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¿Quién no conoció a un perrito guardián en el barrio? Esos que no tenían hogar ni familia, pero que todos saludaban. Esos que recorrían las cuadras día y noche, se alimentaban con lo que los vecinos le daban y le ladraban sin parar a cualquier desconocido que se acercara. Uno de ellos es Negrito, un perro que durante nueve años fue el “perro de la cuadra”, hasta que un día amenazaron con acabar con su vida.
Negrito tuvo que dejar atrás su vida en las calles, pero por suerte fue rescatado por Arca Luminosa, una fundación en Bogotá que le prometió, por fin, mostrarle lo que es el calor de un hogar.
Negrito pasó de dormir en andenes a descansar en una cama, de las esquinas frías a los abrazos diarios, y de las sobras a un plato de comida cada día. Y aunque los años se notan, sobre todo en sus canas y sus apenas cuatro dientes, sigue siendo un luchador, con la esperanza intacta de encontrar una familia que lo acompañe en esta última etapa de su vida.
Las cosas no han sido fáciles: muchas personas lo ignoran por ser criollo, negro y viejito. Pero basta un día con él para enamorarse de su historia y de su dulce personalidad. Lo que algunos ven como defectos, son precisamente las razones que lo hacen único.
Si usted quiere ser quien le cambie la vida a Negrito, puede comunicarse con la fundación Arca Luminosa y abrirle la puerta de su hogar a este perro que aún tiene mucho amor para dar.
*Este artículo es informativo y se basa en datos proporcionados por las fuentes. El medio de comunicación no participa en procesos de adopción ni se responsabiliza por acuerdos entre particulares.
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