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Autoridades del Valle de Aburrá piden no alimentar a las aves silvestres, ¿por qué?

El Área Metropolitana del Valle de Aburrá hizo un llamado a la ciudadanía a propósito de los videos virales que están circulando donde se aprecia cómo algunas personas alimentan a las aves silvestres.

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23 de abril de 2024 - 06:55 p. m.
Algunos psitácidos que habitan el Valle de Aburrá son guacamayas, loros, pericos y cotorras.
Algunos psitácidos que habitan el Valle de Aburrá son guacamayas, loros, pericos y cotorras.
Foto: Área Metropolitana del Valle de Aburrá

El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, a través del CAVR, hizo un llamado urgente a la ciudadanía para abstenerse de alimentar loras (psitácidos) y otras aves silvestres. Una práctica que cada vez es más común.

De acuerdo con las autoridades, aunque esta acción puede parecer un acto de bondad, en realidad trae consecuencias negativas tanto para las aves como para la salud pública. “Invitamos a los habitantes del Valle de Aburrá a no hacer prácticas como la ceba de animales o subsidiar con alimentos los animales silvestres, ya que estos pueden perder estas competencias biológicas de dispersas semillas en todo el territorio metropolitano” explicó Andrés Gómez Higuita, supervisor del CAVR de fauna silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Algunos psitácidos que habitan el Valle de Aburrá son guacamayas, loros, pericos y cotorras, quienes, como todas las aves silvestres, tienen requerimientos nutricionales específicos para mantenerse saludables. Al respetar su hábitat natural y sus competencias de búsqueda de alimentos por si solos, se puede garantizar su supervivencia y preservar la biodiversidad de nuestro territorio metropolitano.

La alimentación inadecuada de las aves silvestres puede desencadenar problemas metabólicos como la obesidad, la malnutrición, deficiencias vitamínicas, minerales y trastornos gastrointestinales. Estas situaciones pueden comprometer seriamente la salud y la supervivencia de las aves silvestres, debilitando su sistema inmunológico y haciéndolas más susceptibles a enfermedades y depredadores.

Otro aspecto importante, según la autoridad ambiental, es la salud pública, ya que estas prácticas implican riesgo de zoonosis, enfermedades que pueden transmitirse entre animales y seres humanos. Los psitácidos pueden portar enfermedades como la Chlamydia psitacosis, una infección bacteriana que puede transmitirse a los humanos a través del contacto con sus heces, saliva, secreciones respiratorias y aerosoles. Dicha infección puede causar síntomas graves en varias especies, incluido los humanos, entre los que se encuentran problemas respiratorios, fiebre, escalofríos, conjuntivitis, blefaritis y, en casos severos, neumonía.

Además de los problemas de salud, alimentar y el cebar a aves silvestres también puede resultar en accidentes graves debido al tamaño y la fuerza que tienen. “Sus picos gruesos y poderosos pueden causar lesiones significativas a los humanos, especialmente si las aves se sienten amenazadas o agredidas. Las aves silvestres tienen un comportamiento natural, y al intervenir poniendo cebaderos o alimentos, puede desencadenar hábitos inadecuados para el animal, como es la competencia por alimento y el hábitat. Además, se afecta uno de los servicios ecosistémicos que ellas cumplen, como lo es la dispersión de semillas”, informa la CAVR.

El Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de fauna silvestre del Área Metropolitana es un proyecto que se desarrolla en convenio con la Universidad CES.

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