Durante décadas, turistas y ciudadanos locales han llegado a la Plaza de Bolívar y otras zonas históricas del centro de Bogotá para tomarse fotos con las llamas que se encuentran en estos lugares. Aunque no se sabe con exactitud desde hace cuánto tiempo comenzó esta práctica, en la actualidad, estos animales son usados como un atractivo turístico en la ciudad, generando una gran problemática en lo que respecta a la protección y el bienestar animal.
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La preocupación por el bienestar de las llamas ha aumentado en los últimos años debido a las condiciones en las que son utilizadas. En muchos casos, los animales presentan problemas de salud, falta de alimentación e hidratación adecuada, así como afectaciones físicas en sus cascos por caminar sobre superficies de asfalto y adoquines que no son aptas para ellos.
Hace un mes, el 25 de diciembre de 2024, se presentó el caso de Luna, una llama que se desplomó en el centro de Bogotá, cerca de la biblioteca Luis Ángel Arango. Aunque en un principio se creyó que Luna había muerto, horas después fue encontrada con vida, pero con signos de maltrato. Por esta razón, fue entregada en custodia al Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA).
Este no es el único caso reciente. En junio de 2023, dos llamas, de nombre Mateo y Sparky, fueron rescatadas en la Plaza de Bolívar por la Policía Ambiental y la Alcaldía local de La Candelaria. Los animales se encontraban en presunta sobreexplotación y malas condiciones de salud.
Ante el creciente aumento de este tipo de casos, y en un esfuerzo conjunto por proteger a los animales y garantizar su bienestar, la Secretaría de Gobierno, el Instituto Distrital de Turismo, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) y la senadora animalista Andrea Padilla, llevaron a cabo una mesa de articulación el pasado 18 de enero para hacerle frente a este problema. Durante el encuentro, se establecieron acuerdos claves.
Entre los principales puntos de acuerdo alcanzados durante la mesa de trabajo se destacan: operativos de control de la Policía de Turismo y las alcaldías locales para garantizar la protección de las llamas, campañas de sensibilización que buscan generar conciencia sobre el impacto de la explotación animal y la formulación de un proyecto de acuerdo para regular el uso de animales con fines lucrativos en el espacio público.
Asimismo, la senadora Andrea Padilla está liderando un proyecto de ley nacional inspirado en el acuerdo del Concejo de Bucaramanga, cuyo objetivo es declarar parques y plazas como espacios libres de explotación y maltrato animal. De acuerdo con la senadora, aunque las acciones implementadas por el distrito van por buen camino, el propósito final es la erradicación total de estas prácticas.
“En Bogotá no existe ninguna norma, ni acuerdo, ni decreto sobre la utilización de estos animales. Esto perfectamente puede decidirlo la Alcaldía vía decreto, en el que se establezca que esta actividad no se permitirá más, tal y como se hizo con los vehículos de tracción animal. Quedamos en hacer algunas averiguaciones normativas y a trabajar en eso”, indicó Padilla en entrevista con El Espectador.
El secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, concuerda con que el trabajo del Distrito debe estar encaminado en la eliminación de esta actividad. “No queremos que en Bogotá los animales sean explotados con fines comerciales. Por ello, continuaremos realizando operativos en el territorio y estaremos atentos a las denuncias de la ciudadanía. Sin embargo, lo más importante es avanzar en la vía jurídica, necesitamos una reglamentación clara que nos permita actuar eficazmente contra estas prácticas y así erradicar la explotación animal”, dijo Quintero.
¿Qué pasaría con las llamas?
De acuerdo con Padilla, entre 2023 y 2024, 17 llamas han sido aprehendidas por el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA). El decreto del Distrito buscaría abrir una red de adoptantes y hogares de paso para estos animales una vez su uso en actividades lucrativas sea totalmente prohibido. Para esto, es necesario hacer un registro de cuántos de estos individuos se encuentran en la ciudad.
Para la Alcaldía también es esencial comprender cómo llegan las llamas a Bogotá. “Esto es fundamental porque como no son animales de acá, parecía que los estaban entrando desde Perú y Ecuador. Pero también hay información de que tendrían un criadero ilegal en las localidades de Santa fe y San Cristóbal. En la medida que se logre desactivar ese criadero, que seguramente es ilegal porque la Ley 1801 del Código de Policía prohíbe la crianza de animales en perímetro urbano, también van a acabar con su reproducción y explotación”, aseguró Quintero.
¿Qué pasaría con los propietarios de las llamas?
La Secretaría de Gobierno informó que el decreto de la Alcaldía buscaría ofrecer alternativas de formación e inserción laboral a aquellas personas cuya fuente de ingreso principal proviene de estas prácticas. Sin embargo, este paso es complicado porque hasta la fecha no existe un registro de caracterización del fenómeno, es decir, no se sabe quiénes son estas personas, dónde viven, ni cuántas familias derivan un sustento real con esta actividad.
“La mayoría de las personas que viven de estas actividades no son propietarias de las llamas, sino que las alquilan. Esto impide que se les pueda plantear un intercambio por capital semilla. Si no son propietarios del animalito, pues, ¿qué van a intercambiar? Pero si hay que ofrecerles una alternativa laboral”, indicó el secretario de Gobierno.
Según explicó la senadora Padilla, en este caso la mejor manera de proceder es primero caracterizar el fenómeno, es decir, organizar la información, y después hacer una convocatoria para poder conocer las expectativas y las opiniones de las personas que viven de estas actividades. “Es muy difícil porque no se sabe nada. No se sabe cuántas personas son, cuánto reciben a diario, cuántas son propietarias, cuantas no. Es importante sentarlos, conocerlos, y tenerlos en cuenta, porque no podemos tampoco vulnerar derechos y generar una marginalidad de personas que ya son vulnerables”, explicó Padilla.
¿Qué sigue ahora?
Andrea Padilla explicó que para finales de febrero planean tener un primer documento del decreto para el Distrito y un documento del proyecto de ley nacional. De acuerdo con la senadora, este proyecto tiene contemplado no solamente la protección de las llamas, sino también de otros animales que son usados para fines turísticos o de mendicidad.
En cuanto a la ruta de atención a los animales, la directora del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal informó que ya estaban trabajando en eso con la mayor celeridad. Adicionalmente, expresó que las denuncias y la respuesta inmediata de las autoridades hacen parte primordial del proceso.
La invitación a la ciudadanía es a no apoyar y denunciar este tipo de prácticas que perjudican el bienestar de los animales.
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