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En muchos lugares de Colombia, tener loros en cautiverio es una práctica bastante común debido al tráfico ilegal de fauna silvestre. Estos animales son sacados de su hábitat natural para después ser vendidos como mascotas en las vías del país o en algunas plazas de mercado.
Las autoridades ambientales continúan con sus campañas de concientización para que la ciudadanía sepa que esta especie no es un animal de compañía y que su permanencia en hogares humanos es altamente perjudicial para su bienestar. Los loros necesitan vivir en su hábitat natural para desarrollarse adecuadamente y cumplir con su función biológica: la dispersión de semillas en los ecosistemas.
Por esta razón, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, autoridad ambiental urbana en Medellín y Antioquia, dio a conocer recientemente la dolorosa historia de una lora frentiamarilla (𝘈𝘮𝘢𝘻𝘰𝘯𝘢 𝘰𝘤𝘩𝘳𝘰𝘤𝘦𝘱𝘩𝘢𝘭𝘢) que pasó más de 40 años en cautiverio. De acuerdo con la entidad, a causa de su prolongado cautiverio, el ave actualmente se encuentra en precario estado de salud.
En imágenes que compartió la autoridad ambiental se puede evidenciar que el ave presenta sobrecrecimiento de uñas, deformación en los huesos de sus dedos y una enfermedad metabólica que provocó masas en su rostro.
Esta lora frentiamarilla (𝘈𝘮𝘢𝘻𝘰𝘯𝘢 𝘰𝘤𝘩𝘳𝘰𝘤𝘦𝘱𝘩𝘢𝘭𝘢)pasó más de 40 años en cautiverio. Las secuelas: Sobrecrecimiento de uñas, deformación en los huesos de sus dedos y enfermedad metabólica que provocó masas en su rostro. Los animales silvestres no son mascotas 💔 pic.twitter.com/O8pSAQ9zTe
— Área Metropolitana del Valle de Aburrá (@Areametropol) January 17, 2025
De acuerdo con la autoridad ambiental, decenas de loros que han vivido por años en cautiverio llegan al Centro de Fauna Silvestre con lesiones en su plumaje, pues en la gran mayoría de los casos, les cortan las plumas de su cola y de las alas para que no puedan volar. Además, terminan con problemas nutricionales, pues en las casas las personas no les proporcionan la dieta adecuada que normalmente tienen en vida silvestre.
La entidad aprovechó la situación para hacer un contundente llamado a la ciudadanía para que no fomente el tráfico de fauna silvestre que genera un daño irreparable a los animales. “Los animales silvestres no son mascotas”, aseguraron.
El Área Metropolitana también comentó que las personas pueden hacer las respectivas denuncias anónimas de tenencia de fauna silvestre a la línea de emergencias 123.
Las consecuencias de tener un ejemplar de fauna silvestre en cautiverio pueden ser de tipo penal, de acuerdo con lo establecido en el Código Penal Colombiano, el cual menciona que “el que con incumplimiento de la normatividad existente se apropie, introduzca, explote, transporte, mantenga, trafique, comercie, explore, aproveche o se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos fáunicos, forestales, florísticos, hidrobiológicos, biológicos o genéticas de la biodiversidad colombiana, incurrirá en prisión de cuarenta y ocho (48) a ciento ocho (108) meses y multa hasta de treinta y cinco mil (35.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
Según la ley vigente, la pena aumentará en una tercera parte cuando las especies estén categorizadas como amenazadas, en riesgo de extinción o de carácter migratorio, raras o endémicas del territorio colombiano.
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