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Esta es la historia de Leia, una perra de raza gran danés, que, durante años, estuvo atada a una cuerda pequeña en una terraza, entre sus excrementos, sin ningún contacto humano, sin apenas agua y comida, recibiendo descargas eléctricas para no ladrar y que falleció en enero de 2022 a causa de una severa desnutrición.
Desde 2016 hasta 2022, y según denunciaron Avada (Abogados Valencianos en Defensa Animal) y el partido Portodos, a Leia, pese a su mal estado de salud, sus dueños solo la llevaron al veterinario en una ocasión y nunca la sacaban de la vivienda, ubicada en Albalat de la Ribera, Valencia, España.
Los vecinos del sector alertaron en reiteradas ocasiones sobre el estado de salud de Leia, pero, denuncian, las autoridades nunca los escucharon, hasta que el animal falleció y se dieron cuenta de la gravedad del asunto.
Fue así como esta semana, y tras dos años, el Juzgado de lo Penal número 15 de Valencia, en España, condenó a un año de prisión por el delito de maltrato animal a los dueños de Leia, y también les prohibió tener o trabajar con animales durante cuatro años.
Al carecer de antecedentes judiciales, las dos personas no irán a la cárcel, con la condición de que no delincan en los próximos dos años y que realicen un curso de reeducación en materia de protección animal.
De acuerdo con Ana Cal, abogada de Avada, “en caso de que nos enteráramos de que no han hecho ese curso o que han infligido en alguna de las condiciones, se les revocaría esa pena y tendrían que entrar a cumplir un año de prisión”, dijo al medio local Levante-EMV.
Detalles de la sentencia
En la sentencia, según publicó Levante-EMV, se detalla que la muerte de Leia se produjo por una “torsión gástrica debido a una inadecuada alimentación”. Así también lo confirmó la autopsia realizada al animal de compañía.
En la necropsia se halló que Leia “había sufrido un golpe violento que le provocó una fractura del arco costal izquierdo, con rotura de pleura que le produjo un neumotórax. Además, presentaba caquexia extrema y un estado de desnutrición que llevó a su muerte”, según indica Levante-EMV.
Los condenados reconocieron ante el juez que le pusieron un collar de descargas eléctricas a Leia para que no ladrara, porque, según ellos, ella se “quejaba” del dolor que tenía a raíz de la rotura.
Para María Girona, abogada de Portodos, el animal tuvo “una muerte agónica y cruel”. Además, la experta criticó el actuar de las autoridades y espera que, con la nueva Ley de Bienestar Animal, casos como el de Leia nunca más se vuelvan a presentar en España.
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