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Notar las diferencias biológicas entre gatos machos y hembras es sencillo, lo complejo está en determinar aquellas cualidades conductuales que vienen en los felinos dependiendo de su sexo, ya que hay diferencias evidentes en su comportamiento que también se relacionan con su impulso sexual, de acuerdo con Hills, marca de concentrado animal.
Entre estas distinciones se encuentra el afecto, pues según los expertos, las gatas suelen ser más cariñosas, al punto de que algunas tienden a frotarse contra casi todo y ser más vocales. Mientras que los machos pueden volverse un poco más toscos y durante su etapa de madurez sexual pueden intentar escapar.
Por su parte, Miriam Zazo, técnica veterinaria especializada en etología, contó para Tienda Animal que las gatas son bastante sociables con las personas, pero que no suelen acercarse a otros gatos. Del mismo modo, dedican más tiempo a su dueño, aunque son mucho más celosas y protectoras, sobre todo cuando comienzan la relación con una nueva persona.
A pesar de lo anterior, se debe tener en cuenta el contexto en que creció el peludo, su personalidad y hasta la tonalidad de su pelaje. Debido a que estos factores influyen mucho en qué tan expresivo sea con otros animales o con sus tutores y en cómo interactúe en el entorno.
Según un estudio de más de 1.000 dueños de gatos realizado por el Hospital de Enseñanza Médica Veterinaria Davis de la Universidad de California, la raza o el color de su gato podría ser en realidad un mejor indicador de su personalidad, informó The Sacramento Bee.
Así, “los gatos que lucen otros colores, incluidos el negro sólido, el gris y el blanco, muestran características de personalidad agresiva con mucha menos frecuencia”, según el estudio, publicado en el Journal of Applied Animal Welfare Science.
Los gatos de pelaje carey, por ejemplo, son conocidos por ser luchadores y energéticos. Sin embargo, en caso de que aún no se decida si adoptar a un gato macho o hembra, la mayoría de los veterinarios dirán que elegir un gato en función del sexo o el color no garantiza que vaya a ser consentido o independiente.
“A menudo, el ambiente en el que se cría un gato y la personalidad del dueño de la mascota pueden influir en el comportamiento más de lo que lo hará la genética”, dijeron los expertos.
