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Los gatos son seres curiosos, astutos y afectuosos, por lo que se han posicionado como una de las compañías predilectas para numerosos individuos. A pesar de ello, tienden a mostrarse algo renuentes a seguir instrucciones, lo que puede subrayar la importancia de su adiestramiento desde una edad temprana.
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La clave primordial al adiestrar a un gato radica en comprender que el uso de lenguaje negativo, abuso o cualquier forma de castigo físico no generará resultados positivos. Por el contrario, estas acciones solo podrán incitar a la mascota a desarrollar comportamientos agresivos hacia quien la cuida.
Según la información proporcionada por Experto Animal, la estrategia más efectiva para instruir a un gato para evitar que arañe los muebles, no muerda a las personas o que utilice correctamente su caja de arena, es a través del empleo del refuerzo positivo.
El método de refuerzo positivo implica recompensar los comportamientos apropiados de las mascotas mediante alimentos, caricias o elogios. Su propósito es conectar ciertas conductas del animal con resultados específicos. De esta manera, al reforzar consistentemente un comportamiento particular en un gato, existe una mayor probabilidad de que lo repita y lo relaciona correctamente.
En caso de querer cambiar un comportamiento como, por ejemplo, el hábito de arañar los muebles, sería óptimo recompensar al gato con golosinas o caricias cada vez que utilice el rascador. De esta manera, comprenderá que el rascador es el lugar adecuado limar y afilar sus uñas. Las mascotas que son educadas a través del refuerzo positivo tienden a aprender de manera más rápida y efectiva.
Sin embargo, es crucial destacar que no todos los gatos responderán igual a cualquier tipo de premio. Por lo tanto, antes de iniciar el refuerzo positivo, cada cuidador debe identificar qué es lo que más disfruta de su gato y qué puede motivarlo a seguir alguna orden.
La aplicación de castigos puede generar miedo, estrés, ansiedad e incluso comportamientos agresivos en los gatos. En contraste, el refuerzo positivo es siempre bienvenido y su implementación resulta mucho más sencilla. Además, uno de los beneficios destacados de esta técnica es su capacidad para fomentar una relación más sólida y positiva entre los cuidadores y sus mascotas.
Para cultivar una relación sólida con un gato, resulta fundamental que el felino relacione a su dueño con experiencias positivas. Según Fredy Manrique, veterinario con maestría en etología, es completamente poco efectivo castigar a un felino, golpearlo con un periódico o gritarle.
Si se pretende que un gato descienda de una mesa o cese ciertos comportamientos molestos, existen técnicas para corregirlo sin recurrir a golpes o violencia. De hecho, hay una técnica conocida como “el castigo de Dios”. Según el experto, consiste en generar un ruido o algo que incomode al gato, pero que el animal no relacione directamente con la persona. Por ejemplo, colocar papel de aluminio en un área específica, o usar cinta adhesiva de doble faz para que el animal se retire de esa zona.
Para generar una asociación positiva entre el gato y su dueño, se sugiere premiar al felino con pequeñas recompensas, como trozos de atún o sardina. Según el experto, es crucial que estos premios estén basados en proteínas que le gusten al gato, evitando los carbohidratos como las galletas.
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Manrique explica que la técnica empleada se conoce como desensibilización sistemática y contra condicionamiento. La desensibilización implica acercarse gradualmente al gato, manteniendo siempre una interacción positiva. Por otro lado, el contra condicionamiento consiste en que el gato realice un comportamiento alternativo, como jugar o mostrar obediencia, para evitar conflictos.
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