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¿Sabía que ya estamos en la sexta extinción masiva? Seguro que recuerda en especial una extinción de las otras cinco, que fue la época del Cretácico Paleógeno, cuando un meteorito enorme colisionó contra la tierra y acabó con la vida de los dinosaurios.
Bueno, entonces ¿esto de qué trata? De acuerdo con WWF, podemos decir que estos son período de tiempo geológico, que puede abarcar miles o millones de años, en el que se extingue un alto porcentaje de la biodiversidad, es decir, bacterias, hongos, plantas, mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces, invertebrados.
Sin embargo, el motivo de esta sexta desaparición de especies es diferente. Podemos decir que en esta ocasión, quienes interpretamos al meteorito gigante, somos los humanos, con cadenas de consumismo, acciones que dañan el medio ambiente y agravan el calentamiento global. Mientras que los dinosaurios, en esta oportunidad, son todas las especies que están a un pelo de extinguirse o ya lo hicieron.
“Hoy en día, el 40% de toda la tierra ha sido convertida para la producción de alimentos. La agricultura es responsable del 90% de la deforestación global y representa el 70% del uso de agua dulce del planeta, alterando de manera importante los hábitats y devastando las especies que viven en esos lugares”, según la organización ambiental.
Lo que es bastante grave, porque una sola especie interactúa con muchas otras en formas muy específicas, generando beneficios para las personas, como aire limpio, agua limpia y suelos saludables para una producción eficiente de los alimentos.
Pero cuando una especie se extingue en un ecosistema o el número de su población disminuye tanto que no puede mantener sus funciones, otras especies se ven afectadas, lo que a su vez afecta la forma en que funciona el ecosistema.
Actualmente, la tasa de extinción de especies se estima entre 1.000 y 10.000 veces más alta que las tasas de extinción natural, que es la que se tendría si los humanos no estuviéramos en la tierra.
A su vez, estas pérdidas tardarán décadas en revertirse, lo que dará como resultado un planeta menos capaz de sustentar a las generaciones actuales y futuras.
No es broma cuando le pedimos que no compre animales en la carretera, que cierre la llave si no está usando agua, que no tire basura al mar, que se cohíba de hacer compras innecesarias. Aunque parece poco, estas pequeñas acciones ayudan a que los animales sobrevivan y salgan de riesgo de extinción y a que sus ecosistemas estén bien.