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Los gatos son animales de compañía juguetones, curiosos y leales. Aunque muchas personas siguen creyendo que estas mascotas son solitarias y poco amorosas, la realidad es totalmente distinta. Tal y como sucede con los perros, estos seres están dispuestos a dar amor y cariño sin medida. De hecho, hay mininos que resaltan por ser sumamente cariñosos.
La mayoría de personas que tienen un gato en casa concuerdan en que una de sus actividades favoritas es acariciar a su pequeño peludo. Lo que muchos no saben es que esta actividad, que parece tan sencilla, puede traer varios beneficios para la salud física y mental. A continuación le contamos cuáles son:
Reduce el estrés y la ansiedad
Mantener contacto físico con los gatos estimula la liberación de endorfinas, también conocidas como las hormonas de la felicidad. Estas sustancias químicas son liberadas por el cuerpo para aliviar el dolor y generar bienestar. Además, acariciar mininos puede reducir los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés.
Mejora el estado de ánimo
Se cree que el contacto físico con felinos incrementa en humanos la producción de la oxitocina, la hormona del amor, así como las ondas tetha cerebrales, las cuales habitualmente se producen en estados de relajación y calma profunda. También se cree que el ronroneo que producen los gatos cuando están siendo acariciados tiene efectos calmantes.
Fortalece la relación del cuidador con su mascota
Acariciar a un gato fortalece la relación con el cuidador porque es una forma de mostrar afecto y atención. Además, las caricias pueden hacer que el gato se sienta seguro y feliz, lo que contribuye a fortalecer el vínculo entre ambos.
¿Cómo acariciar adecuadamente a un gato?
Para acariciar adecuadamente a un gato, los expertos en comportamiento felino aconsejan, antes que nada, respetar el carácter de cada ejemplar. No todos los mininos son iguales, hay algunos que les gustan mucho las caricias y otros que prefieren evitarlas. Es importante aprender a identificar esto antes de acariciar a un peludo. Algunos conejos para realizar esta actividad son:
- Empezar suavemente por la cabeza y la nuca.
- Evitar acariciar la barriga, la cola, las patas o las almohadillas.
- Dejar que el gato se marche si se identifica incomodidad en él.
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