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La tenencia ilegal de fauna silvestre sigue cobrando víctimas silenciosas en el país. Sin embargo, los esfuerzos de concientización y educación han permitido que muchas personas, que por desconocimiento mantenían estas especies en cautiverio, tomen decisiones responsables. Así ocurrió con este loro cabeza amarilla que pasó 30 años encerrado en una vivienda antes de ser entregado voluntariamente a la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC).
El ave era mantenida como mascota: tenía una jaula, juguetes y alimentación constante. Pero le faltaba lo más importante: la libertad para expresar su conducta natural. Tener este tipo de animales en el hogar no solo es ilegal, también impide que desarrollen comportamientos propios de su especie.
Durante el proceso, también fueron entregados objetos utilizados en su tenencia, como comederos y elementos de enriquecimiento, que ahora serán aprovechados en el Centro de Atención y Valoración (CAV) de Fauna Silvestre San Emigdio para el bienestar de otros animales.
Actualmente, el loro está siendo valorado por profesionales del CAV, quienes determinarán el plan de manejo más adecuado. Aunque no podrá ser liberado, se espera mejorar notablemente sus condiciones de vida.
Desde la CVC reiteran que los animales silvestres no deben ser domesticados. Su protección empieza por respetar su libertad y su papel en los ecosistemas.
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