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“Tejiendo lo invisible”, la nueva exposición del Jardín Botánico de Medellín

La exposición Los bosques. Tejiendo lo invisible es una invitación a descubrir, aprender y conectarse con la naturaleza a través del arte, la ciencia y la educación,

Leidy Barbosa

25 de julio de 2025 - 06:04 p. m.
Es un recorrido que resalta la importancia y belleza de los ecosistemas forestales.
Foto: Jardín Botánico de Medellín
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¿Qué pasaría si al mirar un árbol pudiera ver también las historias que guarda, las redes que lo conectan con todo lo que vive? En el Jardín Botánico de Medellín, esa pregunta deja de ser una metáfora y se convierte en experiencia. Bajo la sombra de una ceiba centenaria, entre senderos que huelen a tierra y tiempo, nace Los bosques. Tejiendo lo invisible, una exposición que invita a observar de otro modo: no con prisa, sino con asombro. Aquí, el arte se entrelaza con la ciencia para revelar lo que normalmente escapa a la vista —las historias silenciosas que sostienen la vida en un ecosistema forestal, y que siguen estando ahí en silencio en el corazón urbano de Medellín.

“Como jardín botánico, tenemos la responsabilidad fundamental de investigar, conservar y educar sobre la biodiversidad. Esto nos permite abordar una variedad de temas, siempre con un mensaje central: la conservación. En un país como Colombia, es crucial generar conciencia sobre el cuidado de nuestra riqueza natural, especialmente en lo que respecta a nuestros ecosistemas forestales”, afirma Claudia García, directora del Jardín Botánico de Medellín.

Según explica, realizar esta experiencia se debe a que uno de los principales desafíos es que, al observar un bosque, muchas personas solo ven árboles, sin percibir los procesos extraordinarios que ocurren en este sistema vivo. La realidad es que cada árbol forma parte de una red compleja de relaciones con numerosas especies que habitan tanto en las copas como en lo profundo del suelo. Comprender un bosque implica ir más allá del paisaje visible: reconocer los hongos que establecen vínculos simbióticos, las raíces que se comunican entre sí, los insectos que polinizan y descomponen, la fauna que dispersa semillas y la diversidad vegetal que coexiste en distintos estratos.

“Por eso nos hicimos una pregunta esencial: ¿cómo podemos hacer visibles esas relaciones invisibles, para que las personas comprendan que un bosque no es solo un conjunto de árboles?”, añade. Para responder a este reto, el Jardín trabajó en colaboración con expertos de CEB Estudio —responsables de la museografía—, bajo la dirección de Marcela Pérez Ramírez, directora de Educación del Jardín. Juntos desarrollaron herramientas pedagógicas, didácticas y experienciales que permiten a los visitantes llevarse una nueva mirada sobre los bosques y descubrir las maravillas ocultas que solo se revelan cuando se aprende a observar más allá de lo evidente.

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Es un recorrido que resalta la importancia y belleza de los ecosistemas forestales.
Foto: Jardín Botánico de Medellín

¿Qué ofrece la exposición?

Esta exposición rompe con el concepto tradicional de museo: no hay vitrinas ni objetos aislados. En su lugar, propone una experiencia inmersiva donde las verdaderas obras de arte son los árboles vivos y el propio bosque andino del Jardín Botánico.

“Como museo de colecciones vivas, el Jardín alberga más de 6.500 ejemplares que representan alrededor de 1.450 especies vegetales. Para esta muestra, se hizo una curaduría cuidadosa que permitió seleccionar algunos de los ejemplares más representativos y significativos, integrando el paisaje como parte esencial del relato”, dijo la directora.

Según García, hay tres estaciones para descubrir lo invisible:

