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En distintos refugios de la Ciudad de México, animales adultos continúan esperando una oportunidad de encontrar un hogar definitivo, tras años de cuidados en instituciones que, pese a sus esfuerzos, no logran sustituir el calor de una familia.
Uno de los casos es el de Cirilo, un perro de talla grande y carácter dulce, quien llegó al refugio Oceanican cuando apenas tenía un año de edad. Actualmente, con siete años, ha pasado seis de ellos viendo cómo otros compañeros son adoptados mientras él permanece en espera. Aunque ha recibido atención y afecto por parte del personal del refugio, Cirilo aún no ha sido elegido por una familia.
Otro caso es el de Tisha, una gata de 11 meses que estuvo a punto de ser abandonada junto a sus crías, Sasha y Natasha. Gracias al apoyo de un hogar temporal y una madrina que cubrió su esterilización, las tres felinas lograron ser rescatadas y hoy están en busca de un hogar. Tisha está vacunada, desparasitada y convive con otros gatos.
También se encuentra en adopción Gordolfo, un perro mestizo de aproximadamente 10 años. Es de talla pequeña, mezcla de chihuahua con shih tzu, y aunque fue rechazado por su edad, aún conserva un carácter alegre y afectuoso. Es tímido debido a experiencias pasadas, pero se muestra cariñoso al ganar confianza. Está vacunado, esterilizado y desparasitado.
La adopción de animales mayores no solo ofrece una segunda oportunidad a quienes han esperado durante años, también representa un acto de compasión y responsabilidad. Estos animales suelen ser tranquilos, agradecidos y capaces de formar vínculos profundos con quienes les brindan un hogar, demostrando que nunca es tarde para empezar una nueva vida.
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