Publicidad

Turismo responsable, un salvavidas para la fauna silvestre en Colombia

El uso de animales para el entretenimiento humano puede llegar a causar graves problemas. Colombia, al ser el segundo país más biodiverso del mundo, atrae cada año a miles de extranjeros por su turismo de naturaleza y aventura. No obstante, esto implica un mayor esfuerzo para proteger la fauna y la flora del país.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Laura Tatiana Vargas Lizarazo
16 de mayo de 2023 - 03:00 p. m.
De acuerdo con la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales, alrededor de 550.000 animales salvajes en el mundo son sometidos a tratos crueles para cumplir con actividades turísticas.
De acuerdo con la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales, alrededor de 550.000 animales salvajes en el mundo son sometidos a tratos crueles para cumplir con actividades turísticas.
Foto: Getty Images - Patrick Heagney
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

La observación de animales en su estado salvaje es una tendencia turística que ha registrado alza en los últimos años. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial del Turismo (OMT), de los 1.500 millones de dólares que genera la industria turística global cada año, entre el 20 % y el 40 % proviene del negocio de turismo de fauna salvaje, el cual contempla actividades como nadar con delfines, montar elefantes, acariciar cachorros de tigre y cualquier actividad que implique extraer animales salvajes de su hábitat.

Leer: Los ornitorrincos vuelven al parque nacional más antiguo de Australia después de 50 años

El uso de animales para el entretenimiento humano puede llegar a causar graves problemas. Así lo aseguran organizaciones como la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales. Este organismo internacional sin fines de lucro explica que alrededor de 550.000 animales salvajes en el mundo son sometidos a tratos crueles para cumplir con actividades turísticas.

Colombia, al ser el segundo país más biodiverso del mundo, atrae cada año a miles de extranjeros. Según un informe del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en 2022 el país recibió 4.606.915 turistas no residentes, muchos de ellos motivados por el turismo de naturaleza y aventura. Aunque esto es positivo, también implica un mayor esfuerzo para proteger la fauna y la flora del país.

Una de las modalidades de turismo sostenible que se ha venido implementando en varias zonas es el ecoturismo, un conjunto de actividades que el visitante realiza al aire libre, bien sea en áreas naturales o seminaturales, con el fin de disfrutar de los paisajes, la flora, la fauna y las manifestaciones culturales de la población. Esta práctica promueve la participación activa de los miembros de las comunidades y procura ejercer un efecto positivo sobre el medio ambiente y los animales.

De acuerdo con Claudia Brieva, médica veterinaria de animales silvestres con experiencia en rehabilitación de fauna silvestre colombiana, el turismo ecológico tiene sus pros y sus contras. La principal ventaja es que le da a las comunidades locales una alternativa de ingreso sin acabar con la naturaleza. Sin embargo, tratar de observar especies que no son fáciles de encontrar tiene varios inconvenientes. “En algunos casos empiezan a molestar a la fauna, les ponen comida en sitios fáciles para que los animales lleguen ahí, esto es perjudicial para la fauna porque, por un lado, pueden encontrar alimento fácil y van perdiendo las habilidades para buscar su dieta natural, y, por otro lado, empiezan a perderle el miedo a la gente. El temor al humano es una característica importante para sobrevivir en vida libre”, asegura Brieva.

Para la experta hay otro tipo de turismo con fauna que es aún peor: capturar animales ilegalmente para que las personas se tomen fotos con ellos. “Es relativamente común en ciertas comunidades, capturan a los animales, muchos son crías porque son los más fáciles de atrapar, y los exhiben a los turistas. Esto raya con en el delito de tráfico de fauna silvestre”, agrega Brieva.

Según explica la experta, las fotos y la manipulación inadecuada de las cámaras genera en el animal estrés psicológico, miedo y ansiedad, además de que lo priva del descanso necesario para su crecimiento y salud.

Ángela Maldonado, científica colombiana premiada por National Geographic gracias a sus trabajos de conservación de fauna silvestre en la Amazonia de Perú y Colombia, asegura que el turismo de la “selfie” en el Amazonas tiene unos efectos nocivos en los animales. “Se contratan cazadores específicamente para matar a las hembras y quedarse con las crías que son mucho más fáciles de mantener. El problema es que las poblaciones silvestres mueren en cautiverio. Ellos tienen unos hábitos alimenticios, que en cautiverio no se cumplen. Hablamos de aves, de osos, de tortugas que mueren en un mes cuando no obtienen la dieta que requieren”, explica Maldonado.

