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Zanahoria: la hortaliza insignia para cultivar y cuidar en una huerta

La zanahoria se caracteriza por su raíz comestible y su color vibrante. Aquí le contamos cómo cuidarla.

La Huerta

05 de marzo de 2025 - 06:00 p. m.
La Daucus carota es una planta herbácea bienal con hojas pinnadas y flores blancas agrupadas en umbelas. Su raíz, que es la parte comestible, presenta un color que varía entre naranja, amarillo y morado, y es rica en nutrientes como vitamina A y antioxidantes.
Foto: Secretaria de Ambiente Cartagena
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La zanahoria es una de las hortalizas más consumidas en el mundo, apreciada tanto por su sabor como por su versatilidad en la cocina. Su cultivo es relativamente sencillo, lo que la convierte en una excelente opción para quienes desean iniciarse en la horticultura, ya sea en un huerto casero o en macetas. En esta guía, encontrará toda la información esencial para cultivar zanahorias de manera eficiente y disfrutar de sus beneficios en su propia mesa.

La zanahoria, conocida cientificamente como Daucus carota subsp. sativus, es una planta bienal de la familia Apiaceae, domesticada a partir de su variante silvestre. Originaria de Asia central y la región mediterránea, es el cultivo más importante de su familia. Durante su primer año, desarrolla una raíz gruesa y alargada, donde almacena azúcares que le sirven de energía para florecer en su segundo año, cuando puede superar un metro de altura y producir flores blancas en forma de umbela.

La parte comestible es su raíz principal, que cumple una función de almacenamiento. Su forma suele ser cónica y alargada, con una longitud promedio de 15 a 17 cm, aunque algunas variedades pueden alcanzar los 20 cm. Su peso varía entre 100 y 250 g. Aunque la zanahoria naranja es la más común, existen variedades moradas, blancas, rojas y amarillas, adempas, cuando está fresca y tierna, su sabor es ligeramente dulce.

La historia de la zanahoria como cultivo ha experimentado una evolución a lo largo de los siglos. Inicialmente, se cultivaba por sus hojas aromáticas y semillas, similar a otros miembros de su familia como el perejil o el comino. La primera mención al uso de su raíz como alimento aparece en el siglo I, y entre los siglos VIII y X se introdujo la zanahoria moderna en Europa. Durante el siglo XVI, agricultores neerlandeses desarrollaron variedades de color naranja intenso, posiblemente como homenaje a Guillermo de Orange, líder de la rebelión contra la monarquía española de los Habsburgo. Estas variedades ricas en carotenos tuvieron tal éxito que se convirtieron en el tipo predominante a nivel mundial.

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La zanahoria posee importantes propiedades medicinales según el Jardín Botánico de Bogotá, destacándose como diurética y antiinflamatoria natural. Este versátil vegetal es particularmente beneficioso para tratar diversas afecciones oculares, incluyendo problemas de la retina. También se utiliza terapéuticamente para trastornos cutáneos y diversas condiciones digestivas como gastritis, acidez excesiva y colitis. Su valor nutricional es excepcional, gracias a su alto contenido de fibra que ayuda a regular el tránsito intestinal y reducir el colesterol sanguíneo, además de su riqueza en vitamina A y carotenoides, compuestos que no solo benefician la visión, sino que también fortalecen el sistema inmunológico y proporcionan una potente acción antioxidante que protege las células del daño oxidativo.

¿Cómo cultivar zanahoria?

El proceso de siembra de zanahorias es fundamental para lograr una cosecha saludable y de buena calidad. Para ello, es importante considerar el preparado del suelo, el manejo de las semillas, la forma de siembra y el espaciamiento de las plantas. Aquí le explicamos paso a paso que debe hacer.

Preparación del suelo antes de sembrar:

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  • Antes de iniciar la siembra, es fundamental preparar bien el terreno, ya que las zanahorias requieren un sustrato suave, profundo y libre de obstáculos para desarrollarse correctamente. Considere un sustrato que pH cercano a 6, es decir, que sea ligeramente ácido para que favorezca la absorción de nutrientes.
  • Tenga en cuenta primero arar la tierra si, eliminando piedras y durezas, debido a que las raíces pueden deformarse si encuentran resistencia en el suelo.
  • Para mejorar el suelo de su huertas siga estos pasos: En suelos arcillosos, agregar arena para mejorar la aireación, en suelos pobres, enriquecer con materia orgánica como compost y en suelos compactados, hacer labranza profunda para facilitar el crecimiento de las raíces.

