¿Por qué mi gato no se deja acariciar?

Cuando los gatos tienen miedo o estrés, suelen rechazar el contacto físico.

Foto: Freepik

Los gatos son animales inteligentes, juguetones, cariñosos y muy amorosos. Sin embargo, requieren de cierto tiempo para ganarse la confianza de sus cuidadores y crear vínculos fuertes. Además, para ellos el contacto físico es algo íntimo y son selectivos al momento de dejar que alguien se acerque o los toque. Por esta razón, es poco frecuente que un minino se deje acariciar por personas desconocidas.

Aun así, hay ocasiones donde la mascota no le permite el contacto ni a sus propios dueños. Esta actitud puede tener varios motivos. A continuación le contamos cuáles son.

Tiene estrés o miedo

Cuando los gatos tienen miedo o estrés, suelen rechazar el contacto físico. Esto se debe a que, al tocarlos, se les está demandando atención en un momento en el que necesitan estar alerta y concentrarse en su entorno. En otras ocasiones, una experiencia traumática, como un episodio de maltrato, una manipulación incorrecta o caerse de los brazos de una persona, puede generar en la mascota miedo a ser tocado.

Mala socialización

Cuando los gatos han tenido una mala socialización, no se dejan tocar porque se sienten incómodos. Esto puede ocurrir en casos donde las mascotas han tenido una vida complicada con personas que no las trataron bien.

Su carácter es así

Tal y como sucede con las personas, cada gato tiene un carácter y personalidad propia. Hay mininos que son sociables, cariñosos y que siempre están dispuestos a la interacción en forma de caricias. Sin embargo, hay otros que les gusta demostrar el amor que le tienen a sus cuidadores desde la distancia. En estos casos, lo mejor es respetar su forma de ser y no buscar cambiarlos.

Está en celo

El periodo de celo también puede influir en este aspecto y explica por qué algunos gatos, que normalmente les gustan las caricias, no se dejan tocar en algunos momentos.

Siente dolor

Cuando los gatos sienten dolor, por lo general, evitan el contacto físico o se comportan de manera arisca. Aunque no se identifique enfermedades a simple vista, algunos individuos pueden llegar a presentar heridas que se esconden bajo el pelaje. Ante la duda, lo mejor es llevar a la mascota al médico veterinario.

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