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A inicios de enero, Jacob, un trabajador del Parque Bicentenario de Creasey en Michigan, Estados Unidos, realizaba sus tareas cotidianas de limpieza y mantenimiento cuando escuchó ruidos provenientes de uno de los baños portátiles. Intrigado, decidió abrir la puerta sin imaginar que estaba a punto de salvar una vida.
Dentro del baño se encontraba un pequeño cachorro de raza pitbull, aparentemente abandonado durante varios días. El espacio estaba lleno de excrementos, no había agua y solo quedaban unas pocas croquetas en su tazón. Lo que más ponía en peligro su vida era el clima helado, con temperaturas bajo cero que azotaban la región. Al descubrirlo, Jacob no dudó en cargar al cachorro en sus brazos, brindándole el calor que tanto necesitaba.
Jacob se comunicó de inmediato con el Departamento de Policía del Municipio de Grand Blanc para reportar el hallazgo. Tras investigar, las autoridades identificaron a la propietaria original del perro, una mujer de 25 años, quien admitió haberlo abandonado porque en su apartamento estaba prohibida la tenencia de perros de raza pitbull. La mujer fue arrestada y enfrenta cargos por crueldad animal.
El cachorro, ahora llamado Hank, encontró un final feliz al ser adoptado por Jacob y su familia. Ahora disfruta de la calidez de un hogar amoroso junto a la persona que lo rescató.
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