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Los animales de compañía suelen generar lazos muy estrechos con sus cuidadores, por lo que son considerados como un miembro más de la familia en la sociedad actual. En consecuencia, las personas se preocupan al descubrir que su mascota tiene problemas de salud, está triste o incómodo y así mismo, los peludos son capaces de interpretar cuando algo no está bien con su persona favorita.
De acuerdo con lo que informó Katubihotz, centro de adopción y bienestar felino, a Animala, un medio que comparte información del mundo animal, un gato tiene diferentes formas de asumir la pérdida de su compañero de vida, pues también se debe acostumbrar a personas nuevas.
Inicialmente, cuando una persona muere y tiene mascotas, lo común es que sus familiares se preocupen por la criatura y se encarguen de qué hacer con ella. Aquí surge la posibilidad de que alguien cercano al difunto se haga cargo o que el animal, además de enfrentar la pérdida, vaya a un centro de adopción y empiece el largo camino de espera hasta que otra persona lo acoja.
A la par de esto, el animal empieza a asimilar de poco que la persona que ha sido su familia durante años ya no está. “Que este proceso sea más o menos doloroso, depende de lo que hagan con él. El gato acaba de perderlo todo y necesita saber que sigue siendo importante, sigue siendo querido, que no está solo y que las cosas mejorarán”, comentan los expertos de Katubihotz.
Por ello, lo mejor es ofrecerle amor, para que la tristeza no sea una constante. Además, en caso de que entre a un nuevo hogar, se le puede introducir a un nuevo ambiente y a unas nuevas personas gradualmente para que se acostumbre y los cambios no lo impacten hasta que se sienta abrumado o estresado.
En la otra cara de la moneda, si el felino no obtiene apoyo de externos y es abandonado, lo más probable es que se sienta asustado y la situación sea más dolorosa de lo normal, debido a que los gatos son muy sensibles y pueden adoptar hábitos perjudiciales para su salud como dejar de comer o tomar agua.
Al respecto, la Librería Nacional de Medicina, de Estados Unidos, publicó un estudio en 2016 sobre el duelo en las mascotas y puntualizó que en el caso de los felinos hay mayor tendencia a intensificar los comportamientos afectuosos tras la muerte de un compañero en un 78%. Por ello, pueden buscar con mayor frecuencia mimos, mostrarse tiernos y querer estar acompañados por alguien más regularmente.
No obstante, esta situación hace más posible que se desarrolle estrés, lo que se ve reflejado en rascar muebles o paredes con frecuencia, defecar fuera del arenero o examinar repetidamente los lugares donde el compañero fallecido solía dormir y comer.
