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El acetaminofén, también conocido como paracetamol, es un medicamento de uso frecuente en humanos para aliviar el dolor y reducir la fiebre. Sin embargo, cuando se trata de mascotas, especialmente de los perros, surgen muchas dudas sobre su seguridad.
El organismo de los canes procesa este medicamento de manera diferente, lo que puede llevar a graves complicaciones de salud. El médico veterinario Carlos Cifuentes, vocero del Pet Food Institute, afirmó en entrevista con El Espectador que “bajo ninguna circunstancia, el cuidador debe administrar acetaminofén a su perro”.
Es importante aclarar que existen situaciones en las que el veterinario será quien recete este medicamento al animal, por ejemplo, luego de un procedimiento quirúrgico. Solo si es así, bajo supervisión profesional, el perro podrá consumirlo.
El abuso de esta droga puede generar alteraciones hepáticas, problemas estomacales, en los glóbulos rojos y vómitos en los perros. Además, puede causar cianosis, un síntoma que se manifiesta con una coloración azul en las encías.
Ante esta situación, existen alternativas más naturales para tratar el dolor en los animales, como la homeopatía, la aromaterapia, la acupuntura y la fisioterapia, recomienda el veterinario.
¿Qué pasa si mi perro come acetaminofén?
Si un perro ingiere acetaminofén por accidente, es fundamental consultar al veterinario de inmediato. Dependiendo de la dosis ingerida, el médico decidirá si es necesario inducir el vómito, realizar pruebas en la sangre y ecografías que garanticen el buen estado de los órganos internos.
Uno de los síntomas más evidentes es la aparición de una coloración amarilla en las mucosas oculares y las babas. Incluso, el pelaje puede adquirir este tono.
Recuerde que automedicar a un animal sin supervisión veterinaria puede ser muy peligroso, pues las sustancias que procesa él pueden convertirse en toxinas. El tratamiento temprano es crucial para aumentar las posibilidades de supervivencia.
¿Qué pasa si le doy acetaminofén a un gato?
En el caso de los gatos, la situación es aún más delicada. La ingesta accidental de acetaminofén puede tener consecuencias fatales. Por lo tanto, ante cualquier sospecha, es importante contactar al veterinario de inmediato.
Los síntomas de intoxicación incluyen vómitos, letargo, dificultad para respirar, coloración amarillenta de la piel y mucosas, y en casos graves, puede llevar a la insuficiencia hepática.
La prevención es la mejor herramienta para evitar estas situaciones. Mantenga todos los medicamentos fuera del alcance de las mascotas, preferiblemente en un gabinete alto y seguro. Asimismo, eduque a la familia sobre los riesgos de administrar medicamentos humanos a los animales y la importancia de consultar siempre al veterinario.
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