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Los gatos son animales de compañía ideales para cualquier tipo de familia: se adaptan a espacios pequeños, suelen llevarse bien con niños, adultos y personas de la tercera edad, no requieren de paseos al aire libre y, en general, pueden suplir todas sus necesidades como alimentación, aseo y juego en el interior de las casas. Este tipo de aspectos los han convertido en una de las mascotas preferidas para los hogares de todo el mundo. Aun así, hay quienes aún conservan ideas falsas de los mininos como, por ejemplo, que son solitarios, antipáticos y agresivos.
La realidad es que los felinos, así como los canes, son animales que solo brindan amor, cariño, compañía y lealtad. De igual forma, pueden llegar a desarrollar un vínculo muy fuerte con las personas, especialmente con sus cuidadores. Es importante tener en cuenta que, en la mayoría de casos, esta relación se consigue con el tiempo. Estas mascotas por lo general son más prevenidas que los perros y no suelen tomar confianza tan rápido.
Existen casos donde ciertos gatos no se acercan a algunas personas. Aunque este rechazo puede interpretarse de forma negativa, hay razones que justifican ese actuar. La socialización, los traumas, la ansiedad e incluso el miedo son factores que tienen mucho que ver.
A continuación le explicamos por qué algunos gatos no se acercan a ciertas personas:
Experiencias negativas pasadas
Los gatos pueden recordar interacciones negativas o estresantes con personas específicas. Si un gato ha sido maltratado o asustado, es probable que evite en el futuro a quien le generó ese malestar.
Sensibilidad al lenguaje corporal
Los gatos son animales sumamente perceptivos y sensibles. Ellos pueden detectar señales no verbales de las personas como la postura corporal, la tensión muscular y el contacto visual. Si una persona emite señales que hagan sentir incómodo o amenazado al felino, este no se le acercará.
Personalidad del animal
Cada gato tiene su propia forma de ser. Algunos son extrovertidos, amigables y sociables con casi cualquier persona, mientras que otros pueden ser más reservados, tímidos y selectivos. Estos últimos, en raras oportunidades, se acercan a personas desconocidas.
Dolencia o malestar
Un gato también puede rechazar a una persona por alguna dolencia momentánea. Si el minino comienza a evitar a sus cuidadores, posiblemente la situación sea más grave. En estos casos lo mejor es acudir al médico veterinario para que revise al minino.
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