Devueltos a la libertad: 39 animales silvestres regresan a su hábitat en el Pacífico vallecaucano

El tráfico y la tenencia ilegal de especies silvestres continúan siendo una de las principales amenazas para la biodiversidad en Colombia.

Foto: Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC

Con el Pacífico vallecaucano como escenario, 39 animales silvestres, incluyendo tortugas, babillas y boas constrictor, fueron liberados en su entorno natural tras un proceso de recuperación liderado por la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC). La jornada marca un nuevo paso en los esfuerzos por devolver a la libertad a especies que habían sido víctimas del tráfico ilegal, la tenencia doméstica o accidentes fuera de su hábitat.

El operativo contó con la participación de más de 20 profesionales y el apoyo de la Policía Nacional. Cada animal fue sometido a valoración médica, rehabilitación y seguimiento antes de ser considerado apto para volver a la vida silvestre. Entre los ejemplares liberados se destacan 21 tortugas de dos especies, cinco babillas y trece boas constrictoras, todos fundamentales para el equilibrio ecológico de la región.

“Estos animales jamás debieron ser apartados de la naturaleza. Su regreso no solo representa una victoria ambiental, sino también una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con la fauna silvestre”, afirmó Reisa Valencia Daza, funcionaria de la CVC.

La entidad hizo un llamado a la ciudadanía para no comprar ni tener animales silvestres como mascotas y promover su entrega voluntaria. “Observarlos en su hábitat es una forma responsable de disfrutar de nuestra biodiversidad sin causarles daño”, agregó Mario Gómez, también funcionario de la corporación.

El tráfico y la tenencia ilegal de especies silvestres continúan siendo una de las principales amenazas para la biodiversidad en Colombia. Muchas veces, estos animales son capturados de su entorno natural para ser comercializados como mascotas, exhibidos en viviendas o utilizados con fines lucrativos, sin considerar el sufrimiento que implica su traslado y cautiverio. Esta práctica, además de cruel, está penada por la legislación ambiental del país.

Las autoridades ambientales insisten en que los animales silvestres no son mascotas. Su tenencia en hogares interrumpe procesos ecológicos esenciales, los expone a enfermedades y limita su comportamiento natural. La sensibilización ciudadana, sumada a denuncias oportunas, es fundamental para frenar esta problemática que atenta contra la salud de los ecosistemas y el bienestar de las especies.

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