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Pocas veces un gato muestra evidentemente que algo le duele o le incomoda, así que, si está enfermo, usted tardará un tiempo en descubrirlo. Por esto, cuando se trata de la salud de su gato, lo mejor es anticiparse con medicina preventiva, lo que incluye: tener el esquema de vacunación al día y llevarlo a chequeos de rutina al veterinario, aunque sea dos veces al año.
Y a pesar de que es complejo identificar los signos de enfermedad, puede ver en los comportamientos cotidianos del gato si está saludable o no. A continuación, Mirringo, empresa experta en felinos, explica algunas de esas conductas que denotan bienestar.
Comer y beber agua
Un gato sano comerá la porción de alimento que le corresponde cada día, con mucho gusto. Pero, si nota que no está comiendo lo suficiente, debe comenzar a prestarle mucha más atención, porque los gatos tienen un metabolismo bastante rápido y cuando dejan de comer lo necesario su cuerpo comienza a convertir en energía las reservas de grasa de su cuerpo.
Lo anterior, puede afectar su hígado desarrollando una enfermedad llamada lipidosis hepática felina. Tenga presente que, en general, un gato no debería pasar más de 24 horas sin comer.
Por otro lado, la falta de apetito puede aparecer como consecuencia de la fiebre o algún dolor, lo más recomendable es prestar atención y monitorear cuánto come. Otra razón por la que su gato podría comer menos, se debe a una lesión en la boca.
Otro punto importante es la cantidad de agua que deben tomar los felinos. Un gato sano de cerca de 4 kilos debería tomar al menos un vaso de agua al día, es decir, 250 ml. Por eso, la mascota debe tener siempre agua abundante, limpia y fresca, sobre todo cuando es un gato muy juguetón o el clima es caluroso.
Sin embargo, si su peludo toma agua impulsivamente, podría ser una señal de estar padeciendo problemas hormonales o enfermedad en los riñones. En caso contrario, es decir, que el gato beba menos de un vaso de agua al día, pero que continúe comiendo con normalidad, no suele ser una señal tan alarmante. Aquí, lo aconsejable es motivar al gato a tomar un poco más de agua con snacks húmedos y fuentes de agua.
Usar el arenero
Un gato con buen estado de salud debería visitar su arenero entre dos a tres veces por día. No obstante, si nota que la mascota entra y sale de la caja de arena más veces de lo habitual y al limpiar encuentra varios charquitos de pipí, podría ser síntoma de que algo va mal, ya que existen enfermedades como la cistitis idiopática felina que hacen que el peludo orine más, e incluso que busque otros lugares de la casa para hacerlo.
Llevar un control de la arena del gato, le ayudará a darse cuenta de su estado de salud, debido a que si orina mucho más encontrará más humedad y la arena durará menos. Por lo general, las enfermedades que llevan al gato a orinar más, también hacen que tome más agua, por ejemplo el hipotiroidismo y la diabetes.
Actividad física
Cuando el gato no se siente bien, buscará esconderse y dejará de ver a sus personas favoritas. La clave está en conocer la personalidad del felino. “Adicional, un gato enfermo generalmente no querrá moverse mucho, si lleva algunos días tratando de animar a la mascota para que juegue con usted, pero no muestra interés en los juguetes que antes le gustaban, debe comenzar a prestarle mucha más atención, porque puede tener alguna incomodidad”, explicaron los expertos.
Si no ha observado ninguno de los cambios mencionados anteriormente en su gato, puede estar tranquilo, porque es señal de que no tiene molestia alguna, pero si presenta algún síntoma, es mejor que lo consulte tan pronto puedas con un veterinario.
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