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Un devastador incendio en el refugio para gatos Happy Cat Sanctuary, ubicado en Long Island, Nueva York, Estados Unidos, dejó una trágica pérdida el pasado lunes, 31 de marzo. Un hombre identificado como Christopher Arsenault, de 65 años, quien era el fundador y administrador del albergue, perdió la vida en un valiente intento por rescatar a los animales atrapados por las llamas. Al menos 100 felinos murieron en el incendio, mientras que otros 200 lograron escapar.
Según informó el medio de comunicación NBC 4 New York, el incendio se desató alrededor de las 7:15 a.m. en la vivienda situada en Dourland Road. Testigos reportaron un fuerte estallido seguido de la rápida propagación del fuego, que fue visible por columnas de humo negro y llamas intensas. Los bomberos arribaron rápidamente al lugar y controlaron el incendio en pocas horas, pero al realizar la inspección, encontraron el cuerpo sin vida de Arsenault en la planta baja de la propiedad.
Aunque inicialmente Arsenault salió de la vivienda al percatarse del fuego, regresó para intentar salvar a los felinos que aún se encontraban atrapados en el interior. Vecinos y colaboradores del refugio, como Lisa Jaeger, destacaron su dedicación y amor por los gatos, especialmente aquellos abandonados y en riesgo de ser sacrificados. “Él dedicó su vida a cuidar a los gatos no deseados, a aquellos a quienes la gente había abandonado. Dio su vida para salvarlos”, expresó Jaeger al medio anteriormente mencionado.
El Happy Cat Sanctuary, que había funcionado durante 15 años, albergaba a cientos de gatos, algunos de ellos asilvestrados. Si bien aproximadamente 200 felinos lograron escapar del fuego, aún persiste la incertidumbre sobre el futuro de los animales sobrevivientes. “Nuestra mayor preocupación ahora es qué haremos con ellos una vez que los atrapemos, dentro de unos días”, señaló Jaeger.
Las autoridades de Long Island continúan investigando las causas del incendio, pero aún no se han revelado más detalles. La tragedia ha dejado una profunda tristeza en la comunidad, no solo por la pérdida de tantos animales, sino por la partida de un hombre que dedicó su vida al bienestar de los más vulnerables.
El futuro del Happy Cat Sanctuary sigue siendo incierto y la misión de continuar con el legado de Arsenault ahora recae en aquellos que han compartido su pasión por el cuidado y la protección de los gatos.
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