Antes de cultivar puede aplicar fosfato y potasio para estimular el desarrollo de raíces fuertes y rectas.

Preparación de las semillas

Las semillas de zanahoria son pequeñas y ligeras, por lo que pueden beneficiarse de algunos tratamientos antes de la siembra para mejorar la germinación.

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  • Remojo previo: Sumergir las semillas en agua durante 2 a 24 horas en climas secos, esto favorece la hidratación y acelera la germinación.
  • Mezcla con arena: Ayuda a distribuir mejor las semillas en el suelo. Evita que sean arrastradas por el viento.
  • Uso de papel húmedo: Dejar las semillas envueltas en un paño húmedo por 24-48 horas antes de sembrarlas. Esto es ideal si el clima es muy seco y se busca una germinación más rápida.

Métodos de siembra

Luego de seguir estos pasos, debe considerar el método de siembra. Esto se debe a que existen diferentes técnicas para sembrar zanahorias, dependiendo del espacio disponible y el control que se quiera tener sobre la distribución de las plantas.

  • Siembra por voleo: Este método consiste en esparcir las semillas de zanahoria de manera uniforme sobre la superficie del suelo, sin una distribución específica. Es una técnica recomendada para terrenos amplios, ya que permite una cobertura extensa con menos esfuerzo. Una vez dispersadas, las semillas deben cubrirse con una fina capa de aproximadamente 5 mm de sustrato para protegerlas y favorecer su germinación. Finalmente, se realiza un riego suave para humedecer el suelo sin desplazar las semillas.
  • Siembra en surcos: La siembra en surcos permite un mayor control sobre la distribución de las semillas y facilita el manejo del cultivo. Para este método, se crean surcos de 1 cm de profundidad, dejando un espacio de 2,5 cm entre ellos. Dentro de cada surco, se depositan las semillas de manera alineada, lo que ayuda a obtener una germinación más ordenada y uniforme. Este tipo de siembra también facilita el aclareo posterior, ya que permite identificar con mayor facilidad las plántulas que necesitan ser eliminadas para garantizar un desarrollo óptimo de las zanahorias.
  • Siembra en recipientes: Para quienes desean cultivar zanahorias en espacios reducidos, la siembra en recipientes es una excelente alternativa. Se recomienda utilizar contenedores con una profundidad mínima de 30-35 cm, lo que permite un buen desarrollo de la raíz. Es importante colocar una capa de grava en el fondo del recipiente para garantizar un drenaje adecuado y evitar el encharcamiento. La mezcla de sustrato debe contener arena y arcilla en proporciones equilibradas para mantener la humedad sin exceso de agua. Además, la capa superior debe estar compuesta por sustrato para semilleros rico en turba, lo que facilita la germinación y el crecimiento inicial de las plántulas.

Para garantizar un crecimiento óptimo de las zanahorias, es esencial regular la cantidad de plántulas en un mismo espacio mediante el aclareo. El primer aclareo debe realizarse cuando las plántulas han desarrollado dos hojas verdaderas, dejando una distancia de 5 cm entre cada una. Este paso es crucial para reducir la competencia por agua y nutrientes, permitiendo que las plantas más fuertes continúen su desarrollo sin restricciones.

El segundo aclareo se lleva a cabo cuando las zanahorias alcanzan 5-7 cm de altura, ajustando la distancia final entre ellas a 10-15 cm. Esto asegura que las raíces tengan suficiente espacio para crecer correctamente, evitando deformaciones o tamaños reducidos. Tenga en cuenta que si no se realiza el aclareo, las zanahorias pueden quedar pequeñas, torcidas o con formas irregulares debido a la falta de espacio y la competencia excesiva entre raíces.

