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La historia de Ariel, un pitbull de cinco años, comenzó a principios de febrero en las calles de Alameda, California, en un estado de miedo extremo. Emily Crum, oficial de control animal, fue la encargada de intentar rescatarla, pero pronto se dio cuenta de que no sería fácil.
“Cada perro reaccionará de forma distinta al estar solo. Algunos se acercan inmediatamente, otros se rinden, y algunos se vuelven agresivos. Este perro estaba en modo de huida total; estaba aterrado y era muy difícil de atrapar”, explicó Crum a Newsweek.
Pese a las dificultades, la comunidad de Alameda se unió para ayudar a localizar a Ariel, que pasaba sus días sola en medio de un clima tormentoso. La situación era desesperante, pues la perra corría el riesgo de ser atropellada al cruzar las calles de la ciudad. Sin embargo, cuando todo parecía perdido, Ariel corrió hacia el agua de Seaplane Lagoon y comenzó a nadar hacia la bahía.
“Durante 20 minutos agonizantes, estuvimos en la orilla viéndola nadar”, recordó Crum. “La corriente era muy fuerte, y cada segundo sentía como una eternidad”.
Afortunadamente, Ariel logró llegar a unas rocas cerca de Urban Cellars, exhausta pero viva. Sin embargo, los rescatistas no podían acercarse más por miedo a que la perra regresara al agua. Tras más de dos horas de lucha, finalmente lograron atraparla en las rocas, agotada y sin fuerzas para seguir escapando.
Después de ser rescatada, Ariel fue llevada a FAAS (Friends of the Alameda Animal Shelter), un refugio que acoge animales callejeros. Allí, la perra comenzó a recibir el cariño y la atención que tanto necesitaba.
“Ahora que está fuera de las calles y segura con nuestro personal, es una perra muy feliz, dulce y cariñosa”, afirmó John Lipp, director del refugio.
La perrita, que originalmente había sido encontrada en un estado de miedo y desconfianza, rápidamente comenzó a mostrar su amor por las personas. “Adora a la gente y tiene una alegría por la vida que es realmente conmovedora, especialmente considerando lo que ha pasado”, comentó Lipp.
Incluso una de las voluntarias que participó en el rescate fue recibido por Ariel con una muestra de cariño, moviendo su cuerpo entero de felicidad mientras la llenaba de besos.
Actualmente, la perrita se encuentra en una casa de acogida y está lista para ser adoptada. El refugio explica que sería ideal para un hogar tranquilo y amoroso, con personas que busquen un perro cariñoso y lleno de afecto. “Ya lo ha pasado mal, pero ahora está lista para recibir todo el amor que merece”, concluyó Lipp.
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