad sin vello conocida como nectarina, pelón o pavía.
Según el Jardín Botanico de Bogotá, el durazno se consume tanto fresco como procesado en conservas, almíbar, desecado (orejones o huesillos), y se utiliza para preparar compotas, mermeladas, dulces, helados y jugos. Además de su valor alimenticio, tiene propiedades medicinales: se usa como diurético y sedante, mientras que las hojas sirven como emoliente y expectorante. Nutricionalmente, es rico en fibra y vitamina A, beneficiosa para la salud ocular, cutánea y el mantenimiento de tejidos.
Ciruela
La ciruela, también llamada pruna, es el fruto del ciruelo, un árbol que pertenece al grupo de los Prunus. Es una fruta carnosa con una sola semilla dura en su interior, más grande que otras del mismo grupo, como las cerezas. El ciruelo es un árbol que pierde sus hojas en ciertas épocas del año y puede medir entre 3 y 8 metros de alto. Tiene hojas de color verde amarillento que miden entre 10 y 20 centímetros, flores pequeñas de color rojo o rosado, y sus frutos son de forma ovalada, miden unos 3 cm y pueden ser rojos, morados o amarillos.
En Colombia, especialmente en Girardot (Cundinamarca), esta fruta es conocida como “ciruela calentana”. Además, en el Departamento del Atlántico se celebra cada año un festival en honor a la ciruela.
Según la Universidad del Norte, la ciruela tiene una rica historia de uso que se remonta a tiempos prehispánicos, cuando los mayas la cultivaron y domesticaron tanto como alimento como planta medicinal. Sus frutos son ricos en vitamina C y se consumen frescos o procesados en mermeladas, vinos y vinagre, mientras que tradicionalmente se utilizaban las hojas para aliviar dolores de cabeza y úlceras bucales, la corteza en infusión contra la diarrea, y combinaciones de diferentes partes de la planta para tratar diversas afecciones. Actualmente, las poblaciones silvestres de ciruelos se encuentran en los bosques tropicales secos y fragmentados de México y América Central, donde sus semillas son dispersadas principalmente por venados.
Cereza
La cereza es el fruto de varios árboles del género Prunus, originarios de la zona entre el mar Negro y el mar Caspio. Durante siglos su cultivo se limitó a esa región, hasta que en el siglo I a. C. comenzó a expandirse por Europa gracias al Imperio Romano. Desde entonces, se ha convertido en uno de los frutales más valorados en el mundo.
Las cerezas tienen forma redonda u ovalada y suelen medir unos dos centímetros de diámetro, aunque hay muchas variedades con diferencias en tamaño, color y sabor. Algunas son rojas o casi negras, otras amarillas, verdes o púrpuras; su pulpa también puede ser dulce o ácida, como en el caso de la cereza acerola (ácida, con pulpa amarilla) o la Skeena (dulce y completamente roja).
Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del gobierno de México en su página web, además de ser deliciosas, las cerezas son buenas para la salud. Aportan antioxidantes como la vitamina C y las antocianinas, que ayudan a reducir la inflamación. También contienen fibra, que mejora la digestión, y melatonina, una sustancia natural que ayuda a regular el sueño. Por eso, las cerezas no solo son una fruta sabrosa, sino también beneficiosa para el bienestar general.
Mango
El mango es el fruto de varias especies de árboles del género Mangifera, especialmente de Mangifera indica, que fue introducido en América por los portugueses a través de Brasil a finales del siglo XVIII, desde donde se extendió por todo el continente. Es una drupa jugosa de gran variabilidad, con formas redondas y colores que cambian durante la maduración desde verde oscuro hasta tonos verdes claros, amarillos, naranjas, rojos o morados. La pulpa del mango maduro es dulce, de textura suave o fibrosa y de color naranja o amarillo.
Existen más de mil variedades de mango en el mundo, siendo India el país con mayor diversidad con más de 500 variedades nombradas, aunque el comercio internacional se basa en un número limitado de variedades mejoradas. Entre las variedades más conocidas se encuentran el mango de hilacha (muy fibroso), el mango criollo (pequeño como un huevo), el Tommy Atkins (resistente al transporte), el mango chancleta (alargado), el mango manzano (rojizo y redondo) y el mango de azúcar (muy dulce y popular para jugos). Según Frank Jimy García Navarrete, docente de ingeniería ambiental de la Universidad ECCI nutricionalmente, el mango es rico en vitaminas C, E y A, minerales como potasio, magnesio, hierro y calcio, y fibra que favorece la digestión, convirtiéndolo en una fruta tropical altamente valorada tanto por humanos como por diversas especies de animales que también lo consumen.
Níspero
El níspero japonés (Eriobotrya japonica) es un árbol frutal perennifolio de la familia Rosaceae, originario del sudeste de China donde se cultiva desde hace más de 2000 años y se conoce como pípá. Fue introducido a Japón alrededor del año 1189, donde se naturalizó y lleva cultivándose durante más de mil años. Posteriormente, se expandió por Europa, llegando al Jardín Nacional de París en 1782 y al Jardín Real de Kew en Londres, desde donde se dispersó por el resto del continente, África y América.
Es un árbol de hasta 10 metros de altura con tronco recto y corteza café oscura, hojas simples alternas de forma ovalada con bordes aserrados y textura rugosa, de color verde oscuro intenso en el haz y verde pálido en el envés. Sus flores son pequeñas, blancas, acampanadas con cinco pétalos, agrupadas en inflorescencias piramidales que florecen en otoño o comienzos del invierno. El fruto es una esfera carnosa de 3-6 cm, con cáscara suave, amarillo pálido o anaranjada y pulpa jugosa de sabor dulce-ácido, conteniendo de 1 a 5 semillas grandes.
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