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Los días de servicio en la Estación de Policía de Palestina, Huila, ya no son como antes. Hoy, la presencia de dos compañeras de cuatro patas alegra la jornada de los uniformados y convierte lo rutinario en un espacio de afecto y calma. Todo gracias a Vaquita y Negra, dos perritas criollas que fueron acogidas por la estación y que ahora hacen parte del equipo.
Estas perritas tienen una historia de compañía y rescate. Según Diario del Huila, Negra, la integrante más antigua, llegó hace más de dos años a la estación y desde entonces se ha convertido en la compañera inseparable de los policías que patrullan el casco urbano y rural del municipio, día y noche.
Vaquita, por su parte, llegó hace apenas cinco meses. Con su carácter juguetón y cariñoso conquistó rápidamente a los uniformados, quienes decidieron integrarla oficialmente en la “familia” de la estación.
Ambas mascotas se han vuelto parte esencial del paisaje institucional. Recorren los pasillos, descansan en la entrada y reciben caricias y cuidados de todos. En un video reciente se ve al patrullero Yolian Lozano dándole un tierno baño a Vaquita, mientras ella lo disfruta con total confianza.
El cuidado de Negra y Vaquita no es aleatorio: es un esfuerzo colectivo. Según el medio local, los uniformados destinan mensualmente una parte de su salario para cubrir la alimentación y atención médica de las dos perritas, un gesto que revela compromiso y sensibilidad más allá del uniforme.
Este acto de amor y responsabilidad también ha sido ampliamente elogiado por los vecinos y por usuarios en redes sociales, que reconocen la labor de los uniformados por el cuidado de toda la comunidad, incluyendo a los animales.
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