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En México, una escena conmovió profundamente al equipo de Adopciones Aragón y, ahora, cruza fronteras para tocar también los corazones en Colombia. Se trata del caso de Maki, una gatita que fue separada de su pequeño cuidador: un niño que, entre lágrimas, tuvo que decirle adiós. La historia fue compartida recientemente por la fundación y ha generado una ola de reacciones por la ternura y el dolor que encierra.
Según relataron desde Adopciones Aragón, el niño no quería separarse de ella. Soñaba con poder llevársela y seguir creciendo a su lado, pero la situación familiar que enfrentaba no lo permitía. “Fue uno de los casos que más nos dolió”, escribieron desde la organización. “El bebé lloraba incontrolablemente. Nos partió el alma”.
Tras la separación, el equipo se encargó del bienestar de Maki, ayudándola a sanar y encontrándole un nuevo hogar. Aunque el niño no pudo quedarse con su gatita, su gesto de amor quedó grabado en quienes presenciaron ese momento. “Mi niño, donde sea que estés, quiero que sepas que cuidamos a tu nenita con muchísimo amor”, escribieron en una emotiva dedicatoria.
Además de agradecer a las personas que apoyan su labor, desde la fundación hicieron un llamado a la adopción responsable. “Sin la ayuda de la comunidad, esto sería imposible. Gracias por permitirnos cambiar la realidad de muchos gatitos, como Maki”.
Historias como esta recuerdan que detrás de cada rescate hay vínculos que duelen, pero también oportunidades de empezar de nuevo. Maki ya está a salvo, con una familia que la quiere. Y aunque su pequeño amigo tuvo que soltarla, su gesto fue el primero en marcarle el camino hacia un mejor destino.
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