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Es común que, mientras varios propietarios acarician a sus felinos, ellos detengan las caricias con un suave toque en la mano o, en algunos casos, con un aruño.
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Al igual que ocurre con las personas, las cosquillas pueden resultar placenteras para algunos animales y molestas para otros, dependiendo del momento y el lugar en donde los reciban. Debido a que los felinos no pueden reírse, muestran su reacción a las cosquillas de forma distinta a las personas.
En primer lugar, como explica el portal Daily Paws, al igual que la mayoría de mamíferos, los gatos tienen dos formas de reaccionar ante sensaciones de cosquilleo. La primera es la knismesis, el cual es un toque ligero que provoca la aparición de piel de gallina y que hace que la piel se estremezca. Esta respuesta natural también los alerta sobre algo que se encuentra en la piel y que debe ser eliminado. La otra es la gargalesis, la cual es una reacción involuntaria al ser pinchados o manoseados por otra persona.
De hecho, los felinos son bastante sensibles al tacto, pero algunos de ellos pueden disfrutar de un ligero cosquilleo en la cabeza o en la cara. El frotar las mejillas y las cabezas suele imitar el comportamiento de unión que los gatos tienen entre ellos, y a menudo es por este motivo que algunos gatos se frotan con sus humanos para marcarlos. Daily Paws también explica que las cosquillas en las almohadillas de los dedos o en las axilas no es algo que suele gustarle a los felinos, pero algunos de ellos pueden disfrutar de caricias en la barriga.
La doctora Lauren Finka, especialista en comportamiento felino de la Universidad de Nottingham Trent, explicó para Science Focus que muchos felinos no disfrutan cómo reciben caricias, aunque lo toleran debido a los cuidados que reciben de sus dueños, como la alimentación, la atención y el trato amable. Varios expertos también están de acuerdo en que las patas, la barriga o la cola son áreas que pueden provocar irritación en los gatos.
La médica veterinaria y zootecnista Mónica Alejandra Arciniegas, graduada de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales UDCA, señaló para La Red Zoocial que los gatos pueden experimentar placer al ser acariciados si tienen una personalidad sociable. Sin embargo, ella advirtió que al interactuar con un gato desconocido, es mejor evitar acariciar áreas como el vientre, las patas, la cola y las almohadillas.
De hecho, hay áreas en donde los gatos pueden ser más propensos a disfrutar las cosquillas. Entre ellas, se encuentran las mejillas, la base de las orejas y debajo de la barbilla.
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¿Cómo saber si un gato tiene cosquillas?
Según explica Angelica Dimock, veterinaria en el refugio de la Animal Humane Society para Daily Paws, saber acariciar adecuadamente a un gato es una forma esencial de comunicación que ayuda a fortalecer la relación entre ambos. Existen varias señales que indican que los felinos no se sienten cómodos con las cosquillas, como las siguientes:
- Retroceder las orejas
- Abrir mucho los ojos
- Congelarse
- Emitir sonidos vocales
Si el peludo disfruta de las cosquillas, es probable que parezca relajado y:
- Ronronee
- Empuje tu mano si la persona se detiene, como una forma de pedir más
- Amase con sus patas delanteras
- Mueva su cola suavemente
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