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Barbas es un perro criollo que durante años vivió en las calles de Riosucio, Caldas, donde se ganó el cariño de muchos habitantes del municipio. Aunque recientemente surgieron versiones sobre una posible eutanasia debido a algunos incidentes con motociclistas, su historia tomó un rumbo distinto y esperanzador.
El pasado 15 de abril, la Alcaldía de Riosucio confirmó a través de un video publicado en redes sociales que Barbas fue adoptado por Ricardo Germán Gallo, exsecretario de Medio Ambiente de Manizales, quien lo recibió con afecto y compromiso en una finca donde podrá vivir con espacio, atención médica y calidad de vida.
“Queremos llevar tranquilidad a la comunidad. Barbas ha sido uno de los peluditos más queridos de Riosucio, y ahora está en un lugar seguro donde será bien cuidado”, informó la Secretaría de Desarrollo Económico.
Del temor a la eutanasia al alivio de la adopción
En los últimos días, creció la preocupación en redes sociales ante la posible eutanasia de Barbas, sugerida por la Dirección Territorial de Salud de Caldas como medida extrema tras varios incidentes con motociclistas. No obstante, la administración municipal aclaró que dicha opción nunca fue considerada y que, desde el inicio, el propósito fue encontrar una alternativa que garantizara el bienestar del animal.
“Se aprovechó para generar polémica de que íbamos a matarlo, a ponerle la eutanasia, y esa nunca fue la directriz del alcalde ni mía”, afirmó Juan David Piedrahíta, secretario de Desarrollo Económico de Riosucio.
Ante la falta de un albergue municipal, se estableció un plazo de un mes para encontrar una solución definitiva. Mientras tanto, una médica veterinaria y varios ciudadanos continuaron alimentando y cuidando a Barbas, incluso asumiendo tratamientos médicos cuando enfermaba.
Una vida nueva para un perro histórico del pueblo
La historia de Barbas no solo resalta el valor de la adopción responsable, sino también el papel que puede desempeñar la comunidad en la protección de los animales. Según informó la Alcaldía de Riosucio, personas como la doctora Miriam Echeverry, Álvaro Calle y Rubi Palao, fueron fundamentales en el cuidado del can a lo largo de los años. También la Junta Defensora de Animales, encabezada por María Morales, acompañó y supervisó el proceso de traslado y adopción.
Ricardo Gallo, su nuevo tutor, no es ajeno a este tipo de casos. En 2016 adoptó a Tyson, un pitbull que había mordido a nueve niños y cuya vida también fue salvada de la eutanasia. “Me siento complacido por recibir a Barbas. Tiene una enfermedad propia de su edad, pero llegó en buenas condiciones y haré todo lo posible por darle una vida digna”, aseguró.
Aunque la noticia fue recibida con entusiasmo por quienes temían el peor desenlace, también despertó nostalgia. Barbas ya no recorrerá los parques de La Candelaria ni dormirá frente a la estación de bomberos. Sin embargo, su historia deja una reflexión profunda sobre la tenencia responsable, el cuidado de los animales comunitarios y la necesidad de crear políticas públicas que protejan a los seres sintientes.
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