Ecodestinos es una empresa colombiana especializada en turismo de naturaleza que está integrada a la Asociación Colombiana de Turismo Responsable ACOTUR. Helida León, su representante legal, afirma que hay operadores turísticos que no respetan los procesos ecológicos. “Les hacen jaulas a los animales para su observación o les permiten a las personas alimentarlos o manipularlos. Esto afecta la vida silvestre y su hábitat”.

No obstante, León asegura que, si se realiza de manera responsable, el turismo también puede ser positivo porque le permite a las comunidades conocer la importancia de la fauna y del cuidado de los ecosistemas. “Tener conciencia de ello es labor del turismo responsable. Hay algunas fundaciones que hoy en día captan recursos de la actividad turística para realizar buenas prácticas y acciones de sostenibilidad. Algunas que apoyamos son la Fundación Omacha, que cuida de los delfines y manatíes en Colombia, y la Fundación Maikuchiga, que rehabilita primates en el Amazonas”, narra León.

Podría interesarle: Judicializan a trabajadores de universidad por causarle la muerte a una zarigüeya

¿Cómo avistar fauna silvestre de manera responsable en Colombia?

Colombia cuenta con una guía de buenas prácticas para prestadores de servicios en turismo de naturaleza, elaborada por el Programa de Transformación Productiva (PTP) y el Fondo Nacional de Turismo FONTUR. Según este manual, cuanta menor alteración se produzca en el comportamiento de los animales, mayor será la posibilidad de su conservación y observación en estado natural.

El turismo ecológico bien implementado genera divisas a la población local e incentiva la protección para generar dinero. Una de las prácticas más organizadas es el aviturismo, que bien ejecutado, favorece a las comunidades y a la investigación. “Lo que habría que hacer es controlar los operadores turísticos y las prácticas que llevan a cabo. Capacitarlos, entregar certificados de turismo responsable y sancionar los casos donde afecten a la fauna. Debería ejercerse un control e incentivos para que la gente se capacite en estos procesos, esto favorecería mucho para hacer un turismo responsable”, explica Brieva.

Así como el turismo puede ser una amenaza grandísima para la fauna silvestre, también puede ser una oportunidad para la autonomía de las comunidades indígenas y colonas. Ángela Maldonado denomina esto como turismo regenerativo y dice que lo que busca es que exista una armonía entre el ecosistema, la comunidad, el turista y el operador, para que todos tengan un beneficio y este sea dividido de forma equitativa.

“Tenemos bastantes organizaciones no gubernamentales y operadores de turismo responsable que están haciendo un excelente trabajo, por ejemplo, en aviturismo, teniendo en cuenta la alta diversidad de aves que tenemos en el país. El aviturismo trae buenos ingresos a las comunidades locales cuando no hay intermediarios u operadores externos que son los que se quedan con la mayor parte del ingreso. Lo otro que estamos promoviendo es la observación de primates en vida silvestre, que tiene que ser en grupos muy reducidos y con unos guías especializados”, apunta Maldonando.

En el país existen diversas reservas de la sociedad civil destinadas a proteger especies vulnerables como el cóndor, el águila harpía, el colibrí, el mono titi, el oso de anteojos, entre otros. La mayoría de estos lugares están ubicados en el Amazonas, los Llanos Orientales y la Sierra Nevada de Santa Marta.

“Para avistar fauna de manera responsable es importante contar con servicios de empresas que tengan esta condición de sostenibilidad, legalmente constituidas, y que puedan ser acreditadas por un sello o entidad reconocida”, concluye León.

El ecoturismo tiene que ir de la mano con las comunidades locales, indígenas, campesinas y afro para que sea beneficioso y responsable.

🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱 Además, si tiene alguna historia o está interesado en contar la suya con su mascota, puede escribirnos a laredzoocial@elespectador.com

Laura Tatiana Vargas Lizarazo

Por Laura Tatiana Vargas Lizarazo

Comunicadora social y periodista con interés en temas sociales, culturales, de conflicto y construcción de paz. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo, Mujeres, Paz y Seguridad 2021.@Tatiana71765621lvargas@elespectador.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.