  1. La Rotonda: Los Estratos del Bosque: El recorrido comienza en la rotonda con una introducción a los estratos del bosque —desde el dosel hasta el sotobosque— a través de ilustraciones naturalistas del colectivo Biógrafos que presentan esta estructura como una arquitectura viva. En este punto también se destacan las 106 fotografías del ingeniero forestal Sebastián Ramírez, tomadas en bosques del Chocó, Guainía, Nariño, Huila y La Guajira, que aportan una mirada científica y sensible a la vez. Su trabajo no solo revela la diversidad visible de estos ecosistemas, sino que también pone en evidencia lo que aún no conocemos.
  2. El Árbol Abuelo: Cronología Natural: El eje de esta estación es una ceiba de más de 120 años, conocida como el “árbol abuelo”. A su lado, se exhiben secciones transversales de un urapán y un gualanday, este último proveniente del Parque Bolívar. Con el acompañamiento del profesor Jorge Giraldo, se revela cómo los anillos del tallo permiten leer la historia del árbol: sequías, enfermedades y hasta los efectos del fenómeno de El Niño. Es, literalmente, una biografía escrita en madera.
  3. El Bosque: Relaciones Invisibles: Esta es quizá la parte más reveladora del recorrido. Con elementos visuales como hilos suspendidos, espejos y juegos de luces, se muestran las interacciones que ocurren bajo la superficie: raíces que se comunican, hongos que establecen simbiosis, insectos que transforman el suelo. Uno de los fenómenos más llamativos es la llamada “timidez de las copas”, en la que las ramas de los árboles, aunque cercanas, no se tocan, evitando así la propagación de enfermedades. Un comportamiento que, sin ser visible a simple vista, dice mucho del equilibrio natural.
Es un recorrido que resalta la importancia y belleza de los ecosistemas forestales.
Foto: Jardín Botánico de Medellín

“Cada estación tiene su propio lenguaje, pero todas están unidas por una narrativa curatorial que entrelaza ciencia, arte y pedagogía sin simplificar la complejidad del ecosistema. Nosotros creemos que solo se puede cuidar lo que se conoce. Por eso, la educación es una parte fundamental de nuestra misión: necesitamos tomar conciencia de la realidad que enfrentamos”, explica Claudia García, directora del Jardín Botánico de Medellín.

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García advierte que el panorama es crítico: entre 2001 y 2022, Colombia perdió más de 6,8 millones de hectáreas de cobertura boscosa, una extensión comparable al tamaño de un país como Croacia. Solo en Antioquia, cada año se transforman cerca de 18.000 hectáreas de bosque en áreas de pastizales, lo que equivale a 1.360 veces la superficie del Jardín Botánico, que tiene 13,2 hectáreas. “Y eso sin hablar de deforestación total”, aclara. Para dimensionarlo aún más: esta pérdida equivale a deforestar todo el Valle de Aburrá durante cinco meses por ocho años consecutivos. “Muchas veces, como no lo vemos y no comprendemos su dimensión real, no nos damos cuenta de lo que tenemos que cuidar”, señala.

A esto se suma otro dato inquietante: aproximadamente el 20 % de la biodiversidad colombiana aún no ha sido descubierta. “Entonces la pregunta que debe quedar es: ¿cómo vamos a descubrir ese 20 %? ¿En qué condiciones? ¿Cómo lo vamos a proteger? ¿Qué vamos a hacer con esos bosques que albergan vida y secretos que ni siquiera la ciencia ha podido descifrar?”, cuestionó,

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Frente a este desafío, insiste en que debemos encontrar un equilibrio entre el desarrollo humano y la naturaleza que nos rodea. La educación y la conciencia ambiental, concluye, son las herramientas más poderosas que tenemos

Es un recorrido que resalta la importancia y belleza de los ecosistemas forestales.
Foto: Jardín Botánico de Medellín

Recomendaciones para ir

La exposición Los bosques. Tejiendo lo invisible abrió al público el pasado 22 de julio y estará disponible durante tres meses más en el Jardín Botánico de Medellín con entrada libre. Esta muestra, que fusiona arte, ciencia y educación, invita a los visitantes a descubrir las múltiples dimensiones del bosque y a conectarse emocionalmente con él.

“Aunque es una institución privada, el Jardín Botánico tiene acceso libre y gratuito. “Queremos que la gente lo sienta como suyo”, afirma. Solo en el último año fue visitado por cerca de 1.300.000 personas, y cada una vivió una experiencia que no solo se queda en la memoria, sino también en el corazón”, dijo.

Recomendaciones para la visita:

  • Recuerde que el Jardín es un museo vivo, por lo que no se permite el ingreso con mascotas, balones, patines ni bicicletas.
  • Use zapatos cómodos y cerrados para recorrer los senderos del Jardín sin inconvenientes.
  • Traiga sombrero y protector solar, algunas zonas tienen exposición directa al sol.
  • No se permite el ingreso con mascotas, balones, bicicletas ni patines.
  • Observe con calma: disfrute las ilustraciones, sonidos y aromas del bosque.
  • Tómese una foto junto al árbol abuelo y déjese sorprender por la naturaleza. “Que la visita no sea solo un paseo, sino un verdadero encuentro con la naturaleza”, finalizó.

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Por Leidy Barbosa

Periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en la producción audiovisual y en animación digital. Apasionada por temas medioambientales y sociales.@leidyramirezbLbarbosa@elespectador.com

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