
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Al igual que en los humanos, el envejecimiento en los perros conlleva una serie de cambios progresivos e irreversibles en su organismo, incluidos aquellos que afectan al cerebro.
Según información del portal especializado en mascotas Purina, muchos perros comienzan a mostrar alteraciones en la memoria y el comportamiento a partir de los 10 años de edad, como parte de un proceso degenerativo conocido como síndrome de disfunción cognitiva, una condición comparable al Alzheimer en los humanos.
Este síndrome afecta el sistema nervioso central del animal y se manifiesta en forma de pérdida de memoria, dificultad para aprender tareas nuevas, desorientación, disminución de la interacción social, alteraciones en el ciclo de sueño y vigilia, incontinencia urinaria o fecal, e incluso olvido de normas básicas de conducta, como hacer sus necesidades en el lugar adecuado.
De acuerdo con Purina, más del 50% de los perros de 15 años ya presentan al menos uno de estos signos, aunque muchas veces los tutores lo atribuyen al simple paso del tiempo, sin sospechar que puede tratarse de un trastorno neurológico específico.
Lo bueno es que, con un diagnóstico temprano, es posible frenar la progresión de los síntomas y mejorar significativamente la calidad de vida del animal. Para ello, los veterinarios recomiendan un enfoque integral que incluya estímulo mental, rutinas diarias de ejercicio, juegos interactivos, enriquecimiento ambiental, y en algunos casos, tratamientos farmacológicos que favorecen la circulación cerebral o reducen el estrés oxidativo en el cerebro.
Además, una alimentación especializada, rica en antioxidantes, antiinflamatorios naturales y fuentes alternativas de energía cerebral, también puede contribuir a mantener la función cognitiva activa por más tiempo.
Aunque el envejecimiento es inevitable, la aparición temprana y simultánea de varios síntomas debe ser un motivo de consulta veterinaria, ya que el síndrome de disfunción cognitiva no solo impacta la memoria del perro, sino también su bienestar emocional y físico.
Un adecuado seguimiento médico, con al menos dos o tres controles anuales, permitirá ajustar el tratamiento conforme avance la enfermedad, garantizando así un mejor envejecimiento los peludos.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱
