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Los gatos son animales muy inteligentes, capaces de recordar ciertas cosas a lo largo de su vida. Sin embargo, a medida que envejecen, su memoria comienza a cambiar y a disminuir.
De acuerdo con el portal especializado en mascotas Experto Animal, cuando los gatos entran a la vejez, a partir de los siete y diez años, continúan manteniendo recuerdos asociados a su rutina diaria, como la ubicación del arenero, el sitio donde duermen o el lugar donde suelen recibir alimento. Estos recuerdos espaciales están profundamente arraigados y les permiten moverse con relativa seguridad dentro del hogar, incluso si han perdido agudeza visual o auditiva.
Los gatos también reconocen a sus cuidadores, especialmente si han tenido experiencias positivas a lo largo del tiempo. El vínculo afectivo entre humano y felino puede mantenerse fuerte incluso en la vejez, lo que se refleja en la búsqueda de contacto, los maullidos característicos o la necesidad de compañía.
Asimismo, conservan patrones de comportamiento adquiridos, como rascar un lugar específico, acudir a un espacio en busca de caricias o esperar comida en un horario determinado.
No obstante, con el paso de los años la memoria a largo plazo puede deteriorarse, especialmente si el gato sufre de afecciones propias de la edad, como el síndrome de disfunción cognitiva felina (una forma de demencia similar al Alzheimer humano).
Esta condición puede provocar desorientación, cambios de comportamiento, olvidos, alteraciones en el ciclo de sueño y dificultad para adaptarse a nuevos entornos o rutinas. En estos casos, el gato podría olvidar hábitos que antes tenía bien establecidos, como el uso del arenero o el lugar habitual de descanso.
Por ello, es importante prestar atención a los signos de deterioro cognitivo y acudir al veterinario ante cualquier cambio abrupto en el comportamiento del gato. Aunque el envejecimiento es un proceso natural, existen estrategias que pueden estimular la mente del felino, como el juego suave, la constancia en las rutinas y el uso de juguetes interactivos.
Además, una alimentación adecuada y un ambiente enriquecido pueden contribuir a conservar por más tiempo la calidad de vida y las capacidades mentales de los gatos mayores.
En resumen, los gatos en su vejez conservan recuerdos clave relacionados con su entorno, sus rutinas y las personas con las que han creado lazos, aunque su memoria puede verse afectada por el paso del tiempo y ciertas enfermedades. La clave está en observar, comprender y acompañar este proceso con amor y cuidado.
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