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En 2020, Simone y su pareja vivían en un pequeño apartamento en París y buscaban adoptar un perro tranquilo y de tamaño reducido. Tras visitar varios refugios sin éxito, estuvieron a punto de rendirse hasta que, en el último momento, les hablaron de un perro mayor que acababa de llegar. Había sido lanzado por encima de la reja del refugio durante la noche.
A pesar del abandono, el perro, un cruce de setter irlandés y podenco ibicenco de 12 años, se mostraba dócil y amigable. No podía ser adoptado de inmediato: aunque tenía microchip, sus antiguos dueños se negaban a firmar su entrega legal, lo que impedía que el refugio lo ofreciera oficialmente en adopción. Aun así, Simone y su pareja comenzaron a visitarlo semanalmente para sacarlo a pasear y conocerlo mejor. Al poco tiempo, supieron que ese era su perro.
Cuando por fin pudieron llevarlo a casa, lo llamaron Pierrot. Desde entonces, el ahora anciano can se convirtió en parte esencial de la familia. Acompaña a sus dueños al trabajo, viaja en metro y tren, participa en reuniones con amigos y ha estado presente en todas sus vacaciones, incluso en un paseo en barco y una boda. Su lugar favorito es la parte trasera del auto, donde duerme plácidamente durante los viajes.
A los 15 años, Pierrot fue diagnosticado con cáncer de garganta. Fue operado y, sorprendentemente, al día siguiente ya estaba corriendo como de costumbre. Hoy tiene 17 años, sufre de osteoartritis y tiene menos energía, pero sigue acompañando a sus dueños siempre que puede. “Aunque ya no ve bien y a veces se pierde, cuando nos encuentra se pone feliz, como el primer día”, cuenta Simone.
La historia de Pierrot ha conmovido a millones desde que su familia la compartió en TikTok (@olitax). En uno de los videos más populares, que supera los 2.7 millones de vistas, aparece el perro ya con el rostro blanco acompañado del mensaje: “Adoptaste al perro más viejo del refugio porque nadie merece estar solo”. Los comentarios están llenos de emoción y gratitud hacia quienes adoptan animales mayores.
Simone y su pareja, que incluso se tatuaron a Pierrot para llevarlo siempre con ellos, promueven ahora la adopción de perros ancianos. “Nuestra experiencia demuestra que un perro mayor no vale menos que un cachorro. Los refugios están llenos de Pierrots esperando una segunda oportunidad”, afirma.
En Estados Unidos, más de 5.8 millones de perros y gatos ingresaron a refugios en 2024. La duración promedio de su estadía ha aumentado, especialmente entre los animales de mayor tamaño, lo que agudiza la crisis de capacidad.
Por eso, Simone también agradeció a los trabajadores del refugio SPA de Orgeval, en Francia, donde adoptaron a Pierrot: “Gracias a ustedes encontramos al mejor compañero que podríamos haber tenido”.
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