La pólvora afecta a la fauna del Valle de Aburrá: más de 40 casos reportados

El ruido de la pólvora provoca en los animales un alto nivel de estrés que se traduce en reacciones extremas.

Foto: Área Metropolitana del Valle de Aburrá

En el mes de diciembre, más de 40 casos han sido recibidos en la línea de emergencias de fauna silvestre del Valle de Aburrá, debido al uso indiscriminado de la pólvora. Según el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, el estruendo de los fuegos artificiales y explosivos causa pánico en los animales, lo que lleva a efectos devastadores tanto en su salud física como en su comportamiento.

La alcaldesa del área, Paula Andrea Palacio Salazar, hizo un llamado a la conciencia ciudadana para evitar este tipo de prácticas que afectan profundamente a los recursos naturales y a la vida silvestre, especialmente en esta época del año.

El ruido de la pólvora provoca en los animales un alto nivel de estrés que se traduce en reacciones extremas. Entre las afectaciones físicas más comunes se encuentran arritmias cardiacas, que pueden ser fatales para ciertas especies, mientras que los daños conductuales incluyen desplazamientos erráticos y desorientados en busca de refugio.

Estas reacciones incrementan el riesgo de que los animales sufran accidentes, como atropellamientos o colisiones contra edificios y vehículos, situaciones que se vuelven más frecuentes durante la temporada festiva.

Los efectos de la pólvora no solo afectan a los animales adultos, sino que también representan una amenaza para las crías de diversas especies. En muchos casos, los polluelos abandonan sus nidos debido al pánico provocado por las detonaciones, exponiéndolos a predadores. De igual manera, los cachorros suelen huir de las madrigueras, lo que incrementa su vulnerabilidad. Los reportes indican que esta es una de las épocas del año en que más animales jóvenes son encontrados desamparados o muertos.

Entre los incidentes atendidos por las autoridades resalta el caso de una zarigüeya que fue encontrada muerta en el barrio Pedregal de Medellín, con tres crías en su marsupio. Además, se han reportado numerosos animales buscando refugio en viviendas, aterrorizados por los ruidos de los estallidos. Un búho rayado, por ejemplo, cayó en un patio aparentemente aturdido por el estruendo, y sufrió daños en sus ojos, presentando úlceras por el impacto.

Otro caso relevante fue el de un currucutú, un ave que sufrió un trauma en el pectoral después de los fuertes estallidos. El animal fue atendido por el Centro de Atención y Valoración de la Fauna Silvestre (CAVR), donde recibió tratamiento y pudo ser liberado posteriormente. Sin embargo, los casos no siempre terminan bien. Un gavilán pollero llegó al centro en estado de shock tras chocar con un vehículo en la madrugada del primero de diciembre, provocándole una fractura en el pico.

Además de los casos mencionados, los reportes también incluyen la caída de pichones de aves de sus nidos, lo que refleja el impacto generalizado de la pólvora sobre las especies locales. Estos animales, al ser tan jóvenes, son particularmente vulnerables, y su exposición a situaciones de estrés puede comprometer su supervivencia.

Las autoridades han señalado que muchas de las muertes de aves y otros animales debido a la pólvora no son reportadas, lo que sugiere que la cifra real de víctimas podría ser mucho mayor. La falta de un registro preciso de estos incidentes hace aún más urgente la necesidad de crear conciencia en la población sobre los efectos perjudiciales en la fauna.

Paula Andrea Palacio Salazar hizo un llamado a la solidaridad y el respeto por los animales en esta temporada festiva: “invitamos a todos los ciudadanos a que seamos conscientes de la protección que requieren nuestros recursos naturales y en especial en esta época, que no usemos pólvora, que no afectemos la salud ni de nuestros animales ni de las personas”.

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