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Cuidados generales

Luz

  • Las zanahorias prosperan cuando reciben luz solar plena, necesitando al menos 6 horas de luz directa diariamente. Esta exposición óptima garantiza un desarrollo vigoroso de las raíces y un crecimiento saludable de la planta en general. Sin embargo, en climas extremadamente calurosos o con sol muy intenso, es recomendable proporcionarles algo de sombra para protegerlas de daños por exceso de radiación.
  • Aunque pueden tolerar condiciones de sol parcial durante su crecimiento, esto resultará en un producto menos robusto y nutritivo.

Clima

  • Las zanahorias son vegetales relativamente adaptables que crecen mejor en climas templados con temperaturas moderadas. Prefieren condiciones frescas para desarrollar raíces dulces y crujientes, siendo ideales las temperaturas entre 15°C y 24°C durante su ciclo de crecimiento.
  • Son plantas bastante resistentes que pueden tolerar ligeras heladas, lo que las hace adecuadas para cultivar en muchas regiones. En zonas de clima muy cálido, es preferible cultivarlas durante los meses más frescos del año para evitar que las raíces desarrollen sabores amargos o texturas fibrosas debido al estrés por calor.

Riego

  • El riego adecuado para las zanahorias debe realizarse aproximadamente cada 1-2 semanas, permitiendo que el suelo se seque ligeramente entre riegos. Es fundamental mantener un equilibrio: la tierra debe estar húmeda pero nunca encharcada, ya que el exceso de agua puede provocar enfermedades como la pudrición de raíces.
  • Durante la fase de desarrollo de las raíces, es particularmente importante mantener una humedad constante. Un patrón de riego irregular puede causar que las zanahorias se agrieten o desarrollen formas irregulares. El riego profundo pero menos frecuente es preferible a riegos superficiales y frecuentes, ya que estimula a las raíces a crecer hacia abajo.

Abono

  • La fertilización para zanahorias debe enfocarse en nutrientes que favorezcan el desarrollo de raíces, utilizando productos ricos en fósforo y potasio, pero moderados en nitrógeno. Se recomienda aplicar abono al momento de la siembra y nuevamente a mitad de temporada, siguiendo estrictamente las dosis indicadas en el producto.
  • Es importante evitar la sobre-fertilización, pues un exceso de nutrientes puede provocar un crecimiento desmesurado del follaje a expensas de las raíces, o causar que éstas se bifurquen. Los fertilizantes orgánicos como el compost bien descompuesto son excelentes opciones, ya que liberan nutrientes gradualmente. Durante las temporadas frías, es aconsejable reducir la aplicación de abonos para adaptarse al metabolismo más lento de la planta.

Plagas y enfermedades

  • Las zanahorias pueden ser afectadas por varias plagas y enfermedades, destacando entre ellas la mosca de la zanahoria, los áfidos y los insectos chupadores de savia, que pueden detener el crecimiento y transmitir virus. También son susceptibles a problemas como la pudrición de raíces (causada por exceso de humedad o patógenos) y la atrofia radicular, que puede tener múltiples causas.
  • Para prevenir estos problemas, se recomienda la rotación de cultivos, el uso de variedades resistentes y la implementación de controles naturales. Plantar dientes de ajo cerca de las zanahorias es una estrategia efectiva contra la mosca de la zanahoria, mientras que las mariquitas y mantis pueden ayudar a controlar áfidos. En caso de infestaciones establecidas, pueden aplicarse insecticidas naturales o fungicidas según sea necesario, siempre siguiendo las indicaciones de aplicación apropiadas.

Consejos

  • Para obtener zanahorias de calidad superior, siembre directamente en el lugar definitivo ya que no toleran bien el trasplante debido a su raíz pivotante. Prepare el suelo en profundidad, eliminando piedras y terrones que puedan obstaculizar el crecimiento recto de las raíces. Es recomendable sembrar escalonadamente para disfrutar de cosechas continuas a lo largo de la temporada.
  • Coseche las zanahorias cuando alcancen el tamaño deseado, preferiblemente en días secos, tirando suavemente mientras afloja el suelo alrededor para evitar romperlas. Para conservación prolongada, corte las hojas a una pulgada del tallo antes de almacenarlas en un lugar fresco y húmedo, como el refrigerador, donde pueden mantenerse frescas durante varias semanas.

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