Apareció el perro Barley: sus dueños se cansaron de buscarlo, pero sus vecinos insistieron hasta encontrarlo

Este es Barley, el perro que estuvo perdido por un año.

Foto: Facebook: Deanna N Denny Suggitt

Cuando Deanna y Denny Suggitt supieron que un perro, llamado Barley, se había perdido, se ingeniaron de todo para poder ayudar. “Su carita simplemente me tocó la fibra más sensible que tengo”, dijo Deanna Suggitt, que vive en Michigan, Estados Unidos.

Este peludo escapó de la casa de sus dueños originales, el Día de los Caídos en 2023, mientras que los adultos del hogar estaban en un viaje de campamento en el Parque Estatal Tahquamenon Falls, en Estados Unidos. Al darse cuenta de la situación, su familia lo buscó, publicó imágenes en redes sociales y así la noticia de su desaparición comenzó a circular por la comunidad, al punto de que la noticia llegó a la pareja Suggitt.

Durante varios fines de semana seguidos, sus tutores viajaron de ida y vuelta por 10 horas desde su casa, con la esperanza de encontrar y atrapar a su mascota. Después de muchos intentos fallidos, detuvieron sus esfuerzos. A pesar de eso, los Suggitt decidieron nunca detener la búsqueda.

Se pusieron en contacto con otras personas de la comunidad que intentaban localizar a Barley y un día recibieron una pista prometedora. Alguien les alertó de que el peludo deambulaba por su jardín en el desierto de la Península Superior, a unos 80 kilómetros de donde salió corriendo.

Pronto, esta pareja decidió instalar una estación con agua y comida para mascotas, sin siquiera pensar que este pequeño operativo podría funcionar luego de que transcurriera un año. Dos veces al día, sin falta, la pareja hacía un viaje de ida y vuelta hasta el lugar en donde fue visto por última vez, para dejar un plato lleno de comida. Sirvieron hígado hervido de cebada, salchichas y comida seca.

“Se convirtió en su pequeño dominio”, expresó Denny al Washington Post y señaló que un amable propietario les permitió construir la estación de alimentación en su terreno. También instalaron varias cámaras de seguimiento para poder monitorear a Barley, ya que al parecer el canino aparecía después de que se retiraban.

Con los días, Barley comenzó a sentirse más cómodo con esta pareja que le ayudaba. Cada pocas semanas, se acercaba a ellos, hasta que un día estuvo a un metro. “Pensé: ‘Si pudiera hacer esto durante unos meses más, tal vez me dejaría tocarlo’”, comentó Deanna y agregó que mantenían informados a los propietarios originales.

El área en la que está la mascota tiene animales salvajes, incluidos osos, coyotes y linces, y está cerca de una carretera muy transitada. “No sabíamos si un cazador lo atraparía, un automóvil lo atraparía o los diferentes depredadores lo atraparían”, dijo Denny.

Así que el bienestar de Barley se convirtió en un esfuerzo de equipo. Un vecino le hizo una cama de paja al perro en su propiedad, y otros lo vigilaban y llamaban a los Suggitt cada vez que lo veían. A principios de julio de este año, Deanna se puso en contacto con Sharon Hansen, una cazadora de perros retirada del Cuerpo Veterinario del Ejército de Estados Unidos.

Al llegar, la especialista instaló una trampa cerca de la estación de alimentación de Barley y ajustó la configuración diariamente mientras observaba su lenguaje corporal. Hansen se quedó en la casa de los Suggitt durante dos semanas mientras esperaba atrapar a Barley.

Tras varios días de esfuerzo, Barley mordió el anzuelo, tras olfatear, tocino, hamburguesas, hígado de pollo y salchichas en la trampa. Con saltos y gritos, todos celebraron que Barley volvería a casa. Además, la comunidad aplaudió el bonito gesto de esperanza y persistencia que tuvo la pareja Suggitt, ya que fue la razón principal por la que el perro sobrevivió.

Los dueños originales del canino manifestaron que lo mejor era que el perro se quedara con Deanna y Denny, porque estuvieron al pendiente del animal y demostraron tenerle un gran aprecio. Después de más de un año en el desierto, Barley recibió un certificado de buena salud. Incluso ganó algunos kilos de más.

Barley, una raza mestiza que se cree que tiene unos 2 años, ha estado en la casa de los Suggitt desde el 5 de agosto y hasta ahora le está yendo bien. Todavía es tímido y asustadizo, pero los Suggitt tienen la esperanza de que continúe ganando más confianza cada día.

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